jueves, 19 de enero de 2017

Malcorra pide incrementar presencia antártica

Malcorra pidió redoblar la presencia de la Argentina en la Antártida
En una visita a la base Carlini advirtió que el cambio climático hace más accesible al territorio y valiosos sus recursos; dijo que esto obliga al país a reafirmar su soberanía, con la ciencia como eje




BASE CARLINI.- En el Tango 02, sobre el buque Islas Malvinas y al pisar la playa de la base científica Carlini. En cada tramo del viaje que anteayer la llevó a visitar suelo antártico por primera vez, la canciller Susana Malcorra repitió y machacó con una consigna: que el Estado argentino debe reforzar su presencia y sus esfuerzos en la Antártida, como mejor apuesta para mantener vivos sus reclamos de soberanía.

La canciller ató ese planteo y esa necesidad a una realidad: el calentamiento global, dijo, está haciendo más accesible al territorio antártico y, con ello, incrementando su valor económico y estratégico para el resto de las naciones. Con trece bases en la Antártida, seis de las cuales se mantienen operativas durante el invierno, la Argentina es uno de los países con mayor despliegue e historia en el continente blanco. Y promotor de algunas de las series de estudios científicos de más larga data.

"Tenemos que redoblar nuestros esfuerzos en la Antártida. Cuando la Antártida se vuelve más significativa para el mundo, tenemos que reforzar nuestra presencia para proteger nuestros intereses", señaló, durante el viaje que compartió con al secretario de Logística del Ministerio de Defensa, Walter Ceballos, la cartera que, a través de las Fuerzas Armadas, se encarga de mantener las bases y sostener el trabajo de los científicos argentinos.

El comandante operacional del Estado Mayor Conjunto, Carlos Alfredo Pérez Aquino y el comandante Conjunto Antártico, Marcelo Tarapow, completaron la comitiva, junto a los funcionarios de la Dirección y el Instituto Antártico que dependen de la Cancillería, los diplomáticos Fernanda Millicay y Máximo Gowland y el geólogo Rodolfo Sánchez.

"Uno de los problemas del calentamiento es que las tierras pasan a ser más «normales» y eso despierta intereses de explotación. La Antártida es cada vez más cálida y eso hace que aumenten los intereses. Por eso, nosotros tenemos que incrementar nuestra presencia para proteger el ambiente antártico", insistió.

Malcorra acompañó ese planteo con una promesa: que Mauricio Macri visitará la Antártida. "La decisión está tomada. Sólo resta definir su agenda", señaló. Se especulaba con que el presidente lo hiciera este mismo verano. De hecho, un funcionario de la Casa Rosada tenía previsto desembarcar ayer en la Antártida para seleccionar la base a visitar.

La otra opción es que Macri lo haga en la próxima campaña, a partir de diciembre de 2017, sobre todo si en septiembre vuelve a entrar en funciones el rompehielos Almirante Irízar, ya refaccionado luego de su incendio en 2007, pero que este año no pudo abandonar el astillero y comenzar las pruebas por falta de dragado del canal.

Frente a los científicos en Carlini, que concentra el 60% de la investigación argentina en la Antártida, Malcorra prometió también atender la infraestructura de esa y otras bases, que en gran parte data del período de posguerra. "Quédense tranquilos, lo entendí antes de venir y me quedó más claro ahora. La infraestructura es de los 50 y necesita remozamiento. No es fácil por las condiciones y porque eso significará sacar recursos de otros lugares", les dijo.

Las promesas de Malcorra llegan en un momento difícil, donde Macri y su nuevo ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, pusieron la mira en el control del gasto público.

"Es cierto que en un contexto de prudencia fiscal va a haber algún tire y afloje en el medio. Pero eso nos va a obligar a ser muy sólidos en nuestros planteos", señaló Malcorra en diálogo con LA NACION. Y marcó algunos caminos para que su promesa sea viable.

"En primer lugar, recuperar el Irízar significará recuperar funciones y mejorar la infraestructura de las bases nos permitirá apuntar a estructuras más concentradas, no como las actuales, que se construyeron con el criterio de ocupar espacio, pero que tienen un mayor impacto en el ambiente y un mayor consumo energético", indicó.

"No somos un país que se caracterice por planificar y cuando uno no planifica gasta más dinero y mal. Apuntamos a un plan quinquenal", agregó Millicay, quien como Malcorra destacó que la incluso hay infraestructura "nueva" de las bases que presenta problemas. "No se gastó en los mejores materiales", dijo la canciller.

En segundo lugar, Malcorra marcó que la apuesta pasa por elevar la calidad de la investigación nacional, conectar las distintas líneas científicas y poner en valor las series históricas de estudios nacionales sobre cambio climático, algunos de los cuales se extienden hasta por 25 años. "Esas investigaciones son atractivas para otras naciones. El Plan Estratégico que encargué al Instituto Antártico busca también aumentar la cooperación internacional, que puede representar un alivio económico", completó.

El planteo es similar al que la canciller pretende llevar adelante con el Reino Unido, en el diálogo por Malvinas: que la ciencia y el cuidado del ambiente sean una llave para empezar a hablar de soberanía. Aunque ya logró poner un pie en la Antartida, esa apuesta parece más lejana. (La Nación)

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