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sábado, 28 de octubre de 2017

Islandia detiene un cargamento de gas lacrimógeno a Cubanezuela

Islandia bloqueó el paso de 16 toneladas de gas lacrimógeno que el régimen de Maduro le compró a China

El Ministerio de Transporte y Gobierno islandés rechazó una escala del material antidisturbio antes de llegar a Caracas. En la nota en la que se deniega el paso, se afirma que en Venezuela “no se respetan los derechos humanos básicos”
Infobae


El chavismo reprimió con gases lacrimógenos todas la marchas de la oposición

La Agencia de Transporte de Islandia tramitó un pedido de para transferir 16 toneladas de gas lacrimógeno proveniente de China cuyo destino era Venezuela. El material debía hacer una escala en el aeropuerto de Keflavik, al sur de Reikiavik, la capital de Islandia, informó panampost.com.

Sin embargo, el Ministerio de Transporte y Gobierno fue tajante. Según se lee en la página web del Gobierno europeo, "el ministerio recomienda a la Agencia de Transporte de Islandia que se rechacen las consultas mencionadas sobre la transferencia de datos militares en el territorio islandés".

El argumento sería que en Venezuela "se puede ver cómo las zonas vulnerables donde no se respetan los derechos humanos básicos".

"Según el reglamento, el principio es que la transferencia de equipo militar no está permitida excepto con el permiso especial de la Agencia de Transporte de Islandia. La Agencia de Transporte consultará al Ministerio de Transporte y al Gobierno local cuando una solicitud de transporte implica una gran cantidad de datos militares, alta frecuencia o transporte inusual o especialmente delicado y tránsito a una zona peligrosa", señala la nota del Gobierno.


Un manifestante patea una bomba de gas lacrimógeno lanzada por la policía militar chavista (EFE)

Según Islandia, las 16 toneladas de material antidisturbios proviene de China pero no se sabe si se trata de un pago reciente o un acuerdo de hace un tiempo, que no se había llegado a cumplir.

No es la primera vez que bloquean un cargamento de gases lacrimógenos al gobierno de Maduro, que los usa para la brutal represión de las protestas opositoras. En julio pasado, Brasil detuvo la exportación de gas lacrimógeno a Venezuela por las "masacres" del régimen chavista.

lunes, 13 de agosto de 2012

Crisis islandesa y nuevo paradigma político (III)

La revolución islandesa 
Por Camilo Jiménez Santofimio, periodista de SEMANA 

 
Oddur Benediktsson
Foto de las protestas por la crisis económica que afectó a Islandia en 2008.
 

Islandia se ha convertido en la gran excepción de la eurocrisis. El país, que en 2008 se declaró en bancarrota, hoy cosecha los beneficios de sus reformas: el desempleo baja, la economía crece y el optimismo se siente por doquier. 
Lunes 9 Julio 2012 
Mientras que la congoja domina a gran parte de los países de Europa, entre ellos naciones de relevancia histórica y política como Grecia, España e Italia, la pequeña y lejana Islandia se ha convertido en una feliz, pero extraña excepción. 

En el sur y el oriente del continente, varios gobiernos han caído, las economías se desaceleran, las entidades financieras pierden su prestigio, el desempleo aumenta y la sombra de la crisis agobia a la gente. En Reikiavik, sin embargo, se percibe desde hace meses un marcado ambiente de júbilo. 

La semana pasada, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Ocde, anunció que la economía del país crecerá más que la de la eurozona. Según la Ocde, se espera que en 2012 el crecimiento alcance un récord de 2,8 por ciento y que, en 2013, se mantenga por encima del 2 por ciento. Además, el desempleo, que ya ronda el 6 por ciento, sigue cayendo. 

La alentadora situación de esta isla fría de 320.000 habitantes, ubicada en el Atlántico entre la isla británica y Groenlandia, es tema de expertos y comentaristas. En 2009, el sistema financiero islandés había colapsado después de que sus principales bancos, que habían sido desregulados, perdieran la capacidad de refinanciar sus deudas y cayeran en la quiebra. 

La economía del hasta entonces país más estable del mundo se había hecho dependiente del sistema financiero internacional y de los flujos monetarios de tal forma que el estallido de la crisis bancaria en 2008 decretó el fin de la bonanza económica. La banca se declaró insolvente y fue nacionalizada, las finanzas se hundieron en deudas y la clase política perdió credibilidad y confianza. 

La crisis tocó fondo cuando la plataforma de denuncias WikiLeaks publicó evidencia de que los bancos, pocas semanas antes de la crisis, habían hecho peligrosas inversiones y concedido prestamos ilegales para sacar el capital del país. 

Islandia tuvo que declararse, prácticamente, en bancarrota. La crisis política fue profunda y los otrora pacíficos habitantes de la isla salieron en bandada a protestar. Antes siquiera de que se pudiera pensar en una insolvencia de Grecia o Portugal, Islandia ya se había convertido en un primer precedente de que en Europa los escenarios más apocalípticos de una crisis también son posibles. 

¿Cuál fue la fórmula de la mejoría de Islandia? Según un informe publicado el fin de semana en el New York Times , el país logró rescatarse porque justamente hizo las cosas de manera contraria al resto de Europa. "Dejó colapsar a sus tres bancos principales, en vez de salvarlos. Se aseguró de que los ahorradores locales recibieran su dinero, y otorgó alivios a los propietarios de finca raíz y a los empresarios endeudados que estaban al borde de la quiebra", escribió la enviada especial Sarah Lyall. 

Desde que se recuperó, el gobierno islandés ha logrado mantener sus deudas en un nivel bajo y ha cuidado la solidez de su sistema social. De la Islandia que el cronista John Carlin describiera como "pequeña, rota y desesperada" , hoy no quedan rastros. La nación ha resurgido, vigorosa, gracias a una revolución excepcional que vivió en los últimos años. 

El gobierno está en manos de las mujeres, con Johánna Sigurdardóttir a la cabeza, una experimentada política de vena socialista que logró sacar a la isla de la ruina. Subió los impuestos a los ricos, diversificó la economía, saneó los bancos, redujo los intereses, la inflación y el déficit y alcanzó récords que solo pocas naciones europeas, por falta de dinero, se atreverían hoy a disputarle: ser, según el Foro Económico Mundial, la nación más justa socialmente y en cuanto a la igualdad de géneros . 

A comienzos de este año, Islandia alcanzó algo que muchos creían impensable. Fitch, una de las hoy temidas agencias de calificación financiera, elevó la nota del país al "grado de inversión". "La poco ortodoxa política de respuesta a la crisis de la isla ha tenido éxito", juzgo el instituto el pasado febrero . 

Aunque en el resto de Europa sea imposible seguir el modelo islandés al pie de la letra para solucionar la crisis, sorprende que los diversos y millonarios paquetes de rescate despachados en Bruselas no hayan logrado siquiera acercar la situación de la eurozona a la de Islandia. 

Hasta hoy ha habido docenas de "auxilios", "paracaídas" y "paraguas de rescate" para varias naciones del Viejo Continente. Muy pocos esperan que el "fondo de ayudas" más recientemente inaugurado, el ESM, con más de un billón de euros, pueda resolver los problemas de Europa. 

De las 17 naciones de la eurozona, solo Alemania, Francia, Finlandia, Austria, Luxemburgo y Holanda han podido mantener sus finanzas en orden. La crisis ha obligado a España, Portugal, Irlanda y Grecia a acudir a ayudas. Y siete países más tienen un futuro incierto. Eslovaquia, Estonia, Eslovenia, Chipre y Malta mantienen finanzas saludables que, sin embargo, en cualquier momento podrían 'contagiarse' de la crisis. Bélgica e Italia, mientras tanto, ya se perfilan como los siguientes candidatos de recibir apoyos.

sábado, 11 de agosto de 2012

Crisis islandesa y nuevo paradigma político (II)

La revolución silenciada 

 

Recientemente nos han sorprendido los acontecimientos de Túnez que han desembocado en la huida del tirano Ben Alí, tan demócrata para occidente hasta anteayer y alumno ejemplar del FMI. Sin embargo, otra “revolución” que tiene lugar desde hace dos años ha sido convenientemente silenciada por los medios de comunicación al servicio de las plutocracias europeas. Ha ocurrido en la mismísima Europa (en el sentido geopolítico), en un país con la democracia probablemente más antigua del mundo, cuyos orígenes se remontan al año 930, y que ocupó el primer lugar en el informe de la ONU del Índice de Desarrollo Humano de 2007/2008. ¿Adivináis de qué país se trata? Estoy seguro de que la mayoría no tiene ni idea, como no la tenía yo hasta que me he enterado por casualidad (a pesar de haber estado allí en el 2009 y el 2010). Se trata de Islandia, donde se hizo dimitir a un gobierno al completo, se nacionalizaron los principales bancos, se decidió no pagar la deuda que estos han creado con Gran Bretaña y Holanda a causa de su execrable política financiera y se acaba de crear una asamblea popular para reescribir su constitución. Y todo ello de forma pacífica: a golpe de cacerola, gritos y certero lanzamiento de huevos. Esta ha sido una revolución contra el poder político-financiero neoliberal que nos ha conducido hasta la crisis actual. He aquí por qué no se han dado a conocer apenas estos hechos durante dos años o se ha informado frivolamente y de refilón: ¿Qué pasaría si el resto de ciudadanos europeos tomaran ejemplo? Y de paso confirmamos, una vez más por si todavía no estaba claro, al servicio de quién están los medios de comunicación y cómo nos restringen el derecho a la información en la plutocracia globalizada de Planeta S.A. 

Esta es, brevemente, la historia de los hechos: 

  • A finales de 2008, los efectos de la crisis en la economía islandesa son devastadores. En octubre se nacionaliza Landsbanki, principal banco del país. El gobierno británico congela todos los activos de su subsidiaria IceSave, con 300.000 clientes británicos y 910 millones de euros invertidos por administraciones locales y entidades públicas del Reino Unido. A Landsbanki le seguirán los otros dos bancos principales, el Kaupthing el Glitnir. Sus principales clientes están en ese país y en Holanda, clientes a los que sus estados tienen que reembolsar sus ahorros con 3.700 millones de euros de dinero público. Por entonces, el conjunto de las deudas bancarias de Islandia equivale a varias veces su PIB. Por otro lado, la moneda se desploma y la bolsa suspende su actividad tras un hundimiento del 76%. El país está en bancarrota. 
  • El gobierno solicita oficialmente ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), que aprueba un préstamo de 2.100 millones de dólares, completado por otros 2.500 millones de algunos países nórdicos. 
  • Las protestas ciudadanas frente al parlamento en Reykjavik van en aumento. El 23 de enero de 2009 se convocan elecciones anticipadas y tres días después, las caceroladas ya son multitudinarias y provocan la dimisión del Primer Ministro, el conservador Geir H. Haarden, y de todo su gobierno en bloque. Es el primer gobierno (y único que yo sepa) que cae víctima de la crisis mundial. 
  • El 25 de abril se celebran elecciones generales de las que sale un gobierno de coalición formado por la Alianza Social-demócrata y el Movimiento de Izquierda Verde, encabezado por la nueva Primera Ministra Jóhanna Sigurðardóttir. 
  • A lo largo del 2009 continúa la pésima situación económica del país y el año cierra con una caída del PIB del 7%. 
  • Mediante una ley ampliamente discutida en el parlamento se propone la devolución de la deuda a Gran Bretaña y Holanda mediante el pago de 3.500 millones de euros, suma que pagarán todos las familias islandesas mensualmente durante los próximos 15 años al 5,5% de interés. La gente se vuelve a echar a la calle y solicita someter la ley a referéndum. En enero de 2010 el Presidente, Ólafur Ragnar Grímsson, se niega a ratificarla y anuncia que habrá consulta popular. 
  • En marzo se celebra el referéndum y el NO al pago de la deuda arrasa con un 93% de los votos. La revolución islandesa consigue una nueva victoria de forma pacífica. 
  • El FMI congela las ayudas económicas a Islandia a la espera de que se resuelva la devolución de su deuda. 
  • A todo esto, el gobierno ha iniciado una investigación para dirimir jurídicamente las responsabilidades de la crisis. Comienzan las detenciones de varios banqueros y altos ejecutivos. La Interpol dicta una orden internacional de arresto contra el ex-Presidente del Kaupthing, Sigurdur Einarsson. 
  • En este contexto de crisis, se elige una asamblea constituyente el pasado mes de noviembre para redactar una nueva constitución que recoja las lecciones aprendidas de la crisis y que sustituya a la actual, una copia de la constitución danesa. Para ello, se recurre directamente al pueblo soberano. Se eligen 25 ciudadanos sin filiación política de los 522 que se han presentado a las candidaturas, para lo cual sólo era necesario ser mayor de edad y tener el apoyo de 30 personas. La asamblea constitucional comenzará su trabajo en febrero de 2011 y presentará un proyecto de carta magna a partir de las recomendaciones consensuadas en distintas asambleas que se celebrarán por todo el país. Deberá ser aprobada por el actual Parlamento y por el que se constituya tras las próximas elecciones legislativas. 
  • Y para terminar, otra medida “revolucionaria” del parlamento islandés: la Iniciativa Islandesa Moderna para Medios de Comunicación (Icelandic Modern Media Initiative ), un proyecto de ley que pretende crear un marco jurídico destinado a la protección de la libertad de información y de expresión. Se pretende hacer del país un refugio seguro para el periodismo de investigación y la libertad de información donde se protejan fuentes, periodistas y proveedores de Internet que alojen información periodística; el infierno para EEUU y el paraíso para Wikileaks.
Pues esta es la breve historia de la Revolución Islandesa: dimisión de todo un gobierno en bloque, nacionalización de la banca, referéndum para que el pueblo decida sobre las decisiones económicas trascendentales, encarcelación de responsables de la crisis, reescritura de la constitución por los ciudadanos y un proyecto de blindaje de la libertad de información y de expresión. ¿Se nos ha hablado de esto en los medios de comunicación europeos? ¿Se ha comentado en las repugnantes tertulias radiofónicas de politicastros de medio pelo y mercenarios de la desinformación? ¿Se han visto imágenes de los hechos por la TV? Claro que no. Debe ser que a los Estados Unidos de Europa no les parece suficientemente importante que un pueblo coja las riendas de su soberanía y plante cara al rodillo neoliberal. O quizás teman que se les caiga la cara de vergüenza al quedar una vez más en evidencia que han convertido la democracia en un sistema plutocrático donde nada ha cambiado con la crisis, excepto el inicio de un proceso de socialización de las pérdidas con recortes sociales y precarización de las condiciones laborales. Es muy probable también que piensen que todavía quede vida inteligente entre sus unidades de consumo, que tanto gustan en llamar ciudadanos, y teman un efecto contagio. Aunque lo más seguro es que esta calculada minusvaloración informativa, cuando no silencio clamoroso, se deba a todas estas causas juntas. 

Algunos dirán que Islandia es una pequeña isla de tan sólo 300.000 habitantes, con un entramado social, político, económico y administrativo mucho menos complejo que el de un gran país europeo, por lo que es más fácil organizarse y llevar a cabo este tipo de cambios. Sin embargo es un país que, aunque tienen gran independencia energética gracias a sus centrales geotérmicas, cuenta con muy pocos recursos naturales y tiene una economía vulnerable cuyas exportaciones dependen en un 40% de la pesca. También los hay que dirán que han vivido por encima de sus posibilidades endeudándose y especulando en el casino financiero como el que más, y es cierto. Igual que lo han hecho el resto de los países guiados por un sistema financiero liberalizado hasta el infinito por los mismos gobiernos irresponsables y suicidas que ahora se echan las manos a la cabeza . Yo simplemente pienso que el pueblo islandés es un pueblo culto, solidario, optimista y valiente, que ha sabido rectificar echándole dos cojones, plantándole cara al sistema y dando una lección de democracia al resto del mundo. 

El país ya ha iniciado negociaciones para entrar en la Unión Europea. Espero, por su bien y tal y como están poniéndose las cosas en el continente con la plaga de farsantes que nos gobiernan, que el pueblo islandés complete su revolución rechazando la adhesión. Y ojalá ocurriera lo contrario, que fuera Europa la que entrase en Islandia, porque esa sí sería la verdadera Europa de los pueblos. 


No sin mi bici

miércoles, 8 de agosto de 2012

Crisis islandesa y nuevo paradigma político (I)

La solución de Islandia para salir de la crisis: ni un céntimo para los bancos
El país que no dio dinero público a la banca y llevó a políticos y banqueros a los tribunales ya está saliendo de la crisis
 
EVA PASTRANA@ABC_ES / MADRID 
Día 07/06/2012 - 05.14h 

 

Islandia, 2007: país pequeño, poco poblado y con alto grado de bienestar social. Cuatro pequeños bancos operaban en el interior del país. Poco a poco se fue permitiendo privatizar ciertos recursos, se facilitó la especulación bancaria. Se abusó de la vivienda como recurso de inversión, llegó el boom inmobiliario y con él, la concesión de créditos sin límite. En España ya hemos visto la película, pero en esta ocasión el final cambia. 

Como ocurrió con nuestro país, un par de años después Islandia se colapsó. En 2008, fueron nacionalizados los tres mayores bancos y su deuda pública empezó a multiplicarse. Un año después, el Parlamento acordaba devolver la deuda a Gran Bretaña y Holanda, sus principales acreedores bancarios. Cada familia islandesa debía pagar 3.500 durante 15 años al 5,5 % de interés. Aumentaron las protestas sociales y se convocó un referéndum en el que se decidió rebajar el interés al 3% y aumentar el periodo de pago a 37 años. 

Finalmente, Islandia tuvo que pedir un rescate internacional del FMI que le obligó a acometer importantes ajustes económicos. Pero, ahí empieza la diferencia: el Gobierno islandés no desembolsó ni una sola corona de los contribuyentes en los bancos. Los dejó quebrar. 

En octubre de 2008, Islandia dejó morir a tres grandes bancos —el Kaupthing, el Landsbanki Íslands y el Glitnir—. Renegoció la deuda con los acreedores (en su mayor parte de Alemania, Reino Unido y Holanda) y permitió que tomaran el control de las nuevas entidades. No obstante, se calcula que los tenedores de la deuda (casi todos extranjeros) sufrieron una quita del 70%. 

Islandia no es España 
Pese a las semejanzas en el discurrir de los acontecimientos, Islandia parte de un punto muy distinto. En el país escandinavo, para empezar, no circulan euros y eso les permite devaluar su moneda temporalmente, para ser más competitivos. En segundo lugar, los acreedores de la inmensa deuda de sus bancos, no eran los islandeses, sino alemanes, británicos y holandeses. Eso puede explicar que dejar morir a la banca, sea una opción para ellos, pero no para España. 

Sin embargo, hay otro tipo de medidas que Islandia tomó. Los tribunales escandinavos, por ejemplo, juzgaron si el ex primer ministro Geir Haarde era «parte responsable en la crisis financiera». Se trata, por el momento, del único proceso judicial abierto en el mundo contra un político por su presunta implicación en una crisis económica. 

El ex primer ministro negó todos los cargos. «Ninguno de nosotros estimaba que había algo mal en el sistema bancario», se defendió, al tiempo que añadía que no había ningún signo «claro» de que fuera a producirse ese «crack». Finalmente Haarde fue exculpado de tres de los cuatro cargos que se le imputaban aunque se le condenó por violar la ley de responsabilidad de los ministros. 

También sentará en el banquillo de los acusados la cúpula directiva del banco islandés Kaupthing Bank. El presidente y el consejero delegado de la entidad, fueron acusados junto a otros de fraude y manipulación por la Fiscalía Especial de Islandia, en el marco de sus investigaciones sobre el colapso de la banca islandesa en 2008. 

Brotes verdes 
A Islandia aún le quedan asuntos por resolver, pero está en el camino de conseguirlo. Su deuda pública sigue suponiendo el 100% del PIB y tiene una importante deuda privada, la inflación no está del todo estable y, aunque pagó anticipadamente de 339, 2 millones al FMI, aún le queda parte del préstamo por devolver. 

El mismo órgano acaba de publicar su última revisión sobre el estado de Islandia y las previsiones dicen que este año su economía crecerá un 2,4%, con un consumo privado tirando al 3% y compensando la caída de la inversión pública fruto de las medidas de austeridad. 

En la estepa islandesa ya se ven brotes verdes. Los islandeses han tirado el libro de estilo de las crisis económicas por la ventana y, por lo que parece, les está saliendo bien. 

ABC