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miércoles, 12 de febrero de 2014

Las autodefensas de Michoacán no son delincuentes

“Las autodefensas de Michoacán no son un grupo de delincuentes”

  • El hombre designado por Peña Nieto para resolver la crisis en el suroeste de México afirma que el objetivo inmediato es "asfixiar económicamente" al cartel de Los Caballeros Templarios
El País


En el ambiente podrido que reina ahora en Michoacán, donde nadie confía en nadie, y donde todos se acusan de todo, el comisionado gubernamental Alfredo Castillo Cervantes (México, 1975) enarbola un discurso de confianza. Abogado de profesión, policía de oficio y deportista apasionado, el enviado del presidente Enrique Peña Nieto mete las manos al fuego por sus 200 hombres, pero también defiende la legitimidad de las autodefensas, vistos por parte de la prensa de este país como paramilitares o criminales disfrazados de justicieros que desfondarán al Estado mexicano si este insiste en negociar con ellos. Para Castillo, en cambio, la paz en esta región pasa por lograr que las autodefensas confíen en él y en su equipo.

Vestido con camisa de lino de manga corta y zapatos cómodos, Castillo soporta de buen ánimo el calor del mediodía en la Tierra Caliente, región que no conoce el invierno y cuna del levantamiento de las autodefensas, ciudadanos que hace un año decidieron tomarse la justicia por su mano contra narcotraficantes y extorsionadores.

Son las tres de la tarde del pasado jueves y Castillo va saliendo de una larga reunión con líderes de las autodefensas. Saluda, como es habitual en él, con un “qué pasó, mi rey”. “Mi rey”, o “papá”, es como llama a casi todos este aficionado al tenis y racquet. Incluso llama así a las autodefensas, dice uno de sus colaboradores.

“Lo más importante que ellos [las autodefensas] tienen no es un arma, su mejor arma es la información”
El cónclave se realiza en los cuarteles de la 43ª Zona Militar. El dato no es menor. En la instalación castrense están líderes de un movimiento que usa armas reservadas a las fuerzas de seguridad oficiales. Tan solo la posesión de ese armamento constituye un delito grave que se paga con cárcel. A pesar de ello, las autodefensas están en la misma mesa con policías federales, el fiscal del Estado, otros encargados de la seguridad y, por supuesto, con el comandante militar de la región, el general Miguel Ángel Patiño. Pero, por el momento, el Gobierno no pretende desarmar a las autodefensas.

Nombrado el 15 de enero por Peña Nieto como comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, que en la práctica quiere decir que manda más que el gobernador michoacano Fausto Vallejo, Castillo explica en entrevista que cree que en 15 días contará con la plena confianza de las autodefensas. Con eso en la bolsa, los siguientes pasos de la estrategia para la paz son desactivar en la población “el chip de la extorsión”, asfixiar las finanzas de los criminales y hacer que los programas gubernamentales, que han funcionado mal durante demasiados años y de cuyos fondos se han beneficiado los criminales, ahora sí operen con eficacia. Más aún cuando el Gobierno federal ha anunciado esta semana un presupuesto extra de 3.400 millones de dólares (2.495 millones de euros) para ese Estado del oeste de México.

Y todo lo anterior lo tiene que hacer Castillo, al tiempo que se le cuestiona, porque las autodefensas continúan su avance regional. Tan solo la víspera de la entrevista con EL PAÍS, los alzados habían tomado el municipio de Gabriel Zamora, y dos días después de la charla llegarían, desarmados, a Apatzingán, la principal población de la zona de Tierra Caliente, y bastión de los Templarios, cartel criminal contra el que las autodefensas se levantaron el 24 de febrero del año pasado.


Alfredo Castillo atiende a medios de comunicación tras el anuncio del nuevo hospital de Apatzingán. / R. V.
El primer punto de la estrategia anunciada por el presidente Peña Nieto para Michoacán implica el control territorial. Miembros del Ejército y de la Marina, así como policías federales, ya ocupan 27 de los municipios del Estado. Ahora, Castillo quiere que la población le ayude a “judicializar” ese control territorial y abrir procesos para capturar a los criminales.

“Lo más importante que ellos [las autodefensas] tienen no es un arma, su mejor arma es la información. El esfuerzo que estamos realizando es para que nos platiquen, para que nos den información. Es información a cambio de seguridad para ellos”, dice.

Castillo explica que las autodefensas tendrán que convertirse en guardias rurales, una figura jurídica del siglo XIX desempolvada por este Gobierno, y que podrían participar en el control de entradas y salidas de puntos estratégicos de las poblaciones desde donde los Templarios gobernaban su reino de terror. Así, con la colaboración de esos guardias, las fuerzas federales podrán detectar a los presuntos delincuentes.

Las autodefensas van a recibir capacitación y adiestramiento, pero antes deben empadronarse y declarar sus armas. “Ellos son los primeros que quieren el registro y el control para que no se les meta gente. Ellos lo están pidiendo, quieren diferenciarse, y quieren que sea la autoridad la que diga quién sí y quién no puede estar en las guardias comunitarias para no tener que confrontarse”.

Se le cuestiona que al negociar con las autodefensas se ha entregado a quienes pudieran ser enemigos del Estado. De hecho, un día después de la entrevista se revelará que un personaje acusado de narcotraficante estuvo en una reunión de Castillo y autodefensas el miércoles pasado.

“La gente de Tierra Caliente no está maleada. No dijo: ‘que no venga el Gobierno’. De hecho dijo: ‘¡que venga el Gobierno!’. Y el Gobierno durante mucho tiempo no acudió al llamado”.

— ¿Tiene confianza en que representan intereses legítimos?

— Los líderes, totalmente. Mira, en las reuniones nos piden rellenos sanitarios, computadoras, procesadoras de limón, una escuela secundaria, cuatro doctores… No creo que sean demandas de una organización que representa peligro. Si fueran un grupo delincuencial no firmarían un acuerdo, no lo habrían hecho tan rápido [ocurrió el 27 de enero], tendrían demandas inviables y no estarían sentándose a discutir temas de desarrollo integral, de agenda social. En cuanto a las armas, hay que distinguir zonas urbanas de zonas rurales, en estas la gente desde hace mucho ha estado armada, para proteger sus fincas, para proteger su ganado, para protegerse de animales. No es que anden con esas armas en centros comerciales, como algunos creen. Para ellos es cosa de su cotidianidad.

— Pero en el campo mexicano se veían escopetas y pistolas, no armas de asalto y menos tantas.

— Habrá que hacer el registro y el intercambio, en su momento. Ahora lo que importa es hacer el registro para controlar, para saber, si se llega a cometer un crimen, qué arma fue.

— ¿Las autodefensas van a entregar las armas que no sean de calibres reglamentarios?

— Sí, llegaremos a ese punto al final.

— ¿No está durmiendo con el enemigo?

— Por supuesto que no. Los últimos 10 años he estado relacionado con el trato con delincuentes, aprendes a distinguir quién es un delincuente y quién actuó en una circunstancia.

Sobre los Templarios, el comisionado cree que es necesario asfixiarlos económicamente. Eso se debe lograr para empezar con una ley de extinción de dominio, que hace a los delincuentes perder las propiedades en las que operan. Además habrá que “revisar todas las concesiones de las minas” en Michoacán para cerciorarse de que no están en manos de Templarios; y controlar las exportaciones desde el puerto de Lázaro Cárdenas. “Y lograr que los presidentes municipales y las empresas no paguen” extorsiones. “Que si alguien recibe un intento de extorsión puedan decir ‘no pago’, porque saben que dada nuestra presencia los criminales tendrían muy difícil” las represalias.

Castillo llegó a esta misión acompañado de 200 colaboradores. Uno de ellos es el nuevo fiscal del Estado, otro el nuevo encargado de la policía, otros más los fiscales regionales. Peña Nieto ha ordenado además que cada ministerio ponga a disposición del comisionado un funcionario de alto nivel para las labores de reconstrucción institucional y de desarrollo. “No creo que se vea esto en muchos lados del país, es una oportunidad única”, dice Castillo sobre esa colaboración. “No puedes solucionar un problema a través de la violencia. Y lo más importante es no tener violencia, y no hemos tenido. Eso tiene un valor inmenso”.

sábado, 25 de enero de 2014

Michoacán: La gente toma el rol de una policía corrupta por los narcos

La justicia, otra víctima de la violencia en Michoacán
La impunidad y el fracaso en la depuración de policías han ahondado la crisis de seguridad del Estado mexicano



Un miembro de las autodefensas, en una trinchera en Antúnez. / U. RUIZ BASURTO (EFE)

Gustavo Reyes fue lapidado en septiembre de 2010. Su cuerpo fue encontrado en un camino rural de Uruapan, Michoacán (al suroeste de México) junto con el de Rafael Equihua. Ellos eran las autoridades interinas del municipio de Tancítaro. Gustavo era un profesor de artes marciales que asumió el cargo cuando el presidente municipal y el resto del cabildo electo renunciaron a su cargo por las amenazas del cártel de La Familia Michoacana. Los suplentes de los regidores declinaron tomar posesión del cargo. Fue Gustavo, un ciudadano de a pie poseído por una idea de que las cosas podrían mejorar, el único dispuesto a no dejar sin autoridades a este municipio de 26.000 habitantes enclavado en la región de la Tierra Caliente. El de Tancítaro es uno de los seis alcaldes asesinados en Michoacán desde 2008. La lista incluye también a María de los Santos Gorrostieta, presidenta municipal de Tiquicheo, que murió después de haber sobrevivido a dos atentados perpetrados por el narcotráfico. Ninguno de los seis homicidios ha sido resuelto por las autoridades.

Se han cumplido diez días desde que el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto irrumpió en el Estado de Michoacán (de más de cuatro millones de habitantes) para tratar de controlar una crisis de inseguridad provocada por la pugna entre narcotraficantes y grupos de civiles armados que se denominan autodefensas. Desde ese entonces se han detenido a más de 100 supuestos criminales, la gran mayoría, 83, son integrantes del cártel Los Caballeros Templarios. Alfredo Castillo, comisionado para Michoacán, comienza a darse cuenta de que más allá de un deterioro momentáneo en la seguridad púbica se enfrenta a un verdadero vacío que han dejado las instituciones del Estado. Esta semana, al tomar las riendas de la policía y la Procuraduría (Fiscalía) se ha encontrado, según relata el periódico Reforma “que no había expedientes…las denuncias ciudadanas no eran mecanografiadas… una aprehensión era inimaginable”.

Otros cuatro alcaldes de localidades de Tierra Caliente tuvieron que despachar parte de 2013 a salto de mata. Huyeron de sus localidades ante amenazas de grupos de autodefensas o de la delincuencia organizada. El alcalde de Buenavista Tomatlán había señalado en febrero pasado que no existían condiciones de seguridad para desempeñar su cargo. El de Tepalcatepec estuvo ausente de su municipio por tres meses. Su oficina estaba tomada por civiles armados. Esto también sucedió en Aquila y Aguililla.

El ejército ha retirado más de 2.000 armas a policías municipales de Michoacán. Esta es una muestra de desconfianza en las corporaciones encargadas de proporcionar la seguridad en los municipios. El desarme no solo lo han realizado los soldados, también las autodefensas han quitado sus pistolas a los policías de Parácuaro.

En octubre de 2013 se cumplió el plazo impuesto por el Gobierno del expresidente Felipe Calderón para que los Estados limpiaran sus cuerpos policiales mediante los exámenes de control de confianza. Michoacán, contrario a lo que se podría pensar, no se encuentra dentro de los casos más desastrosos pero tampoco ha sido un alumno aventajado en la materia. Es el número 12 (de 32) a nivel nacional. Las autoridades sometieron a las pruebas a 10.206 policías estatales, ministeriales y municipales entre 2010 y noviembre de 2013. Únicamente aprobaron 5.976 agentes. El resto, 4.230, suspendió. No quiere decir que los más de cuatro mil policías pertenezcan al crimen organizado, sino que están incapacitados por temas de salud o mentales para hacer su trabajo. El Gobierno no ha revelado cuántos agentes han sido dados de baja por colaborar con los narcotraficantes.

El lento avance del Gobierno del Estado en las pruebas de control de confianza ha tratado de ser subsanado por el Gobierno Federal. En la administración de Enrique Peña Nieto el ejército ha desarmado a policías de cuatro municipios. En el puerto de Lázaro Cárdenas los 156 agentes, la totalidad de la fuerza municipal, fueron llevados a capacitarse. Esto también sucedió en Vista Hermosa, Apatzingán y Uruapan, que hoy siguen siendo focos rojos en la región de Tierra Caliente.

El País

Derecho a la autodefensa: Michoacán en armas contra los narcos y el EM

La autorganización y defensa del pueblo de Michoacán contra el narcoterrorismo y la ineficiencia del gobierno

sábado, 18 de enero de 2014

México: Autodefensas combaten a los narcos en Michoacán

Cuando un pueblo dice ¡Basta!

Fuerzas de Autodefensa irrumpen en una casa donde se ocultaban miembros de los "Caballeros Templarios"
Por Rubén Durán

En los últimos siete meses, México ha sido testigo de un nuevo fenómeno que podría tener repercusiones institucionales, sociales y políticas impensadas. Grupos de ciudadanos del Estado de Michoacán, organizados en Fuerzas de Autodefensa (conocidas también como Guardias de Autodefensa o Policías Comunitarias), están llevando adelante una ofensiva armada contra la banda de narcotraficantes "Los Caballeros Templarios", expulsándolos de importantes municipios donde habían impuesto un régimen de terror y saqueo.

Los crímenes de dicha organización criminal iban desde asesinatos hasta secuestros, pasando por la expulsión de hacendados y agricultores y el robo de sus tierras, además del cobro forzoso de "impuestos". Esta situación sembró el descontento y el hartazgo de las diferentes comunidades, que comenzaron a organizarse en grupos para poner fin, por medio de las armas, a los abusos de los narcos en aquel estado de la costa del Pacífico.

Los enfrentamientos entre los civiles armados y el crimen organizado vienen produciéndose desde hace casi un año, aunque fue durante estas últimas semanas que los mismos comenzaron a llamar la atención de la prensa internacional, por el progreso logrado por los comunitarios sobre los "Caballeros Templarios", haciendo un notorio despliegue de armas automáticas, chalecos antibalas, vehículos blindados y equipos de comunicación modernos.

En mayo de 2013, las fuerzas de autodefensa lograron recuperar Aquila, Coalcomán y Aguililla. El 27 de noviembre del año pasado, se expulsó a los narcos de Tancitaro y Acahuato; a principios de enero de 2014 les siguieron La Huacana, Churumucho y Paracuaro, y el 12 de este mes  se impusieron en territorio de Nueva Italia. En cada uno de esos sitios, se procedió a la detención de sicarios y cómplices de la organización criminal, además de la expropiación de las viviendas, vehículos, armas y joyas de los capos narcos, cuyo detalle era informado en audiencias públicas a los habitantes de las zonas liberadas.

También se procedió a la devolución de las tierras que habían sido robadas por los Templarios a sus dueños, como es el caso de las huertas de aguacate arrebatadas a 32 familias de Tancítaro, que fueron reintegradas en una ceremonia celebrada en la Plaza Cívica de la localidad, el pasado 15 de enero:

Ceremonia de devolución de huertas en Tancítaro (Foto: Juan Carlos Alarcón)
Las acciones de las fuerzas de Autodefensa provocaron la tardía reacción del gobierno del presidente mexicano Enrique Peña Nieto, que dispuso el envío a la zona de policías federales y tropas militares, a fin de que pongan fin a los enfrentamientos. Sin embargo, esta actitud ha sido con desconfianza por muchos habitantes del estado, que la ven como una medida para evitar que los narcotraficantes sigan perdiendo terreno.

Las órdenes iniciales de los uniformados incluyen el desarme de las Autodefensas, una misión que parece muy difícil de concretar, debido a que representantes de las mismas han manifestado que no dejarán las armas si no hay garantías de que las autoridades federales llevarán adelante una ofensiva final para erradicar definitivamente de Michoacán a los Caballeros Templarios y otras organizaciones narcos.

Efectivos de la Policía Federal Mexicana pasan por un puesto controlado por guardias de autodefensa. 
Video: Testimonio de un protagonista

Si bien existen distintos personajes que figuran como creadores, líderes o voceros de las Autodefensas, uno de sus principales referentes es el doctor José Manuel Mireles Valverde, un médico que dejó su profesión para convertirse en el coordinador de la Guardia Comunitaria de Tecalpatepec. Aquí se lo puede ver en una entrevista realizada a mediados del año pasado:



En un próximo post se informará sobre cuáles son las fuentes de financiamiento que permiten a las Fuerzas de Autodefensa de Michoacán disponer de las armas, equipos y entrenamiento necesarios para llevar adelante su guerra contra el narcoterrorismo..