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jueves, 7 de mayo de 2020

Corbetas clase Buyan-M realiza misiones de combate en el litoral báltico

Russian Navy Buyan-M class Project 21631 corvette Zelenyy Dol conducts combat mission in Baltic Sea

Navy Recognition

According to a Tweet of the Russian Ministry of Defense, published on May 4, 2020, Russian Navy Buyan-M class Project 21631 corvette Zelenyy Dol conducts combat training missions in the Baltic Sea.


Russian Navy Buyan-M class Project 21631 corvette Zelenyy Dol. (Picture source Russian MoD Twitter account)

The Buyan class, Russian designations Project 21630 Buyan and Project 21631 Buyan-M, are series of corvettes (small artillery and missile ships in Russian classification) developed by Zelenodolsk Design Bureau for the Russian Navy.

The Project 21631 (Buyan-M) corvette is the missile variant of Project 21630 Buyan Class corvette. Three Buyan Class corvettes were built by JSC Almaz Shipbuilding in St. Petersburg. The vessels serve the Caspian Flotilla of the Southern Military District.

The 900-ton class Project 21631 Buyan-M is a stretched version of the 500-ton Buyan class gunboat. The Buyan-M features a larger and more sophisticated weapons payload including state-of-the-art missile systems. The 62-meter longship is intended to perform anti-surface warfare (ASuW) combat missions with secondary air defense capability thanks to four Igla-1M surface-to-air missiles (SAM).

The Buyan-M weapon system consists of a single A-190 100 mm cannon, two AK-630M anti-aircraft guns, eight Club-S Kalibr anti-ship missiles, and four Igla-1M SAMs mounted on a 3M47 Gibka launcher. Besides, these vessels are equipped with different types of small weapons including two 14.5 mm heavy machine guns and three 7.6 2mm machine guns.

jueves, 9 de agosto de 2018

A Tifón español se le chispotió un misil sobre Estonia

Estonia califica de “incidente grave” el misil disparado por un Eurofighter español

El Ministerio de Defensa español abre una investigación y la OTAN ofrece su “apoyo total” para esclarecer los hechos



La Vanguardia


El primer ministro de Estonia, Jüri Ratas, ha pedido explicaciones al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sobre lo ocurrido este martes, cuando un Eurofighter español disparó de forma accidental un misil cuando participaba en unas maniobras sobre el país báltico. “Le transmití a Jens Stoltenberg que es un incidente grave y que estamos lógicamente preocupados”, ha indicado Ratas, según un comunicado emitido por su Ejecutivo, tras mantener una conversación telefónica con el secretario general de la OTAN.

Ratas ha sostenido que “afortunadamente, nadie resultó herido” y ha pedido que “se esclarezcan sin demora” las circunstancias en que ocurrió ese incidente en el espacio aéreo estonio. “La misión de la OTAN contribuye de forma importante a la seguridad de Estonia y de toda la alianza “, prosigue Ratas, a quien, según apunta, Stoltenberg le aseguró que todos los aliados implicados en esa operación investigarán lo ocurrido.

El Gobierno español ha abierto una investigación

El Ministerio de Defensa de España informó ayer mismo del incidente protagonizado por el Eurofighter español que realizaba maniobras de adiestramiento con aparatos franceses y disparó accidentalmente un misil aire-aire. Los aviones que participaban en las maniobras regresaron sin novedad a la base aérea de Siauliai, en Lituania, prosiguió el ministerio español, que ha abierto una investigación para esclarecer las causas del incidente.

Las aeronaves implicadas son dos Eurofighter españoles y otros dos Mirage 2000 franceses.El Eurofighter español, destacado en Lituania, realizaba una misión de adiestramiento junto con los aviones franceses en una zona del suroeste de Estonia, que está autorizada para este tipo de ejercicios. Los ejercicios que realizaban los aparatos son los habituales para las aeronaves destacadas en esa zona, en el marco de la operación de Policía Aérea en el Báltico (Lituania), en el que participa el destacamento español Vilkas Bap-47.

sábado, 20 de mayo de 2017

Maniobras bálticas pensando en Rusia

Finland, Norway, and Sweden are conducting a massive air exercise amid Russia tensions

Alex Lockie | Business Insider



A Finnish F-18 Hornet takes off of a highway. Finnish Defense Forces via YouTube

As part of the Nordic Defence Cooperation, Finland, Norway, and Sweden are joining forces for a large air exercise with help from the Netherlands, Belgium, Great Britain, Canada, France, Germany, Switzerland and the US nuclear-capable B-52H bombers.

The exercise will feature multi-role fighters, electronic warfare aircraft, airborne warning and control system aircraft, and ground-based air defense "for the purposes of crisis management," according to a statement from the Finnish Air Force.

The Scandinavian countries remain neutral militarily, but have seen their airspace and territorial waters regularly breached by Russian aircraft. Russia has also conducted mock nuclear strikes against Sweden.

The event promises to bring together some of the best platforms in Western aviation. US F/A-18s, F-16s, and F-15s with a variety of air forces will fly with Sweden's domestically-built Gripen and France's Dassault Mirage 2000 and Rafale fighters.


Sweden's Gripen mult-role fighter. Saab/YouTube

To top it off, a US nuclear-capable B-52H will make the long range trip to join the fighters and electronic attack craft near Russia's border. Meanwhile, the US has send B-2 Spirit nuclear-capable stealth bombers to the UK.

As it stands, Russian forces in the region outnumber NATO and Scandinavian forces significantly, and Finland and Norway share about 900 miles of border with Russia.

The exercise runs from May 22 to June 2.

sábado, 31 de diciembre de 2016

USA: Brigada de Hierro para disuadir a Rusia

Una brigada de hierro frente a la amenaza rusa
Estados Unidos prepara su mayor despliegue en Europa desde la Guerra Fría para mostrar su compromiso con la OTAN




Varios soldados preparan un vehículo militar para transportarlo a Europa en Fort Carson (Colorado), el 2 de diciembre. FOTO ANGE DESINOR / VÍDEO NATO CHANNEL Y EL PAÍS


MARÍA R. SAHUQUILLO - El País

Una veintena de vehículos Bradley de combate, demasiado limpios para haber circulado recientemente, aguarda bajo el frío sol de Colorado. A pocos metros, en una enorme explanada casi al pie de Cheyenne, una de las Montañas Rocosas, el capitán Musk revisa un grupo de coloridos contenedores con material militar. En un par de semanas, los blindados y los inmensos depósitos metálicos estarán en suelo europeo. Como los casi 4.500 soldados estadounidenses procedentes de la base de Fort Carson que se posicionarán desde enero en los países del Este y los bálticos. El despliegue, el mayor de tropas norteamericanas y armamento pesado en Europa desde la Guerra Fría, busca reforzar la región frente al expansionismo ruso y mostrar el compromiso de Washington con sus aliados de la OTAN.

El inicio de su misión coincidirá con la llegada a la Casa Blanca del nuevo presidente, Donald Trump, quien no sólo ha cuestionado la responsabilidad de EEUU hacia la Alianza Atlántica, sino que ha inquietado enormemente a sus socios que lindan con Rusia por su afinidad con el presidente Vladímir Putin. Pero en Fort Carson —donde EL PAÍS ha viajado invitado por la misión estadounidense en la OTAN— ni Musk, con su luminosa sonrisa de muchacho americano, ni sus mandos tuercen el gesto por la postura del republicano. “Nada ha cambiado, el compromiso y el espíritu de las tropas es exactamente el mismo”, afirma, serio, el sargento mayor David Gunn. Su objetivo, apunta el teniente coronel Stephen Capehart, es triple: verificar su competencia para lanzar en Europa una brigada blindada, reforzar la capacidad de trabajar con fuerzas aliadas y “contribuir a la defensa colectiva frente a toda amenaza”.

Y esa amenaza es Rusia. En la jerga militar y de la OTAN dicen que su propósito es “reasegurar” a los socios de la Alianza en la zona, antiguos miembros de la Unión Soviética o países satélites: Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Bulgaria. Pero ‘reasegurar’ quiere decir, básicamente, disuadir al Kremlin de las tentaciones de vulnerar la integridad de cualquiera de esos Estados tras la anexión rusa de Crimea y la guerra en el este de Ucrania, que en febrero cumplirá su tercer aniversario. La misión es también una demostración de fuerza del Ejército estadounidense, que llevará a territorio europeo además de a sus soldados, más de 2.800 vehículos militares —incluidos los ahora adormecidos Bradley, más de 80 tanques y numerosos trailers— y miles de armas de fuego.

En Fort Carson, al tercer batallón de combate de la 4ª brigada de infantería —el asignado a Europa— le toca entrenamiento interior. Y los soldados de la conocida como Brigada de Hierro probablemente lo agradezcan. Son las seis de la mañana y el termómetro no sube de los 12 grados negativos. En el gimnasio, a ritmo de música maquinera, el teniente David Hart levanta pesas. Aun así, su camiseta del Ejército americano está impoluta. “La seguridad europea es nuestra seguridad”, afirma. Espigado y con el pelo muy corto, este especialista en ingeniería de 29 años explica que todo el batallón viajará a Polonia para después desplegarse, por compañías, en el resto de países de la región donde entrenarán junto a las tropas aliadas en los que serán los mayores ejercicios de la historia reciente de la OTAN.






Hart se desplegará en Rumania. La soldado Abrianna Archuleta lo hará en Polonia. Es, a sus 18 años, la más joven de la brigada. Pequeña pero compacta, Archuleta fue campeona de lucha libre en su estado, Nuevo México, antes de alistarse, nada más terminar el instituto. Es especialista en sistemas de datos tácticos y una de las primeras mujeres en el equipo de artillería de primera línea. Quiere ser enfermera. Como sus compañeros, permanecerá nueve meses en su destino, rotatorio. La rotación son la fórmula que ha encontrado la OTAN para sortear la prohibición pactada con Rusia de establecer bases aliadas permanentes en los países del antiguo Pacto de Varsovia. La de Europa del Este es la primera misión de Archuleta. También la primera vez que sale de Estados Unidos. “Estoy muy emocionada”, reconoce con una pequeña sonrisa. No puede dar detalles técnicos de su papel en Polonia, pero apunta que la misión de la Brigada de Hierro, casi centenaria, es “ayudar a mantener la paz”
ampliar fotoUn soldado asegura el equipamiento para viajar a Europa en Fort Carson. A. DESINOR




El despliegue —dotado con un presupuesto de 3.400 millones de dólares (unos 3.250 millones de euros)— es hasta cierto punto controvertidos. Y no sólo por la postura del presidente electo hacia los países de destino, a quienes amenaza con dejar de defender —como marca el artículo 5 de la Alianza— si no aumentan su presupuesto para Defensa. También hay quien, como el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, ve en el las maniobras una cierta provocación a Rusia. El experto en seguridad Paul R. Gebhard, analista del think tank Atlantic Council, no es de la misma opinión. “¿Cuántos países tiene que invadir Rusia —que ha cambiado sus fronteras varias veces en los últimos años— para ser considerada una amenaza ”, plantea con algo de ironía.

Abrianna Archuleta. M. R. S.,

En Washington, en el Pentágono, el subsecretario de Defensa de EEUU, James Townsend, ya de salida de la Administración, reconoce que tras la invasión de Georgia (en 2008) se subestimó a Rusia. Algo que, incide, no puede volver a pasar. Ante un reducido grupo de periodistas europeos, explica que la nueva misión —como las otras emprendidas en la región— pretende asegurar que “Rusia o cualquier otro” percibe, sin ambages, que los socios de la OTAN se defienden entre sí.

El Pentágono, sin embargo, no tiene datos sobre la opinión de los estadounidenses acerca de una misión en países que muchos no han oído nombrar, en los que no hay guerra y frente a una amenaza que quizá no perciban. En Colorado Springs, una pequeña encuesta a los pocos ciudadanos que caminan bajo la nieve muestra un apoyo abrumador. Aunque la ciudad, una de las más conservadoras del país, reducto fervientemente republicano en un Estado que apoyó a Clinton en las elecciones de noviembre y capital de las iglesias evangélicas, es también sede de cuatro bases militares clave. No por casualidad fue escenario de la película Juegos de guerra.

En Fort Carson, el sargento Matthew Venn, de 31 años, ultima los preparativos para su despliegue. Será la cuarta misión para este pelirrojo de Kansas, después de haber estado en Irak —dos veces—, Afganistán y Kuwait como comandante de tanques. “Nada que ver… Esta vez que no va a una zona de conflicto estoy muy confiada y muchísimo más tranquila. Incluso algo celosa”, bromea a su lado Theresa, su esposa, veterana y ahora profesora de educación especial. La pareja tiene tres hijos, que se afanan en redecorar uno de los árboles de Navidad de la base. Aunque, como los Venn, las familias de los soldados no están inquietas por el despliegue en Europa, el teniente coronel Capehart incide en que no hay diferencia entre las distintas misiones. Como Townsend, para quien ninguna misión es rutinaria: “No están allí para un desfile militar, no son una guarnición, no se han ido de vacaciones. Están allí para combatir si deben, aunque esperamos que no tengan que hacerlo”.

EL SOLDADO DE LA SUERTE VUELVE A CASA

Dimitar Dzherikarov con sus dos hijos. M. R. S.,

Dimitar Dzherikarov ganó la ‘green card’ en la lotería. Sí, este búlgaro de 32 años participó en 2014 en el sorteo organizado por el Gobierno de EEUU para obtener la tarjeta de residencia permanente y triunfó. Hoy es ciudadano estadounidense y uno de los soldados que participará en el despliegue de tropas en Europa del Este.

Casado y con dos hijos, Dzherikarov estuvo en el Ejército búlgaro. De hecho, en 2005 se desplegó en Irak con el 5º batallón de infantería. Después, fue policía hasta que viajó a Estados Unidos. Se alistó en la Armada nada más llegar. “Tuve el sentimiento de que quería devolver algo, que quería hacer algo para merecer estar aquí”, remarca.

De alguna manera, vuelve a casa, aunque su destino principal será Rumania. “Estoy feliz de regresar a Europa, porque sé quién es quién allí. Necesitamos visibilizar nuestras fuerzas y demostrar quienes son nuestros amigos y que estamos allí por ellos”, dice.

martes, 16 de febrero de 2016

Rusia apuesta a tomar los países bálticos en tres días

Rusia necesitaría 72 horas para expulsar a la OTAN del Báltico
© Sputnik/ Alexey Filippov



Al Ejército ruso le harían falta 72 horas para expulsar a las fuerzas de la OTAN de Lituania, Estonia y Letonia en un hipotético conflicto armado, escribe el portal 7sur7 citando una evaluación del 'think tank' estadounidense RAND Corporation.

"Si mañana las tropas y los tanques rusos aparecieran en el Báltico, las fuerzas de la OTAN, superiores en armamento y tecnologías, serían vencidas en 72 horas", suponen los expertos de la entidad considerada un 'laboratorio de ideas' de las Fuerzas Armadas de EEUU.

Además, afirman que las tropas rusas supuestamente desplegadas a lo largo de las fronteras con los estados del Báltico son abrumadoras en comparación con los soldados de EEUU y sus aliados en esa región.

"Los rusos podrían tomar rápidamente el control de Riga (capital de Letonia) y Tallin (capital de Estonia)", concluye el organismo estadounidense.
Para prevenir este escenario hipotético, los expertos proponen a la OTAN enviar a la zona siete brigadas con armamento pesado que evitarán que Rusia "invada" el Báltico.

El organismo estimó que este aumento de la presencia militar de la Alianza costaría unos 2.700 millones de dólares anuales.

El presidente Barack Obama anunció recientemente que Washington planeaba aumentar hasta 3.400 millones de dólares la financiación del programa de ayuda bélica a su aliados en Europa en 2017.

La medida, aseguró Obama, estaba orientada a reforzar la presencia militar de EEUU en Europa.

Las relaciones entre Rusia y Occidente se deterioraron a raíz de la crisis en Ucrania que estalló tras el derrocamiento del presidente Víctor Yanukóvich en 2014, un hecho que Occidente reconoció como "legítimo", mientras que Moscú lo calificó de golpe de Estado.