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domingo, 2 de abril de 2017

Macri recibe a VGM y familiares

Macri recibe a ex combatientes y familiares de caídos en la Guerra de Malvinas
Una representación de 25 personas de distintas partes del país nucleadas en la Comisión de Familiares y a un grupo de 20 veteranos visita la Quinta de Olivos.

Perfil



Macri, presidente de la Nación. Foto:Cedoc 

Mauricio Macri recibirá desde las 9.30 de la mañana en Olivos a una representación de 25 personas de distintas partes del país nucleadas en la Comisión de Familiares, encabezada por María Fernanda Araujo, y a un grupo de veteranos pertenecientes a la Confederación de Combatientes, que preside el santafesino Rubén Rada.

Los familiares y ex combatientes irán a Olivos acompañados por funcionarios de la Secretaría de Derechos Humanos, quien acompaña a los organismos ante el inminente inicio de las tareas de identificación de las 123 tumbas NN en el cementerio de Darwin, que se realizará entre junio y septiembre próximo, a cargo de un equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja.

Los familiares, que rechazan la denominación 'NN', para referirse a los soldados caídos no reconocidos en el cementerio de las islas, escracharon hace dos semanas a Adolfo Pérez Esquivel y la comitiva que viajó para entablar una mejor relación con los kelpers.

De los múltiples homenajes previstos en todo el país, el acto central será la tradicional vigilia que se realizará la noche del sábado en la ciudad de Río Grande y la ceremonia del domingo en la ciudad de Ushuaia, pautada para las 11 de la mañana, que encabezará el ministro del Interior, Rogelio Frigerio; la gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone; y el intendente Walter Vuoto.

Otro punto de encuentro será la Plaza de Mayo a partir de las 15.30, convocado por la Mesa de Coincidencias Malvinas (MECOMA), que integran organismos de ex combatientes más vinculados a los derechos humanos como los centros de La Plata, Berisso, Merlo, Lanús, Marcos Paz, Lomas de Zamora, Esteban Echeverría y Avellaneda, así como la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y la Asociación Civil Diálogos por Malvinas.

jueves, 16 de julio de 2015

Sigue la colaboración británica con su eterno aliado: Chile

Los desafíos estratégicos de la Armada de Chile y los acuerdos con Reino Unido


El Subsecretario de Defensa de Chile, Marcos Robledo, y la Ministra para las Fuerzas Armadas del Reino Unido, Penny Mordaunt, presidieron la decimotercera reunión bilateral de Cooperación en Materias de Defensa entre Chile y el Reino Unido desarrollada en Londres a principios de julio, durante la cual se revisó el estado de la relación entre ambos Ministerios, los planes de cooperación vigentes y la propuesta de actividades de cooperación para el periodo 2015-2016, además de mantener conversaciones sobre operaciones de paz, ciberseguridad y los últimos acontecimientos en Europa y Medio Oriente.


Las cuestiones abordadas por Robledo en Londres durante su estadía dan cuenta de los desafíos estratégicos que enfrenta Chile y específicamente su Armada. En efecto, la marina es la institución que posee el material de origen británico de mayor significación para sus capacidades bélicas. Una fragata Tipo 22 y tres fragatas Tipo 23 son los buques de mayor poder ofensivo y tamaño que operan con bandera chilena. En particular, las Tipo 23 requieren reemplazar sus misiles Sea Wolf y también realizar algún tipo de trabajos mayores, al menos en el área de propulsión, y la solución para esto podría estar relacionada con las decisiones del gobierno Británico respecto al futuro de sus propias fragatas Tipo 23. En principio, y de acuerdo al "The Strategic Defence and Security Review" de 2010, estas operarán hasta el año 2020, fecha en que empezarían a ser reemplazadas por las nuevas Tipo 26.

Parece ser un proceso delicado equilibrar los requerimientos de la Armada con la declarada política latinoamericanista del gobierno, que debe de algún modo hacerse cargo, por ejemplo, del permanente reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas por parte de Argentina. Resulta evidente que parte de ese equilibrio es la realización de la reunión interministerial de defensa y simultáneamente la reafirmación de una política regional que no puede no tomar en cuenta una situación como la de Malvinas.

El Subsecretario Robledo impartió en Londres una conferencia organizada por Canning House, el principal foro del Reino Unido para el análisis de la política, la economía y los negocios de América Hispana. En su exposición titulada “Chile y el aporte de la Defensa en la Cooperación para la Seguridad Internacional. Una perspectiva desde el Regionalismo Latinoamericano”, el Subsecretario subrayó que América Latina -y América del Sur en particular- constituyen una zona de paz y añadió que “el regionalismo latinoamericano ha dado pasos importantes en años recientes, con la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, el nacimiento y rápido desarrollo de la Alianza del Pacífico y –muy especialmente para el ámbito de la seguridad- con la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), cuyo Consejo de Defensa Suramericano (CDS), constituye una herramienta central para seguir avanzando en la seguridad regional y contribuir a la paz internacional”.

"Iniciativas como la creación del Centro de Estudios Estratégicos de Defensa (CEED) en Buenos Aires o la Escuela Suramericana de Defensa (ESUDE) en Quito, son un ejemplo en esa dirección y un aporte concreto para la aspiración de construir un pensamiento estratégico regional”, destacó. (Por Roberto Sandoval; defensa.com)

Nuestro Mar

sábado, 3 de mayo de 2014

Otra raya más... al más corrupto de la historia

Cuando Néstor Kirchner defendía a Isabelita y apoyaba la guerra de Malvinas
Qué pensaba el expresidente años atrás. Las críticas a su pasado.

Por Ceferino Reato

Kirchner en tiempos pasados. | Foto: CEDOC

Treinta y dos años atrás, luego del desembarco en las Islas Malvinas, el abogado Néstor Kirchner respaldaba, como tantos otros políticos, esa decisión de la dictadura y cuestionaba a la conducción del peronismo porque, a su entender, no defendía como debía a la ex presidenta Isabel Martínez de Perón.

Kirchner vivía en Río Gallegos; allí se encontró con el vicepresidente del Partido Justicialista, el escribano Felipe Deolindo Bittel, que estaba de gira en el sur del país en apoyo a la guerra.

La delegación peronista estaba formada por otros dirigentes: Antonio Cafiero, Carlos Corach, Alberto Iribarne y Oraldo Britos.

“En la puerta del Hotel Santa Cruz, Bittel se cruzó con un hombre de unos 30 años, alto y de cabello largo, que lo increpó con un lenguaje duro, a centímetros del rostro, gritando consignas a favor de Isabel Perón”, escribió el periodista Walter Curia en su biografía El último peronista, ¿quién fue realmente Néstor Kirchner?

Kircher era un desconocido para todos los dirigentes nacionales y fue Eduardo Murguía, referente del PJ en Santa Cruz, quien tuvo que explicar de quién se trataba a los sorprendidos visitantes.

“No cuestionó la guerra; tampoco nos manifestó preocupación alguna por la violación de los derechos humanos”, me dijo, con ironía, uno de los participantes de aquella gira.

Kirchner era un abogado exitoso, es decir ya había hecho el dinero que, en su opinión, necesitaba para dedicarse a la política; su carrera política es conocida: fue intendente de Río Gallegos, gobernador de Santa Cruz y presidente de la Nación.

Una de las biógrafas oficiales de Cristina Kirchner, la periodista Sandra Russo relata en La Presidenta, historia de una vida, que ella le contó que su marido ya le había dicho: “Necesito ser abogado para hacer plata porque quiero ser gobernador de Santa Cruz”.

En realidad, casi todos los políticos respaldaron la guerra de Malvinas, a tono con la mayoría popular. Solo el radical Raúl Alfonsín y el liberal Álvaro Alsogaray se manifestaron en contra.

La decisión de la dictadura también contó con el respaldo de los empresarios, los gremios, varias organizaciones de Derechos Humanos y hasta de Montoneros, la guerrilla de origen peronista, que incluso se ofrecieron a combatir junto a las tropas de las Fuerzas Armadas.

(*) Editor ejecutivo de la revista Fortuna; su último libro es ¡Viva la sangre!

Perfil

lunes, 10 de junio de 2013

PNA recuerda a sus héroes de Malvinas

A 31 años del conflicto del Atlántico Sur: Se conmemoró la actuación de la Prefectura Naval Argentina en la Guerra de las Malvinas 




La Prefectura Naval Argentina, conmemoró esta mañana su actuación en el conflicto bélico de las Islas Malvinas y el combate aeronaval protagonizado por el guardacostas GC-83 Río Iguazú contra aviones Sea Harrier ingleses, el 22 de mayo de 1982. 

La ceremonia de homenaje se realizó en el muelle del Servicio de Buques Guardacostas de la institución, y fue presidida por el Prefecto Nacional Naval, prefecto general Luis Alberto Heiler, acompañado por el Subprefecto Nacional Naval, prefecto general Gerardo Horacio Crespo. 

También estuvieron presentes los ex combatientes de Prefectura, la plana mayor de la institución y la totalidad de las tripulaciones de los guardacostas que se encuentran amarrados en este Servicio. 

Durante el acto, el veterano de guerra retirado prefecto mayor Luis Berta, pronunció un emocionante discurso. Luego se arrojaron ofrendas florales a las aguas y la Banda de Música de la institución dedicó un minuto de silencio. 

Al finalizar, los prefectos generales Heiler y Crespo, acompañados por la plana mayor, subieron a bordo de un guardacostas y saludaron a los veteranos de guerra reunidos en la popa del barco. 

Combate aeronaval. 

El 22 de mayo el 1982, el guardacostas GC- 83 Río Iguazú zarpó con destino a Puerto Darwin en una misión de transporte de piezas de artillería. 

Luego de más de tres horas de navegación, el guardacostas fue atacado por dos aviones Sea Harrier. 

El entonces cabo segundo José Raúl Ibáñez, maquinista, ascendió a cubierta y observó que su compañero el cabo Julio Omar Benítez yacía muerto al pie de una de las dos ametralladoras. Además, el primer oficial, Gabino González, el contramaestre suboficial Juan Baccaro y el timonel, cabo segundo Carlos Bengochea, estaban gravemente heridos. 

La otra ametralladora había quedado inutilizada y no había ningún tripulante para reemplazar a Benítez. De pronto, se produjo un segundo vuelo de los atacantes. Ibáñez apuntó la ametralladora contra el Sea Harrier y disparó incansablemente. Lo imposible se produjo y el avión fue derribado por el guardacostas. 

José Raúl Ibáñez recibió la más alta condecoración que se otorgó: "La Nación Argentina al heroico valor en combate". Y la bandera del guardacostas "Río Iguazú" fue condecorada con la medalla "Honor al valor en combate". 


Fuente: www.prefectura.gov.ar

domingo, 17 de junio de 2012

Aniversario de la batalla de Mte Longdon

30º Aniversario del Combate de Monte Longdon. 

15/6/2012 

 
El 11 de junio, se recordó el combate de Monte Longdon al cumplirse el 30º aniversario del que fue uno de los combates más encarnizados por la defensa de Puerto Argentino durante el conflicto del año 1982 por la recuperación del archipiélago. 

En el cuartel del Regimiento de Infantería 7, ubicado en la localidad de Arana, se llevó a cabo la tradicional ceremonia para recordar las acciones, frente al cenotafio que se halla dentro de la unidad, enmarcado por el llamado “Monte de los Héroes”, conjunto de robles que recuerdan en cantidad a los caídos. 

El acto contó con la presencia de autoridades locales, veteranos de guerra y el público, que en forma multitudinaria acompañó y recordó a los héroes. 

El 11 de junio de 1982, cerca de las 20:30, las tropas británicas comenzaron el asalto sobre las tropas argentinas ubicadas en las alturas del Monte Longdon con el objeto de dominar la estratégica posición y continuar con su avance sobre la capital de las islas, hecho que dio inicio a la serie de combates que culminarían con la caída de Puerto Argentino. 

El combate duró cerca de 12 horas, y dejó un saldo de 54 muertos y más de 160 heridos en total por ambos bandos. La mañana del día 12, los británicos ganaron las alturas de Longdon y las tropas defensoras iniciaron el repliegue total hacia otras posiciones en los montes cercanos y hacia Puerto Argentino. 

Fuente: www.ejercito.mil.ar

miércoles, 2 de mayo de 2012

A 30 años del ataque contra el ARA Sobral


… Y no pudieron hundirlo

por Rubén Durán

Este 3 de mayo se cumplen 30 años del ataque de naves de la Royal Navy contra una pequeña embarcación argentina, que pese a haber sido impactada por devastadores misiles y haber perdido a su comandante, pudo mantenerse a flote y navegar de regreso al continente, en contra de todos los pronósticos.


El aviso ARA “Alférez Sobral” es un pequeño buque destinado a misiones de apoyo a la flota de la Armada Argentina que durante los comienzos de la Guerra de Malvinas se encontraba en la zona de operaciones realizando misiones de patrulla, rescate y salvamento al noroeste del archipiélago.

En esa zona lo sorprendió el inicio de las hostilidades del 1 de mayo de 1982, cuando la aviación y la armada británicas atacaron a las tropas argentinas acantonadas en Puerto Argentino y provocaron la reacción de la Fuerza Aérea Argentina (FAA), que lanzó varias incursiones contra el enemigo, algunas de ellas exitosas, pero al costo de varias pérdidas.

Una de esas bajas fue un bombardero Canberra MK 62 que fue derribado por los Se Harriers de la Royal Navy y cuya tripulación fue vista eyectándose de su avión en llamas sobre la Zona de Exclusión británica.

Suponiendo que esos aviadores se hallaban con vida en medio de las heladas aguas del Atlántico, el aviso “Alférez Sobral” recibió la orden de dirigirse a la zona de la caída para intentar un rescate.

Al mando de esa unidad se encontraba el Capitán de Corbeta Daniel Gómez Roca, un salteño de 39 años que de inmediato puso proa hacia el sector indicado, a pesar de saber que en el mismo podría estar parte o el grueso de la Task Force despachada por Londres para volver a invadir las Malvinas.

Las probabilidades de supervivencia de la nave no eran las mejores, ya que se trataba de un buque construido en 1944, armado con un cañón de 40 mm y dos de 20 mm y sin la electrónica necesaria para afrontar un combate con alguna unidad naval o aérea moderna.

El ARA Alférez Sobral llegó a la zona asignada recién a la noche del 2 de mayo, cuando ya se conocía lo sucedido con el crucero ARA General Belgrano, otro venerable recuerdo de la II Guerra Mundial que servía bajo la bandera argentina.

Aunque presentían que podían estar cerca de la flota británica, Gómez Roca y su tripulación ignoraban que el radar del destructor HMS Coventry ya los había detectado y había dado la alerta al portaviones HMS Hermes, buque insignia de la Task Force, que despachó un helicóptero de transporte Sea King para verificar la presencia del intruso.

En medio de la oscuridad austral los tripulantes del Sobral oyeron la aproximación de la aeronave y Gómez Roca ordenó de inmediato que todos ocupen sus puestos de combate, mientras disponía el cambio de rumbo para abandonar la zona de peligro.

El Sea King no representaba en sí una amenaza seria para la nave argentina, pero su sobrevuelo de reconocimiento anticipaba una reacción armada por parte de los ingleses. 

Efectivamente, un par de helicópteros de ataque Sea Linx, armados con los aún experimentales misiles Sea Skua,  partieron de los destructores HMS Coventry y Glasgow para dar caza al Sobral.

Helicóptero Sea Linx HAS.2 con misil Sea Skua. Malvinas 1982 (Imperial War Museum)


A bordo del aviso argentino todos y cada uno de sus tripulantes se hallaban en sus puestos, esperando el próximo paso del enemigo. Lamentablemente, la ausencia de un moderno sistema de detección los obligaba a asumir el combate casi a ciegas.

El primer golpe llegó a eso de las 2 de la mañana, cuando por estribor se divisaron unas luces similares a unas bengalas: eran los primeros Sea Skua que disparaba la Royal Navy en combate.

Uno de los proyectiles impactó contra una de las lanchas de salvamento, destruyéndola y proyectando una lluvia de esquirlas que hirieron a parte de la tripulación y dañaron el sistema de comunicaciones de la nave. Otro misil pasó a pocos metros del puente, provocando que el encargado de uno de los cañones de 20 mm disparara contra el mismo, creyendo que se trataba de un avión.

En el breve instante de calma que sobrevino, Gómez Roca le ordenó a su segundo, el Teniente de Navío Sergio Bazán, que bajara hasta el puesto de radio para que informara sobre el ataque, mientras disponía la inversión del rumbo para estabilizar la nave y ofrecer un mejor campo de tiro para sus pocas armas.

Capitán de Corbeta Sergio Gómez Roca y Capitán de Navío Sergio Bazán, comandante y segundo oficial, respectivamente, del ARA Sobral.

La maniobra y el oleaje imperante en la zona confundieron a los radares ingleses que vieron desaparecer al buque de sus pantallas, por lo que asumieron que lo habían hundido. Sin embargo, los helicópteros siguieron en la zona, ante la posible presencia de otra nave.
Los sensores de los Sea Linx volvieron a detectar al Sobral unos minutos después y abrieron fuego nuevamente.

No se sabe si el comandante Gómez Roca o alguno de los que se hallaba en el puente pudieron ver la aproximación del misil, ese es un dato que se llevaron a la eternidad.

Una violenta explosión estremeció al aviso y destruyó la totalidad del puente, provocando la muerte instantánea del capitán y de otros siete tripulantes. Bazán se salvó porque el médico lo había detenido en el camino para revisarle la herida sufrida durante el primer ataque.

De esta forma, el Capitán de Corbeta Sergio Gómez Roca se convirtió en el primer comandante de nacionalidad argentina de la Armada en morir en combate.

El cuarto de radio también había sido afectado por el impacto del Sea Skua, y sólo se pudo rescatar a un sobreviviente, el cabo Enríquez, gravemente herido.

Objetivo: Salvar el buque y regresar a casa


Bazán logró subir hasta el puente y descubrió una imagen desoladora:


“No había nadie. Todo estaba destruido. En un sector vi fuego, sólo fuego. Entonces me di cuenta que todos los que estaban en ese lugar estaban muertos”.

 Las muertes no eran el único problema del buque, ya que el mismo se había quedado sin gobierno y el incendio generado por el incendio amenazaba con expandirse por toda la superestructura.

No hubo tiempo para echarse a llorar por los caídos, Bazán asumió el mando de ese despojo flotante  y los equipos de control de daños entablaron un duro combate contra las llamas, mientras el personal de máquinas logró restablecer precariamente un sistema de gobierno.

Una vez que el fuego pareció estar dominado surgió un nuevo problema: La explosión había destruido todo el instrumental de navegación, tan vital para orientarse en alta mar y tan necesaria para regresar al continente.

Los sobrevivientes se las tuvieron que ingeniar para resolver ese problema recurriendo a los conocimientos básicos de la marinería, tomando en cuenta la dirección de las olas, que antes del segundo ataque venían del norte. Para calcular la velocidad, los maquinistas se basaban en las vueltas que daba el eje de la hélice.

Precisamente hacia el norte se dirigió el Sobral con sus 52 tripulantes vivos, que esperaban la llegada del golpe final de los británicos que nunca llegó. Después de navegar durante un día con ese rumbo, Bazán ordenó desviarse hacia el oeste, en dirección al continente.

De entre los restos del puente se pudo rescatar la rosa del compás magnético, inexplicablemente intacta, que fue colocada en la proa entre las dos cadenas de las anclas y que junto a dos brújulas de infantería de marina se convirtió en el improvisado instrumental que los guiaría a su destino.

En ese momento tan difícil y en medio de constantes rebrotes de los incendios a bordo, el Teniente Juan Carlos Casal y tres tripulantes solicitaron permiso para izar la bandera de guerra. Como el palo mayor había sido derribado por el ataque, los marinos la izaron en la pluma y formaron frente a ella, rindiendo honores a los caídos y a la insignia nacional, en un gesto que muchos asumieron como un acto de despedida.

La Fuerza Aérea al rescate


De esta forma, el barco comenzó a aproximarse a la Argentina continental, sin saber que desde la misma se había organizado una operación de búsqueda y rescate que involucraba a aeronaves de la Armada y la Fuerza Aérea, además de embarcaciones civiles.

El 4 de mayo, el Primer Teniente de la Fuerza Aérea  Miguel Lucero, a los mandos de un helicóptero Bell 212, partió de una base en Comodoro Rivadavia para participar en las tareas de búsqueda del aviso ARA Alférez Sobral, que había sido declarado como desaparecido por la Armada, en la creencia de que el mismo sólo tenía fallas en su sistema de comunicación.

Aviones de ala fija, con mayor autonomía que el helicóptero, extendían su área de exploración en busca del Sobral, pero con resultados negativos, debido a las condiciones climáticas adversas. Por ese motivo se les ordenó regresar a base.

Mientras tanto, a bordo del aviso herido las cosas no parecían ir mejor, ya que comenzaron a surgir dudas sobre la exactitud de la navegación, temiendo que el barco se encuentre en una posición muy diferente de la calculada. Para colmo, se generaron nuevos incendios entre las ruinas del puente, obligando a los agotados tripulantes a seguir luchando para que las llamas no terminen de devastar la frágil embarcación.

El 5 de mayo, Lucero y su equipo despegaron de Puerto Deseado a las 08:30 de la mañana y se dirigieron hacia el sur. Después de una hora se cruzaron con el buque Cabo San Antonio de la Armada Argentina y con algunos pesqueros.

Otra aeronave la Fuerza Aérea, un Fokker F-27, había detectado una embarcación que no respondía a los mensajes radiales, por lo que comunicó la novedad al continente.

El helicóptero de Lucero se dirigió hacia el lugar indicado por el F-27, que se encontraba como a una hora y media de vuelo. Pasado ese tiempo, el aviador pudo ver medio de la bruma un pequeño punto perdido en el mar que navegaba a la deriva.

Era cerca del mediodía cuando los cansados ojos de los sobrevivientes del Sobral vieron aparecer a lo lejos un helicóptero que se aproximaba a ellos.

De inmediato partieron dos bengalas  que fueron avistadas por Lucero, que aceleró en dirección al buque.

El ARA Alférez Sobral visto desde el aire (Revista Gente Nº 878)

A medida que el helicóptero se acercaba, sus tripulantes pudieron ver la cubierta superior arrasada del aviso, y recién tomaron conciencia de lo que había sucedido.

“Desde arriba pude observar la alegría de la tripulación. Empezaron a revolear las mantas, a saludarnos y a abrazarse entre ellos”, recordaba el suboficial auxiliar Horacio Raúl Deseta, un paracaidista de rescate de la FAA que participó de ese encuentro.

Precisamente fue Deseta el primero descender sobre el Sobral, suspendido del cable de la grúa del helicóptero que permanecía en vuelo estacionario a doce o quince metros de altura.
La operación no era nada sencilla, ya que había muchos cables y antenas esparcidas por la cubierta del barco. Deseta hizo señas a sus compañeros para que lo depositaran en una pequeña área sobre la popa.

Cuando el rescatista fue depositado en ese lugar, los marinos se acercaron para ayudarlo a sacarse el arnés y abrazarlo con lágrimas en los ojos. Pero no había tiempo que perder, Deseta le preguntó a Bazán por los heridos, y éste le señaló que el más grave era el cabo primero Enríquez, por lo que debía ser rescatado en primer lugar.

Suboficial Auxiliar de la Fuerza Aérea Horacio Deseta (Revista Gente Nº 878)

El suboficial aeronáutico pidió al helicóptero que le envíen una camilla para la evacuación, pero surgió otro problema: fuertes ráfagas de viento azotaban la cubierta y hacían imposible el ascenso del herido. Valiéndose de unas cuerdas, Deseta improvisó un arnés de izado para la camilla, donde ya se había colocado a Enríquez.

De esta forma se lo pudo subir al helicóptero, y luego se hizo lo mismo con otros dos lesionados, siendo todos trasladados al hospital de Puerto Deseado. Deseta se quedaría con los heridos menos graves, los muertos y el resto de la tripulación del Sobral.

Más tarde se completaría el traslado de los lesionados y los cadáveres al ARA Cabo San Antonio, un buque de desembarco de tanques de la Armada que se encontraba en la zona y que también remolcaría al Sobral hasta Puerto Deseado, donde llegaría durante la tarde de ese día, con toda su tripulación formada sobre la cubierta y con la bandera ondeando desafiante en su improvisado mástil.

 La Guerra de Malvinas no significaría el final de la carrera del ARA Alférez Sobral, ya que el mismo sería reconstruido en las instalaciones de la Armada en Puerto Belgrano y volvería a prestar servicios en el Atlántico Sur. Posteriormente, en 2010 recibiría como nuevo destino el apostadero de  la Base Naval Mar del Plata.

El  ARA Alférez Sobral se despide de Ushuaia para dirigirse a Mar del Plata, en febrero de 2010 (Gaceta Marinera Digital)

Fuentes:
. Historia de la Fuerza Aérea Argentina- Tomo VI- Vol. 1- Dirección de Estudios Históricos- 1998.-
. La Guerra de las Malvinas- Versión Argentina- Ed. Fernández Reguera- 1987.
. La Batalla por las Malvinas- M. Hastings y S. Jenkins- Ed. Emecé Editores- 1984.
. Revista Gente Nº 878- 1982- Ed. Atlántida.
. Biografía del Capitán de Fragata Sergio Gómez Roca- Lic. Benicio Oscar Ahumada- Departamento de Estudios Históricos Navales de la Armada Argentina.