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domingo, 1 de agosto de 2021

IM española: 2 años de prisión a marine desertor

Dos años de cárcel por deserción para un infante de Marina que se fue a trabajar a Colombia y Nueva Caledonia

Se marchó con un permiso, se quedó en su país de origen por la operación de su abuela, y pasó varios años como pintor y tripulante de un pesquero
El Confidencial Digital


Un infante de Marina.

La Sala Quinta, de lo Militar, del Tribunal Supremo, ha desestimado el recurso de casación penal que presentó un soldado de Infantería de Marina contra la sentencia del Tribunal Militar Territorial Primero de Madrid, que le condenó a dos años de cárcel como autor de un delito de deserción.

Así lo ha establecido en una sentencia consultada por Confidencial Digital, y que se puede leer íntegra pinchando aquí.

Los hechos probados declarados en la sentencia de instancia relatan una auténtica aventura por parte de ese infante de Marina.

Permiso de dos meses en Colombia

Cuando prestaba servicio en una residencia logística de la Armada, en el departamento de “habitabilidad”, en 2015 se le concedió una licencia de asuntos propios a disfrutar en Cali, en Colombia, país natal del militar, entre el 1 de febrero y el 1 de mayo de 2015.

“Días antes de finalizar la licencia concedida se puso en contacto telefónico con el personal militar de su Unidad de destino”, señala la sentencia, concretamente con su superior directo, y le contó que su abuela iba a ser intervenida quirúrgicamente el día 4 de mayo, requiriendo hospitalización.

Por ese motivo se le concedió un permiso de cuatro días por hospitalización acreditada de un familiar dentro del segundo grado de consanguinidad, por lo que se le dijo que debía presentarse en su unidad el 8 de mayo de 2015.

También se le advirtió que debía enviar documentación justificativa de la operación de su abuela, y él mandó un fax a su unidad de destino con un certificado.

Su abuela seguía ingresada

Los problemas comenzaron cuando “transcurrida la fecha de incorporación, una vez extinguido el permiso por asuntos propios y el permiso por hospitalización concedidos, esto es, a partir del 8 de mayo de 2015, el encausado no se incorporó a su Unidad”.

Sí llamó al alférez de Navío que era su superior, para decirle que su abuela seguía ingresada en la UCI y que no contaba con ningún familiar para poder acompañarla. Se le dijo que tenía obligación de reincorporarse a su unidad.

Gestiones de la Armada para localizarlo

En un juzgado togado se incoaron diligencias preparatorias, y el juez instructor citó al infante de Marina para que compareciese ante el juzgado el 7 de agosto de 2015. La Guardia Civil acudió a su domicilio en España, pero no estaba allí.

Meses después, el 4 de marzo de 2016, miembros de la Policía Judicial de la Policía Nacional intentaron localizar al soldado, sin éxito.

La Armada también hizo gestiones propias, y el 13 de enero de 2017, el Jefe del Gabinete del Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada pidió auxilio administrativo a la Agregaduría de Defensa española en Colombia al seguir en paradero desconocido el procesado, comunicando dicha Agregaduría que era necesaria una solicitud formal del Ministerio del Interior, o en su caso del Ministerio de Defensa.

Pintor y ayudante de taller en Colombia

El Tribunal Militar Territorial Primero de Madrid consideró probado, en el proceso que condujo a la condena por delito de deserción, que “durante el periodo que va del año 2015 al año 2016, el encausado vivió en Colombia”.

Es decir, el infante de Marina se habría quedado en su país natal tras esa licencia y el permiso para cuidar de su abuela. Según la sentencia de instancia, el soldado estuvo en Colombia ese tiempo “realizando distintas labores profesionales como pintor o ayudante en un taller, por las que era debidamente retribuido”.

En un barco pesquero en Oceanía

El soldado dejó Colombia, pero no para volver a España, sino para marcharse a otro lugar aún más remoto: “En el año 2018, se desplaza a Nueva Caledonia (Oceanía) donde reside durante dos años hasta el año 2020”.

Además, se comprobó que “en este segundo periodo trabajó en un barco pesquero de forma irregular, bajo la dependencia y organización de un empleador que retribuía sus servicios profesionales, con unas retribuciones mensuales de 1.500 euros aproximadamente”.

Llama la atención que la sentencia señala que esas retribuciones eran “superiores a las retribuciones que le corresponderían como soldado profesional”.

Detenido en el aeropuerto de Barajas

Pasados los años, el infante de Marina quiso volver a España: “El 11 de marzo de 2020, el procesado solicita y obtiene del Consulado General de España en París, un salvoconducto con caducidad 10 de abril de 2020, para desplazarse desde Noumea (Nueva Caledonia) hasta España”.

Además, el 6 de abril de 2020 se recibió en el juzgado instructor “solicitud formulada por quien manifiesta ser letrado del acusado, en el que manifiesta la voluntad de su patrocinado de ponerse a disposición de la justicia, procediéndose a tenerlo por personado mediante providencia al efecto”.

Dos días después se procedió al desarchivo de la causa “al recibirse llamada del letrado personado en el que avisa de que el acusado va a viajar a España”.

Justo después “se recibe comunicación telefónica de funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas informando que el soldado ha sido detenido en el aeropuerto”.

Finalmente el acusado fue puesto a disposición judicial el día 9 de abril de 202, decretándose su situación personal de libertad provisional tras llevar a cabo las diligencias pendientes, tomarle declaración y proceder a regularizar su situación militar.

“Sustraerse de sus obligaciones”

Por estos hechos, el infante de Marina fue condenado a dos años de prisión, al considerarle el Tribunal Militar Territorial Primero culpable del delito de deserción. Este delito se contempla en el artículo 57 del Código Penal Militar:

-- “El militar que, con ánimo de sustraerse permanentemente al cumplimiento de sus obligaciones, se ausentare de su Unidad, destino o lugar de residencia, o no se presentare, pudiendo hacerlo, cuando tenga la obligación de efectuar su incorporación, será castigado, como desertor, con la pena de uno a cuatro años de prisión, pudiendo imponerse, además, la pena de pérdida de empleo. En situación de conflicto armado o estado de sitio será castigado con la pena de cinco a quince años de prisión”.

El infante de Marina recurrió al Tribunal Supremo, argumentando que se le había condenado sin haber llevado a cabo una actividad probatoria suficiente.

La defensa del militar alegó que, en todo caso, se le había aplicado indebidamente el artículo 57, y que si acaso, se le podría aplicar el artículo 56 del Código Penal Militar, porque “no puede considerarse que tras la oportuna valoración de los hechos acreditados debidamente interrelacionados entres sí, pueda deducirse que el Soldado tenía la intención de sustraerse de la Unidad con carácter de permanencia”.

El artículo 56 castiga con la pena de tres meses y un día a dos años de prisión al “militar que, incumpliendo la normativa vigente, se ausentare de su Unidad, destino o lugar de residencia por más de tres días o no se presentare, pudiendo hacerlo”.

Casi cinco años ausente

Ninguno de estos argumentos convenció a los magistrados del Tribunal Supremo, que en su sentencia repasaron lo sucedido:

-- “Resumiendo los hechos probados, diremos que el soldado recurrente durante casi cinco años se ausentó de su Unidad y viajó al continente americano y a Oceanía, en los cuales estuvo desarrollando diversos trabajos. Fue detenido en el aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas cuando volvió a España. Durante dicho tiempo no se puso en contacto con ningún miembro de su Unidad”.
Para los magistrados de la Sala Quinta, de lo Militar, “deducir de estos hechos que el recurrente tenía ‘ánimo de sustraerse permanentemente al cumplimiento de sus obligaciones’ y que con tal ánimo se ausentó de su Unidad, no es una conclusión que infrinja de alguna manera las reglas de la lógica”.

Al contrario, señalan que “considerar que el recurrente conocía que se ausentaba de forma permanente de su Unidad, es precisamente lo que impone la lógica más elemental; y su ánimo de abandonar el Ejército aparece con claridad”.

Es más, según la sentencia del Supremo que desestimó el recurso de casación, en los hechos probados queda claro que el soldado de Infantería de Marina “podía presentarse en su Unidad y que, sin embargo, no lo hizo”.

Por ello consideran que “concurren todos los elementos del tipo penal de deserción previsto y penado en el art. 57 del Código Penal Militar”.

Y argumentan que cometió el delito penado en el artículo 57, y no el más leve del 56, debido al “carácter permanente de sustraerse al cumplimiento de sus obligaciones” que evidenciaron “sin duda, los casi cinco años de ausencia hasta que fue detenido”.

Así que la Sala Quinta desestimó el recurso y confirmó la condena de dos años de cárcel para este infante de Marina por un delito de deserción.

lunes, 14 de mayo de 2018

Soldados chavistas desertan


Los soldados venezolanos se desmoronan con las elecciones presidenciales por delante

Por Fabiola Zerpa y Noris Soto | Bloomberg

  • El ejército ha quedado sin tropas está encargado de supervisar las elecciones del 20 de mayo
  • Los jubilados han sido retirados del mercado cuando los oficiales huyen del país

Los oficiales militares se están uniendo al éxodo de venezolanos a Colombia y Brasil, huyendo de cuarteles y obligando al gobierno del presidente Nicolás Maduro a llamar a jubilados y milicias para llenar el vacío.

Las altas tasas de deserción en las bases de Caracas y el campo complican los planes de seguridad para las elecciones presidenciales en 13 días, que por ley requieren la custodia militar de material y maquinaria electoral en los centros de votación.

"El número es desconocido porque solía publicarse en el Boletín Oficial. Ahora no lo es ", dijo Rocío San Miguel, directora de Control Ciudadano, un grupo de vigilancia militar en Caracas. Ella dijo que los soldados están huyendo por la misma razón que los ciudadanos: "Los salarios son bajos, la calidad de la comida y la ropa no es buena".

La semana pasada, oficiales que tienen el rango de general fueron llamados y descuartizados durante varios días en sus unidades. Funcionarios jubilados y milicianos también fueron contactados por sus superiores, de acuerdo con un oficial retirado que pidió no ser identificado por temor a enojar al régimen. Los funcionarios del gobierno están entrenando a estas personas para la elección, dijo un segundo oficial retirado.

La escasez de tropas se produce cuando cientos de miles de venezolanos huyen de un colapso social, llenando ciudades y campamentos improvisados ​​en toda la región en la mayor emigración masiva en la historia moderna de América Latina. La hiperinflación ha hecho que la moneda sea prácticamente inútil, y la malnutrición es endémica. Casi 2 millones de venezolanos viven fuera del país.

Amasar poder

A medida que la nación una vez próspera se vino abajo, Maduro consolidó el poder creando una asamblea todopoderosa para eludir la legislatura nacional. El régimen encarceló y prohibió a los opositores y lanzó una ola de arrestos antes de la votación del 20 de mayo. Las organizaciones estadounidenses y regionales se han negado a reconocer que la votación sea legítima, y ​​la principal coalición opositora ha prometido un boicot frente a lo que dice será una competencia amañada.

Las elecciones venezolanas son supervisadas por su ejército, la fuerza más poderosa del país y una cada vez más entrelazada con el régimen de Maduro. La prisa por llenar unidades es requerida por el llamado Plan República, el despliegue de seguridad del Ministerio de Defensa que comienza la víspera del día de las elecciones y dura hasta el día siguiente. Por ley, las fuerzas armadas son garantes de la paz y la seguridad, protegiendo las boletas y las máquinas de votación en los 14,000 sitios de votación. Transportan estos materiales y maquinaria a cada centro de votación, a menudo una escuela, y lo guardan.


Tratamiento silencioso

Pero el nivel de deserción de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ha crecido exponencialmente en el último año, especialmente entre las tropas de menor rango. Al menos 10,000 soldados han pedido retirarse, dijo San Miguel, de Control Ciudadano, en marzo.

"Desde 2015 ha habido un aumento en detenidos militares acusados ​​de traición, deserción y otros crímenes", dijo. "Nuestra estimación es que hay 300 personas encarceladas, en su mayoría tropas. Algunos son altos funcionarios, otros son civiles vinculados al ejército ".

Un portavoz de las fuerzas armadas no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre las deserciones.

Los miembros de alto rango de las fuerzas armadas tienen prohibido el contacto con los rangos inferiores. Las filas de jóvenes militares que solicitan la jubilación son largas, dijo el primer oficial retirado. El oficial intentó hablar con uno, pero los oficiales que manejaban el cuartel les prohibieron hablar entre ellos. El jubilado dijo que los oficiales superiores temen que demasiada conversación permita a los oficiales y soldadores alistados formar alianzas para un golpe.

"Aquellos que piden retirarse son arrestados durante una semana en el cuartel general de contrainteligencia militar", dijo Gonzalo Himiob, director del Foro Penal, un grupo de derechos humanos. "Así de preocupado está el gobierno".

Dijo que la mayoría abandonó el país después de ser liberados. Himiob dijo que muchos han intentado dimitir en los últimos días de que el régimen no tiene espacio para encarcelarlos, y muchos pueden renunciar.

viernes, 16 de marzo de 2018

El régimen castrocomunista de Caracas quiere evitar más deserciones en sus fuerzas represoras

El régimen de Maduro evalúa prohibir la salida del país a policías y militares por la alta deserción

Los uniformados están dejando sus puestos de trabajo de a decenas y el gobierno chavista necesita de la mayor cantidad de hombres posibles para contener las protestas. Incluso, barajan la posibilidad de bloquear los pasaportes de los miembros de la Policía Nacional Bolivariana

Infobae


Agentes de la Guardia Nacional Bolivariana durante la represión de las protestas (AFP)

Los funcionarios policiales, que viven la crisis económica como cualquier otro venezolano, están comenzando a hacer lo que hacen miles de sus compatriotas: huir de Venezuela. Según difundió La Patilla, el régimen de Nicolás Maduro planea medidas extremas para evitar tanta deserción.

Es que de acuerdo con el medio venezolano los policías, que abarcan distintos rangos desde altos, medios y bajos, estarían faltando a sus obligaciones, "alegan reposos, solicitan la baja o simplemente desaparecen del organismo". La Patilla afirma que dentro de la Policía Nacional Bolivariana ya catalogan a estos agentes como "traidores a la revolución".


Asesinos de su propio pueblo: entrenados por cubanos hijos de puta.

Entre las acciones coercitivas que evalúa el régimen se incluye  la prohibición de salida del país, el bloqueo de pasaporte y alerta en el Sistema Integrado de Información Policial.

La "cacería de brujas" habría iniciado oficialmente luego de una reunión con el ministro de Interior y Justicia, y los altos mandos del cuerpo policial.

viernes, 17 de noviembre de 2017

Deserta un soldado norcoreano y es baleado

Cómo fue el dramático escape del soldado norcoreano que desertó al Sur y recibió seis disparos de sus ex camaradas

El militar, cuyo nombre no fue difundido, quedó en estado crítico y lucha por su vida tras lanzarse hacia la frontera bajo una lluvia de balas. Ya superó una cirugía, pero deberá someterse al menos a otras dos y sobrevive conectado a un respirador artificial



Soldados surcoreanos custodian la frontera en el antiguo pueblo de Panmunjom (Chung Sung-Jun/Getty)

Tras protagonizar un escape cinematográfico a bordo de un vehículo todo terreno y perseguido por las balas de sus ex compañeros, el soldado de Corea del Norte que logró desertar el lunes al Sur se encuentra en estado crítico debido a la gravedad de disparos que recibió.

"Vamos a encarar momentos cruciales durante los próximos 10 días", el doctor Lee Kuk-jong a la agencia Yonhap tras indicar que hay órganos importantes afectados y que se desconoce si logrará sobrevivir.

En un principio las autoridades militares surcoreanas habían informado que el soldado presentaba heridas en el hombro y el codo y que tras la intervención estaba en "fase de recuperación".


El Lee Cook-Jong explica la situación del desertor norcoreano herido por sus ex compañeros (AFP/Yonhap)

Pero el cirujano ha dicho que serán necesarias dos o tres operaciones en total para salvarle la vida y que de momento el hombre, que está inconsciente y conectado a un respirador, tendrá que guardar reposo durante dos o tres días antes de volver a pasar por el quirófano.

Según detalló este martes el Estado Mayor Conjunto surcoreano, el soldado alcanzó la Zona de Seguridad Conjunta (JSA, en inglés), única área fronteriza donde las tropas de seguridad de las dos Coreas se enfrentan cara a cara, a bordo de un vehículo todoterreno que tuvo que abandonar cuando una de las ruedas quedó incrustada en un desagüe.

El hecho sucedió cerca del pueblo de Panmunjom, antiguo asentamiento que quedó partido por la frontera.

El hombre, un presunto soldado raso, recibió seis disparos en su dramático escape de Corea del Norte. Temen por su vida (AFP/Yonhap)

El militar no lo dudó y se echó a correr para continuar su camino hacia la línea de demarcación de las dos Coreas, pero cuatro soldados del norte lo persiguieron e hicieron unos 40 disparos, seis de los cuales le alcanzaron.

El hombre, un soldado raso a juzgar por el uniforme, buscó refugio cerca de un edificio en la franja sur de la JSA y ahí fue hallado una media hora después por tropas surcoreanas.

Un helicóptero lo transportó hasta el Hospital Universitario de Ajou, en Suwon, al sur de Seúl, donde ha sido intervenido durante cinco horas por el doctor Lee, famoso en el país por haber atendido al capitán de un mercante surcoreano herido de bala tras el ataque de unos piratas somalíes en 2011.


Una vista del sector norcoreano desde el Sur (AFP)

Es muy poco común que se produzca una deserción en la JSA (hasta ahora se había producido una en 1998 y otra en 2007), y los expertos consideran que Corea del Norte elige cuidadosamente a los soldados que despliega en esa zona para evitar sucesos como este.

El hecho de que el soldado llegara a la JSA a bordo de un vehículo hace pensar que podría haber estado desplegado en otra zona lejos de la frontera y no pertenecer a este "selecto" grupo de militares.

Corea del Norte y Corea del Sur permanecen técnicamente en guerra, ya que el conflicto que las enfrentó entre 1950 y 1953 se saldó con un armisticio en lugar de un tratado de paz y la frontera es aún hoy una zona extremadamente peligrosa.

lunes, 17 de julio de 2017

Deserción en las fuerzas represivas chavistas

Al menos 123 soldados venezolanos fueron detenidos desde el inicio de la ola de protestas opositoras

Documentos militares revelaron que desde abril casi 30 miembros de las fuerzas han sido arrestados por desertar o abandonar su puesto y casi 40 por rebelión, traición o insubordinación. Se trata de la imagen más clara de la insatisfacción y la disidencia contra el régimen dentro de las filas militares de Venezuela
Infobae



Soldados del Ejército venezolano (AFP)


Al menos 123 miembros de las Fuerzas Armadas de Venezuela fueron detenidos desde que comenzaron en abril las protestas antigubernamentales por cargos que van desde traición y rebelión hasta robo y deserción, según documentos militares obtenidos ​​por Reuters.

La lista de detenidos -que incluye oficiales así como militares de bajo rango del Ejército, la Naval, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional- es la imagen más clara hasta la fecha de la insatisfacción y la disidencia dentro de las filas militares de Venezuela, de aproximadamente 150.000 hombres.

Los registros, que detallan a los prisioneros detenidos en tres cárceles venezolanas, muestran que desde abril casi 30 miembros de las fuerzas han sido detenidos por desertar o abandonar su puesto y casi 40 por rebelión, traición o insubordinación.

La mayoría de los prisioneros militares restantes fueron acusados ​​de robo.

En medio de una profunda crisis económica, millones de venezolanos sufren por la escasez de alimentos y una elevada inflación. Incluso dentro de las fuerzas armadas, los salarios comienzan con el sueldo mínimo, equivalente a alrededor de 12,5 dólares al mes al tipo de cambio del mercado negro, y, en privado, algunos miembros admiten estar mal pagados y subalimentados.

Desde que la oposición comenzó sus protestas hace más de tres meses, un puñado de funcionarios de seguridad han hecho público su descontento.


El presidente Nicolás Maduro durante un acto militar (EFE)

Los documentos militares vistos por Reuters, que cubren las detenciones hasta mediados de junio, parecían apoyar las afirmaciones de los líderes de la oposición de que la ira y la disidencia entre los soldados que viven difíciles condiciones económicas está más extendida.

"Demuestra baja moral y descontento; y, por supuesto, necesidad económica", dijo un general retirado del Ejército sobre las detenciones, pidiendo no ser nombrado por temor a represalias.

Los venezolanos ven a las Fuerzas Armadas como el principal agente de poder en la nación sudamericana. Los líderes de la oposición han exhortado repetidamente a los líderes militares a romper con el presidente socialista Nicolás Maduro.

Maduro dice que es víctima de una "insurrección armada" orquestada por sus adversarios con el apoyo del Gobierno de Estados Unidos que buscan ganar el control de la vasta riqueza petrolera de la nación miembro de la OPEP. Afirma que los altos mandos militares han estado de pie junto con él.

En privado, algunos miembros de la Guardia Nacional en las calles han reconocido estar agotados, mal pagados y subalimentados, aunque la mayoría permanece impasible durante las protestas y evita conversar con los periodistas.


Miembros de las fuerzas del régimen reprimen a los manifestantes con gases lacrimógenos (AFP)

Los documentos, que identifican a los detenidos por su rango, enumeran a capitanes, sargentos, tenientes y tropas regulares repartidos en tres cárceles en diferentes partes de Venezuela.

Un grupo de 91 está en Ramo Verde, una prisión cerca de Caracas en la que también está arrestado uno de los líderes de la oposición Leopoldo López.

Otras dos decenas están en la prisión de Pica, en la ciudad nororiental de Maturín, y ocho en la cárcel de Santa Ana, en el estado occidental de Táchira, cerca de la frontera con Colombia.

Tres subtenientes huyeron a Colombia y pidieron asilo en mayo, y un hombre que dijo ser un sargento venezolano apareció en un video publicado por medios locales el mes pasado expresando su disidencia e instando a sus colegas a desobedecer a los superiores "abusivos" y "corruptos".

Maduro culpa de los problemas a una "guerra económica" que está librando la oposición con el respaldo de Washington, una posición respaldada en público por altos funcionarios militares.

"Hay muchos que están buscando (…) unos 'rambitos' aquí dentro de la fuerza armada, pero no lo van a conseguir", dijo el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino, en un video publicado en las redes sociales el lunes, aludiendo a la especulación de un golpe de Estado militar.

(Con información de Reuters)