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miércoles, 16 de marzo de 2016

Marinos K despilfarran fondos en la ENN

En seis meses gastaron $ 750.000 en toner en una repartición de la Armada

Por: Fernando Morales - Infobae
Personal de ATE, con la cooperación de personal militar, denunció una aparente maniobra de malversación de fondos públicos en la Escuela Nacional de Náutica


El mismo día en que las máximas autoridades del Ministerio de Defensa ultimaban detalles de la presentación ante la Justicia de una denuncia penal por la desaparición de millones de municiones y otras irregularidades en Fabricaciones Militares durante la gestión del kirchnerismo, una investigación llevada adelante por personal de ATE con la cooperación de personal militar puso al descubierto una aparente maniobra de malversación de fondos públicos en la Escuela Nacional de Náutica, dependiente de la Armada pero conducida hasta el presente por un ex funcionario político de la gestión de Néstor y Cristina Kirchner. Cientos de miles de pesos en tóner para una única impresora, y compras de sofware por $600.000 a una empresa propiedad de un subsecretario de Estado con responsabilidad funcional directa en el establecimiento naval son algunas de las irregularidades más descabelladas. "Son los ríos de tinta de Cristina", comenta risueño un docente del instituto que no sale de su asombro ante la noticia.

Si bien la Armada administra la escuela en la que se forman los Oficiales de la Marina Mercante, la autoridad de aplicación en lo relativo a la instrucción de ese personal es la Secretaria de Transportes (hoy Ministerio). Hasta el 10 de diciembre, el funcionario con mando sobre este instituto era el subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación, Horacio Tettamantti, un conocido empresario marplatense dueño de la firma Servicios Portuarios Integrados, un polirrubro que maneja desde astilleros hasta la representación de empresas de equipamiento náutico y de simuladores de navegación.

De él dependía el director nacional de Marina Mercante, el capitán Sergio Dorrego, quien por obra y gracia del modelo y con la complacencia de la Marina de Guerra durante el gobierno de Cristina Kirchner, detentó entre 2010 y 2015 al mismo tiempo ese cargo junto con el de director de la escuela de formación naval. La propia Oficina Anticorrupción justificó este doble empleo "certificando" que Dorrego cumplía funciones de lunes a viernes de 7:30 a 15:00 en la Armada y de 15:30 a 23:30 en la Secretaria de Transportes.

A mediados de 2015, luego de una serie de escándalos que tuvieron amplia difusión en los medios, la Armada envió a esa escuela a un grupo de marinos de guerra a efectos de efectuar discretas tareas de control sobre el accionar de Dorrego, quien detentaba el curioso estatus de ser su propio superior, ya que su cargo nacional estaba en directa relación con la tarea que desarrollan todas las escuelas públicas y privadas que forman al personal de la marina mercante.

La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) realizó varias denuncias administrativas, laborales y penales contra el polifuncionario, incluso en el Ministerio de Defensa conducido por el ex ministro Agustín Rossi. Pero el ministerio sistemáticamente las mandaba al archivo sin investigarlas.

El recambio ministerial y de la cúpula naval hizo que muchos empleados de la Armada Argentina destinados en el lugar comenzaran a develar algunos misterios relacionados con el manejo de fondos y la forma discrecional en que se priorizaban sospechosas compras y contrataciones.

En este punto, personal de contaduría saco a relucir un lote de contrataciones efectuadas en 2015, entre ellas una llamativa compra de tóner para impresoras por $299.998,50, con el agregado de que poco tiempo después se realizó otra compra al mismo proveedor por $352.725. No conforme con ello, mediante el expediente 04/15 ESNN 3HO, el funcionario amplió la compra por otros $120.210,00, argumentando que los cartuchos son requerido para la impresora HP 5550 DN (la única de ese modelo que posee el instituto naval) correspondiente a la oficina de la Secretaría de Gestión de Certificaciones. Curiosamente, la propia Armada prohibió a sus escuelas de personal mercante que emitan certificados, algo que se hace en una dependencia de la fuerza ubicada en la calle Reconquista al 300.

Si esa adquisición suena disparatada, la compra de sofware por $600.000 a la empresa SPI (propiedad del jefe directo del capitán Dorrego en su otro trabajo) directamente raya en lo ilegal. Si bien el propietario de la mencionada firma había transferido su acciones al asumir el cargo, familiares y allegados quedaron al frente de la empresa y hasta su casilla de e-mail personal seguía perteneciendo al servidor oficial de la firma. Ahora, fuera de la función pública, ha retomado su cargo sin importar que la Ley de Ética Pública le impone una restricción de dos años para hacerlo.

Otras perlas encontradas en un lapso de tiempo auditado de pocos meses es la adjudicación de un servicio de limpieza por $1.000.000 en dos licitaciones, y la compra de material de limpieza por $300.000 al mismo prestador del servicio que se suponía tenía que traer su propio material para la tarea de limpieza. Tampoco parece tener justificación una abultada contratación de micros para dudosos transportes por más de $300.000 y la compra de "Banderas y Gallardetes" por $50.000.

ATE promovió una detallada denuncia ante la oficina de transparencia y ahora será esa cartera la que, una vez constatadas las irregularidades, elevará las actuaciones realizadas en sede administrativa a la Justicia federal.

"La labor del personal civil y militar de la Escuela de Náutica ha sido impecable y se analiza el curso de acción a tomar con la actual conducción", aseguran a Infobae desde la cartera que conduce Julio Martínez. La separación preventiva tanto de Dorrego como de su segundo al mando se perfilan al momento de cerrar esta crónica, como casi seguras.

sábado, 20 de febrero de 2016

Bolsones de resistencia K en la EDENA y la ENN

Las escuelas de "militancia y resistencia" que refugian al kirchnerismo
Fernando Morales - Infobae

La Escuela de Defensa Nacional es el reducto al que se replegaron decenas de militantes K del ministerio. Otro funcionario del Frente para la Victoria se atrinchera en la Escuela Nacional de Náutica


El primero del ex ministro Agustín Rossi está entre los militantes K que permanecen en la Escuela de Defensa Nacional - 

Infobae

A principios de 1948, el gobierno del General Perón comenzó a incubar la idea de crear una escuela superior dedicada al estudio de la defensa nacional, pero no relacionada con tácticas de combate o empleo de capacidades operacionales sino con un sentido estratégico de la defensa nacional.
Es así que un 29 de diciembre de 1950 mediante decreto nº 28.525 se crea la Escuela Nacional de Guerra. Este nombre, que poco se ajustaba a la primigenia idea, fue cambiado posteriormente en 1973 por el propio Perón por el que conserva hasta ahora: Escuela de Defensa Nacional (EDENA).
Desde entonces y en forma ininterrumpida, este instituto dependiente del Ministerio de Defensa de la Nación ha tenido su sede en la Calle Maipú 262 en un coqueto edificio que data de fines del siglo XIX, cuyo estado de conservación demuestra que no escapa a las estrecheces presupuestarias del área.
Sus aulas han albergado a dos tipos de alumnos bien distintos; por un lado, militares en actividad que cursaban estudios por haber sido destinados por sus fuerzas y, por otro, profesionales civiles con vocación de comprometerse con la defensa estratégica de la patria; aquí es importante remarcar que para un militar nunca el hecho de haber sido destinado como alumno o incluso como autoridad a esta escuela fue algo muy deseable; en el espíritu de las Fuerzas Armadas la interacción académica con civiles no termina de ser aceptada, aunque hay que reconocer que esto viene revirtiéndose en los últimos años. Un poco por convicción y otro por imposición de la política.
A su tradicional "Curso Superior de Defensa Nacional" se agregó en 1992 la "Maestría en Defensa Nacional" y, recientemente, dentro de la ola de convenios entre organismos políticos y universidades, se inauguró la "Especialización en Gestión para la Defensa". Esta creación del ex ministro de la anterior gestión tenía el único propósito de capacitar cuadros políticos ya no para entender en la defensa nacional, sino para colonizar y politizar las Fuerzas Armadas al mejor estilo venezolano. Como no podía ser de otra manera, la institución encargada de esta tarea sería la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
Fue la ex ministra Nilda Garré la que comenzó a desviar de sus objetivos naturales a esta escuela. Paulatinamente la conducción militar fue dejando paso a cargos políticos; allí recaló en primera instancia su ex viceministro Germán Montenegro (luego jefe de la policía aeroportuaria y actual docente en la universidad del sindicato de los encargados de edificios de la Capital Federal).
Actualmente la EDENA alberga además al Rectorado de la Universidad de la Defensa, al Centro de Egresados de la propia escuela y a la Subsecretaría de Formación del Ministerio de Defensa.
En la web de la Escuela de Defensa Nacional todavía se resisten a poner el nombre de las nuevas autoridades

Pero alberga algo mucho más preocupante para la gestión del ministro Julio Martínez que un simple agrupamiento de organismos: decenas de militantes designados por la anterior gestión se amontonan en sus oficinas en una suerte de "resistencia estoica" a la nueva gestión. Entre los más conspicuos se encuentran el Rector de la aún no activa "Universidad de la Defensa" Dr. Jorge Fernández y el ex jefe de gabinete de ministros del ministerio, el agrimensor Sergio Rossi, primo del ex ministro.
Detrás de ellos, un centenar de funcionarios y empleados de distintos niveles, que simplemente esperan pasar inadvertidos durante el mayor tiempo posible para seguir gozando de los beneficios que ofrece un aparato estatal nacional con tantos vericuetos y escondites que cosas como ésta escapan al auditor más avezado.
Tan escandalosa es esta "resistencia", que si hoy se ingresa a su página oficial en la sección autoridades sigue figurando Agustín Rossi como ministro de Defensa y el propio Fernández como subsecretario de Formación de la cartera militar. Efectuada la consulta a la propia Escuela, la respuesta fue: "No hemos recibido la orden de hacer cambio alguno."
Podría suponerse que un empleado administrativo sin poder de mando en la estructura del Estado especule esperando que tal vez su designación resista la revisión que las nuevas autoridades están efectuando en torno a los nombramientos de la última etapa del gobierno de Cristina Kirchner. Pero funcionarios con jerarquía de secretarios o subsecretarios de Estado atrincherados es algo que va más allá del sentido común.

Resistiendo en soledad

Otro instituto dependiente del Ministerio de Defensa, es la Escuela Nacional de Náutica "Manuel Belgrano". Este instituto es además el más antiguo de todos los del área, ya que fue creado por el propio Belgrano un 25 de noviembre de 1799. Es administrado por la Armada Argentina, aunque al ser formador de personal superior de la Marina Mercante, la intención de las actuales autoridades parece indicar que pasará a la órbita civil en breve.
En 2010, y en medio de un escándalo administrativo y judicial, el Gobierno consiguió colocar como Director del mismo a un funcionario político que detentaba otro cargo a nivel nacional, con el agravante de que hasta el 10 de diciembre de 2015 siguió ocupando simultáneamente los dos cargos, a pesar que ambos son de "dedicación exclusiva".
Eyectado del cargo nacional, el capitán Sergio Dorrego se refugió en su actividad docente. El pasado jueves, fue convocado por la jefatura de personal de la Armada Argentina, donde con toda la elegancia posible se le expusieron una gran cantidad de sumarios internos y denuncias judiciales que figuran en su legajo, las que incluyen desde malos tratos a violación de normativa propia de la Armada, con la sugerencia que sería prudente un paso al costado de una manera elegante.
Fiel a su confesa militancia y emulando al ex titular del AFSCA, Dorrego le comunicó al Almirantazgo que resistirá en su puesto, refugiándose en su despacho rodeado de medio centenar de militares y unos 300 civiles que, por ahora, no pueden hacer otra cosa que seguir cumpliendo sus órdenes, hasta tanto el ojo de la nueva gestión termine de descubrir estos bastiones de la militancia que resiste más por el salario que por los ideales.