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domingo, 1 de agosto de 2021

IM española: 2 años de prisión a marine desertor

Dos años de cárcel por deserción para un infante de Marina que se fue a trabajar a Colombia y Nueva Caledonia

Se marchó con un permiso, se quedó en su país de origen por la operación de su abuela, y pasó varios años como pintor y tripulante de un pesquero
El Confidencial Digital


Un infante de Marina.

La Sala Quinta, de lo Militar, del Tribunal Supremo, ha desestimado el recurso de casación penal que presentó un soldado de Infantería de Marina contra la sentencia del Tribunal Militar Territorial Primero de Madrid, que le condenó a dos años de cárcel como autor de un delito de deserción.

Así lo ha establecido en una sentencia consultada por Confidencial Digital, y que se puede leer íntegra pinchando aquí.

Los hechos probados declarados en la sentencia de instancia relatan una auténtica aventura por parte de ese infante de Marina.

Permiso de dos meses en Colombia

Cuando prestaba servicio en una residencia logística de la Armada, en el departamento de “habitabilidad”, en 2015 se le concedió una licencia de asuntos propios a disfrutar en Cali, en Colombia, país natal del militar, entre el 1 de febrero y el 1 de mayo de 2015.

“Días antes de finalizar la licencia concedida se puso en contacto telefónico con el personal militar de su Unidad de destino”, señala la sentencia, concretamente con su superior directo, y le contó que su abuela iba a ser intervenida quirúrgicamente el día 4 de mayo, requiriendo hospitalización.

Por ese motivo se le concedió un permiso de cuatro días por hospitalización acreditada de un familiar dentro del segundo grado de consanguinidad, por lo que se le dijo que debía presentarse en su unidad el 8 de mayo de 2015.

También se le advirtió que debía enviar documentación justificativa de la operación de su abuela, y él mandó un fax a su unidad de destino con un certificado.

Su abuela seguía ingresada

Los problemas comenzaron cuando “transcurrida la fecha de incorporación, una vez extinguido el permiso por asuntos propios y el permiso por hospitalización concedidos, esto es, a partir del 8 de mayo de 2015, el encausado no se incorporó a su Unidad”.

Sí llamó al alférez de Navío que era su superior, para decirle que su abuela seguía ingresada en la UCI y que no contaba con ningún familiar para poder acompañarla. Se le dijo que tenía obligación de reincorporarse a su unidad.

Gestiones de la Armada para localizarlo

En un juzgado togado se incoaron diligencias preparatorias, y el juez instructor citó al infante de Marina para que compareciese ante el juzgado el 7 de agosto de 2015. La Guardia Civil acudió a su domicilio en España, pero no estaba allí.

Meses después, el 4 de marzo de 2016, miembros de la Policía Judicial de la Policía Nacional intentaron localizar al soldado, sin éxito.

La Armada también hizo gestiones propias, y el 13 de enero de 2017, el Jefe del Gabinete del Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada pidió auxilio administrativo a la Agregaduría de Defensa española en Colombia al seguir en paradero desconocido el procesado, comunicando dicha Agregaduría que era necesaria una solicitud formal del Ministerio del Interior, o en su caso del Ministerio de Defensa.

Pintor y ayudante de taller en Colombia

El Tribunal Militar Territorial Primero de Madrid consideró probado, en el proceso que condujo a la condena por delito de deserción, que “durante el periodo que va del año 2015 al año 2016, el encausado vivió en Colombia”.

Es decir, el infante de Marina se habría quedado en su país natal tras esa licencia y el permiso para cuidar de su abuela. Según la sentencia de instancia, el soldado estuvo en Colombia ese tiempo “realizando distintas labores profesionales como pintor o ayudante en un taller, por las que era debidamente retribuido”.

En un barco pesquero en Oceanía

El soldado dejó Colombia, pero no para volver a España, sino para marcharse a otro lugar aún más remoto: “En el año 2018, se desplaza a Nueva Caledonia (Oceanía) donde reside durante dos años hasta el año 2020”.

Además, se comprobó que “en este segundo periodo trabajó en un barco pesquero de forma irregular, bajo la dependencia y organización de un empleador que retribuía sus servicios profesionales, con unas retribuciones mensuales de 1.500 euros aproximadamente”.

Llama la atención que la sentencia señala que esas retribuciones eran “superiores a las retribuciones que le corresponderían como soldado profesional”.

Detenido en el aeropuerto de Barajas

Pasados los años, el infante de Marina quiso volver a España: “El 11 de marzo de 2020, el procesado solicita y obtiene del Consulado General de España en París, un salvoconducto con caducidad 10 de abril de 2020, para desplazarse desde Noumea (Nueva Caledonia) hasta España”.

Además, el 6 de abril de 2020 se recibió en el juzgado instructor “solicitud formulada por quien manifiesta ser letrado del acusado, en el que manifiesta la voluntad de su patrocinado de ponerse a disposición de la justicia, procediéndose a tenerlo por personado mediante providencia al efecto”.

Dos días después se procedió al desarchivo de la causa “al recibirse llamada del letrado personado en el que avisa de que el acusado va a viajar a España”.

Justo después “se recibe comunicación telefónica de funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas informando que el soldado ha sido detenido en el aeropuerto”.

Finalmente el acusado fue puesto a disposición judicial el día 9 de abril de 202, decretándose su situación personal de libertad provisional tras llevar a cabo las diligencias pendientes, tomarle declaración y proceder a regularizar su situación militar.

“Sustraerse de sus obligaciones”

Por estos hechos, el infante de Marina fue condenado a dos años de prisión, al considerarle el Tribunal Militar Territorial Primero culpable del delito de deserción. Este delito se contempla en el artículo 57 del Código Penal Militar:

-- “El militar que, con ánimo de sustraerse permanentemente al cumplimiento de sus obligaciones, se ausentare de su Unidad, destino o lugar de residencia, o no se presentare, pudiendo hacerlo, cuando tenga la obligación de efectuar su incorporación, será castigado, como desertor, con la pena de uno a cuatro años de prisión, pudiendo imponerse, además, la pena de pérdida de empleo. En situación de conflicto armado o estado de sitio será castigado con la pena de cinco a quince años de prisión”.

El infante de Marina recurrió al Tribunal Supremo, argumentando que se le había condenado sin haber llevado a cabo una actividad probatoria suficiente.

La defensa del militar alegó que, en todo caso, se le había aplicado indebidamente el artículo 57, y que si acaso, se le podría aplicar el artículo 56 del Código Penal Militar, porque “no puede considerarse que tras la oportuna valoración de los hechos acreditados debidamente interrelacionados entres sí, pueda deducirse que el Soldado tenía la intención de sustraerse de la Unidad con carácter de permanencia”.

El artículo 56 castiga con la pena de tres meses y un día a dos años de prisión al “militar que, incumpliendo la normativa vigente, se ausentare de su Unidad, destino o lugar de residencia por más de tres días o no se presentare, pudiendo hacerlo”.

Casi cinco años ausente

Ninguno de estos argumentos convenció a los magistrados del Tribunal Supremo, que en su sentencia repasaron lo sucedido:

-- “Resumiendo los hechos probados, diremos que el soldado recurrente durante casi cinco años se ausentó de su Unidad y viajó al continente americano y a Oceanía, en los cuales estuvo desarrollando diversos trabajos. Fue detenido en el aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas cuando volvió a España. Durante dicho tiempo no se puso en contacto con ningún miembro de su Unidad”.
Para los magistrados de la Sala Quinta, de lo Militar, “deducir de estos hechos que el recurrente tenía ‘ánimo de sustraerse permanentemente al cumplimiento de sus obligaciones’ y que con tal ánimo se ausentó de su Unidad, no es una conclusión que infrinja de alguna manera las reglas de la lógica”.

Al contrario, señalan que “considerar que el recurrente conocía que se ausentaba de forma permanente de su Unidad, es precisamente lo que impone la lógica más elemental; y su ánimo de abandonar el Ejército aparece con claridad”.

Es más, según la sentencia del Supremo que desestimó el recurso de casación, en los hechos probados queda claro que el soldado de Infantería de Marina “podía presentarse en su Unidad y que, sin embargo, no lo hizo”.

Por ello consideran que “concurren todos los elementos del tipo penal de deserción previsto y penado en el art. 57 del Código Penal Militar”.

Y argumentan que cometió el delito penado en el artículo 57, y no el más leve del 56, debido al “carácter permanente de sustraerse al cumplimiento de sus obligaciones” que evidenciaron “sin duda, los casi cinco años de ausencia hasta que fue detenido”.

Así que la Sala Quinta desestimó el recurso y confirmó la condena de dos años de cárcel para este infante de Marina por un delito de deserción.

lunes, 23 de diciembre de 2019

Cascos azules implicados en abusos a menores en Haití

Argentinos, uruguayos y brasileños en el centro del escándalo por los “bebés cascos azules” en Haití

Son los hijos de los integrantes de la fuerza internacional que envió la ONU para ayudar a pacificar esa isla del Caribe. Hay numerosas denuncias por abuso sexual y violación
Por Gustavo Sierra || Infobae 


Un soldado de la Minustah patrullando en Cité Soleil, Haití. (Reuters)

En Haití los conocen como los “bébés casques bleus” (bebés cascos azules) o “Petit Minustah” (por el nombre de la misión de paz de las Naciones Unidas). Son cientos. Fueron concebidos por mujeres y niñas haitianas con soldados de la fuerza internacional provenientes de 13 países, la mayoría uruguayos y brasileños. También varios argentinos. Se registraron decenas de casos de abusos, violaciones y explotación sexual. Casi todos los niños fueron abandonados en la miseria.

“Niñas de apenas 11 años fueron abusadas y embarazadas” por soldados y civiles que estuvieron estacionados en Haití entre 2004 y 2017, y las niñas y mujeres fueron luego “dejadas en la más abyecta pobreza” para criar a sus hijos solas. “Pusieron algunas monedas en mis manos para dejarme un bebé adentro”, fue uno de los testimonios de lo sucedido. Las historias fueron recopiladas por un equipo de asistentes sociales que entrevistaron a 2.500 personas en los alrededores de diez bases de los cascos azules. El estudio estuvo dirigido por la profesora de Historia Moderna de la Universidad de Birmingham Sabine Lee y la científica clínica Susan Bartels de la Queen´s University de Ontario.

Entre muchas historias recopiladas, cuentan la de Marie (un nombre supuesto). Tenía 14 años y estudiaba en una escuela cristiana cuando conoció a Miguel, un soldado brasileño que formaba parte de las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU. Comenzaron a salir. Se veían en la playa, donde tenían sexo. Algunas veces iban a un hotel. Cuando ella le dijo que estaba embarazada de su bebé, Miguel le aseguró que la ayudaría con el niño. Pero al poco tiempo fue trasladado de regresó a Brasil y nunca más supo de él. Marie le escribió mensajes a través de Facebook. Miguel nunca respondió.

Después de enterarse de que estaba embarazada, el padre de Marie la obligó a abandonar la casa familiar y se tuvo que ir a vivir con una hermana. Su hijo ahora tiene cuatro años y Marie aún sigue sin recibir ningún apoyo del ejército brasileño, la ONU o el estado haitiano. Marie trabaja todo el día limpiando en una tienda donde le pagan 25 gourde por hora (alrededor de 26 centavos de dólar). Le alcanza apenas para comer ella y su hijo, pero no puede pagar la escuela o comprarle ropa.


Niños en un campamento de la ONU en Puerto Príncipe. Haití. REUTERS/Valerie Baeriswyl

La Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití, más conocida como Minustah por su acrónimo en francés, comenzó a funcionar en 2004 para dar apoyo a las fuerzas armadas y policiales haitianas sobrepasadas por la violencia de las bandas que controlan zonas como la del asentamiento de Cité Soleil, uno de los más grandes del mundo. La anarquía se había generado tras la renuncia del presidente Jean-Bertrand Aristide y la asunción de Boniface Alexandre. La fuerza estuvo a cargo del ejército de Brasil con 2.366 soldados y 2.533 policías, además de unos mil empleados civiles, de 19 países, distribuidos en 10 bases alrededor del país. Su trabajo terminó en octubre de 2017 y desde entonces se convirtió en la Misión de Naciones Unidas para el Apoyo de la Justicia de Haití (Minujusth) con 1.300 componentes. En el medio, se sucedieron las denuncias de violaciones y explotación sexual de menores por parte de los miembros de la misión.

En 2011, cuatro marinos uruguayos fueron acusados ​​de violar a un muchacho haitiano de 19 años en Port Salut. El asalto fue grabado con un teléfono celular por los mismos efectivos y se filtró a Internet. El adolescente y su familia se tuvieron que ir de la ciudad después de que el video se volviera viral. En noviembre de 2007, 114 miembros del contingente de Sri Lanka fueron acusados ​​de conducta sexual inapropiada y abuso de al menos nueve niños. Los apartaron de la fuerza, pero no recibieron sentencia. Fue la primera vez en que las autoridades en Nueva York reconocieron la gravedad del problema. La portavoz de la ONU, Michele Montas, dijo en un comunicado que “la ONU y el gobierno de Sri Lanka lamentan profundamente cualquier explotación y abuso sexual que haya ocurrido”. Después de investigar el caso, la Oficina de Servicios de Supervisión Interna de la ONU (OIOS) concluyó que “los actos de explotación y abuso sexual (contra niños) eran frecuentes y ocurrían generalmente de noche, y en prácticamente todos los lugares donde se desplegó el personal contingente”. En marzo de 2012, tres oficiales paquistaníes fueron declarados culpables de violar a un niño de 14 años con problemas mentales en Gonaïves. En 2015, se lanzó una nueva investigación sobre las fuerzas de paz de Minustah por abusar de cientos de haitianos. El estudio de las profesoras Lee y Bartels pone, por primera vez, en perspectiva y retrata la magnitud de lo sucedido.

El Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas dijo en un comunicado que tomaba en serio las cuestiones planteadas en el estudio y que combatir el abuso y la explotación sexual cometidos por los cascos azules es una de las principales prioridades del Secretario General, António Guterres. “Lamentablemente, hemos visto casos relacionados con el personal de Minustah en los últimos años, aunque las acusaciones generalmente han disminuido desde 2013”, dice el comunicado conocido esta semana. Estos casos se registraron en varias otras misiones de paz alrededor del mundo y desde siempre cuando un ejército conquista un territorio. Las violaciones generalizadas se usaron para castigar al derrotado y también para destruir la “pureza” de alguna etnia o raza.

 
El pelotudo ministro de Defensa argentino, Agustín Rossi, en una visita a los cascos azules de su país estacionados en Haití.

El Bureau des Avocats Internationaux, un grupo de abogados haitianos de Puerto Príncipe, presentó demandas de paternidad en nombre de 10 niños que, según los testimonios, fueron engendrados por el personal de mantenimiento de la paz. Sienna Merope-Synge del Instituto para la Justicia y la Democracia en Haití, dijo al New York Times que desde 2016 se registraron varias reuniones con funcionarios de la ONU para que el organismo internacional se haga cargo de manutención de los hijos de los soldados pero que no obtuvieron ninguna respuesta en concreto. “Esta investigación confirma que la práctica estándar de la ONU es explotar a las mujeres, desde las que viven en tiendas de campaña hasta las que se presentan en las conferencias, y luego aplastarlas como insectos si se atreven a quejarse del abuso sexual, y amenazan la cultura de derecho de 75 años del patriarcado de la ONU e impunidad”, dijo en un comunicado Paula Donovan, cofundadora de AIDS-Free World, un grupo que frecuentemente critica a la ONU por el abuso sexual y las cuestiones de género.

El estudio describe varios casos en los que las mujeres se sometieron a los abusos a cambio de unos pocos dólares para paliar el hambre de ellas y sus familias. Las autoras aclararon que a las testigos que residen en comunidades de alrededor de las bases de las Naciones Unidas se les preguntó “cómo es ser una mujer o una niña viviendo en una comunidad que alberga una misión de mantenimiento de la paz”. No se les preguntó específicamente sobre posibles abusos o relaciones sexuales con personal de la misión de paz. Las testigos plantearon el tema ellas mismas.

Otro tema que surgió en las entrevistas es el de los soldados internacionales que trajeron, sin saberlo, el cólera a Haití después del terremoto de 2010. Hubo 800.000 contagiados y 10.000 muertos. Uniformados nepaleses, entre ellos los famosos gurkas, llegaron infectados y la bacteria se propagó por el manejo indebido de los desechos en las bases. El ex secretario general, Ban Ki Moon pidió disculpas por lo sucedido y entregó un subsidio de 400 millones de dólares para atender las necesidades de las víctimas. También hubo contagios masivos de HIV.


 
Gráfico original publicado en el informe, en el que muestra la magnitud de lo sucedido dividido por país de origen de los soldados.

El estudio destaca que también hubo relaciones sexuales consensuadas entre los miembros de la Minustah y las mujeres locales. En algunos casos, estas fueron relaciones casuales de citas que resultaron en un embarazo, como fue el caso en esta historia, compartida por una chica de Port Salut: “Tenía una hermana que estaba saliendo con un soldado. Toda mi familia lo sabía, mi madre y otras personas. Quedó embarazada...Él se fue y nunca más supimos nada. Desde entonces, la vida de mi hermana es un desastre”. Otra mujer de Cité Soleil dijo que “los soldados enamoraban a chicas muy jóvenes, de no más de 15 años, algunas de apenas 12 o 13, las iniciaban sexualmente y después de un tiempo las dejaban. Muchas quedaron embarazadas y se las puede ver cargando unos niños mestizos”. Algunos hablan de conductas recurrentes obligadas por la necesidad: “La dejó en la miseria. Le daba unos pocos dólares. Y como todos, cuando los trasladaron se desentendió de todo. La chica tuvo el bebé y no podía mantenerlo. Así que comenzó todo el proceso de nuevo con otro soldado.”

Otras relaciones se describieron como más comprometidas y amorosas: “Vivía en Cité Soleil y tenía una relación de amor con un Minustah. Quedé embarazada de él y los dos estábamos muy contentos. Cuando se fue, me siguió mandando algo de dinero cada tanto. No soy la primera chica enamorada que la dejaron cuando quedó embarazada”. Otros testimonios incluso hablan de chicas de Leogane que habrían buscado quedar embarazadas por los soldados porque “querían que estos niños fueran hermosos”. Pero lo paradójico es que estos niños mestizos también son señalados y discriminados en sus comunidades, precisamente, por tener rasgos diferentes.

“Lo que hicieron estos oficiales y soldados es muy grave. Tiene y tendrá consecuencias por mucho tiempo. Y no es un problema exclusivo de la ONU, es un problema militar brasileño y uruguayo y de todas las fuerzas que contribuyeron a la Ministah y cometieron los abusos y violaciones”, comenta la profesora Lee en las recomendaciones del informe. “Sin embargo, la ONU todavía no encontró una manera de pedir cuentas a las tropas de los estados miembros. Y si esto no se detiene, va a seguir sucediendo en cualquier otra misión de paz que se emprenda”.

jueves, 16 de noviembre de 2017

2 SEAL enfrentan la pena de muerte por matar un Boina Verde

2 US Navy SEALs suspected of killing an Army Green Beret could face the death penalty


Alex Lockie | Business Insider



The two US Navy SEALs who authorities suspect killed US Army Staff Sgt. Logan Melgar in a diplomatic compound in Bamako, Mali, may face the death penalty if convicted, a legal expert told Business Insider.

Investigators have ruled Melgar's death a homicide by strangulation, and a recent report in The Daily Beast cited five sources in the special-operations community as saying the SEALs, who have not been publicly identified, killed Melgar after he discovered they had illegally pocketed money used to pay informants.

Lawrence Brennan, a former US Navy captain who's an expert on naval law, told Business Insider that although the Navy had not executed a sailor in more than 150 years, this case was extraordinary.

"If the reported facts were established, the murder of Staff Sgt. Melgar would be among the most aggravating factors and could justify referral to courts-martial as capital cases," Brennan told Business Insider.

According to the law, "the death penalty is available in cases of pre-meditated murder, as appears possible in this case," Brennan said.

Brennan said the SEALs could stand before the military equivalent of a grand jury, where capital punishment would be on the table.

Melgar, a 34-year-old Texan, deployed to Afghanistan twice. He was assigned to Mali with the 3rd Special Forces Group to help train locals and support counterterrorism operations.

martes, 31 de octubre de 2017

Investigan si 2 Navy Seals ahorcaron a un Boina Verde en Mali

2 Navy SEALs Under Suspicion in Strangling of Green Beret in Mali

By ERIC SCHMITT | New York Times




WASHINGTON — Navy criminal authorities are investigating whether two members of the Navy’s elite SEAL Team 6 strangled to death an Army Green Beret on assignment in Mali in June, military officials say.

Staff Sgt. Logan J. Melgar, a 34-year-old veteran of two deployments to Afghanistan, was found dead on June 4 in the embassy housing he shared in the Malian capital, Bamako, with several other Special Operations forces assigned to the West African nation to help with training and counterterrorism missions.

The soldier’s superiors in Stuttgart, Germany, almost immediately suspected foul play, and dispatched an investigating officer to the scene within 24 hours, military officials said. Agents from the Army’s Criminal Investigation Command spent months on the case before handing it off last month to the Naval Criminal Investigative Service.

No one has been charged in Sergeant Melgar’s death, which a military medical examiner ruled to be a homicide — strangulation, said three military officials briefed on the autopsy results. The two Navy SEALs, who have not been identified, were flown out of Mali soon after the episode and were placed on administrative leave.

The death has been shrouded in mystery, and the biggest unanswered question is why Sergeant Melgar was killed. “NCIS does not discuss the details of ongoing investigations,” Ed Buice, the agency’s spokesman, said in an email, confirming that his agency took over the case on Sept. 25.

Neither the Army nor the military’s Africa Command issued a statement about Sergeant Melgar’s death, not even after investigators changed their characterization of the two SEALs from “witnesses” to “persons of interest,” meaning they were trying to determine what the commandos knew about the crime and if they were involved.

When contacted separately by telephone on Saturday, Sergeant Melgar’s widow, Michelle, and his brother, Shawn, declined to comment.

The uncertainty has left soldiers in the tight-knit Green Beret community to speculate whether the killing might have been the result of a personal dispute among housemates gone horribly wrong or whether Sergeant Melgar might have stumbled upon some illicit activity the SEALs were involved in, and they silenced him.

Revelations about Sergeant Melgar’s death surface against the backdrop of four Americans soldiers killed in an ambush in neighboring Niger this month while conducting what initially was a reconnaissance patrol but later shifted unexpectedly to supporting a much more dangerous counterterrorism mission against Islamic militants in the area.

lunes, 30 de octubre de 2017

EA: ¡Echen a esta basura!

Una capitana del Ejército cometió una falta grave y participó en actos de La Cámpora



Claudia Luciana Santillán, a la derecha de Juan Cabandié en un acto de La Cámpora

A la Capitana del Ejército Claudia Luciana Santillán no le importó cometer una falta grave al participar, e inclusive fotografiarse, durante actos partidarios. Es que, independientemente de cuál sea el espacio político en cuestión, aquellas personas con estado militar tienen prohibido involucrarse políticamente, aún cuando no visten su uniforme.



Santillán forma parte del Ejército y ocupa actualmente el cargo de Capitana médica del Liceo Militar General San Martín. En las imágenes aquí publicadas se la puede observar en funciones, luciendo su uniforme. En otras fotografías, la “capitana kirchnerista” aparece junto a Juan Cabandié durante un acto de La Cámpora. Tampoco dudó en mostrarse junto a otras personas con remeras de esa agrupación, posando con el característico gesto de los dedos en “V”.



Se trata de una falta grave a los reglamentos militares. Por casos menos explícitos en los cuales no hubo banderas políticas de por medio, el gobierno kirchnerista había sancionado a militares. En 2006, cinco oficiales de la Compañía de Comando 601, de Campo de Mayo, habían participado de un homenaje a las víctimas de la guerrilla durante los 70.

Se trataba de un recuerdo a la memoria de aquellos caídos, mediante un acto sin afiliaciones partidarias. De todos modos, fueron arrestados.



A pesar de este antecedente, y suponiendo que debería conocer las prohibiciones que conlleva ser miembro de la fuerza, Claudia Luciana Santillán decidió exponerse junto a militantes de La Cámpora e inclusive se mostró al lado de algunos sus referentes, como Mariano Recalde y Juan Cabandié.



Debate Noticias

lunes, 17 de julio de 2017

Deserción en las fuerzas represivas chavistas

Al menos 123 soldados venezolanos fueron detenidos desde el inicio de la ola de protestas opositoras

Documentos militares revelaron que desde abril casi 30 miembros de las fuerzas han sido arrestados por desertar o abandonar su puesto y casi 40 por rebelión, traición o insubordinación. Se trata de la imagen más clara de la insatisfacción y la disidencia contra el régimen dentro de las filas militares de Venezuela
Infobae



Soldados del Ejército venezolano (AFP)


Al menos 123 miembros de las Fuerzas Armadas de Venezuela fueron detenidos desde que comenzaron en abril las protestas antigubernamentales por cargos que van desde traición y rebelión hasta robo y deserción, según documentos militares obtenidos ​​por Reuters.

La lista de detenidos -que incluye oficiales así como militares de bajo rango del Ejército, la Naval, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional- es la imagen más clara hasta la fecha de la insatisfacción y la disidencia dentro de las filas militares de Venezuela, de aproximadamente 150.000 hombres.

Los registros, que detallan a los prisioneros detenidos en tres cárceles venezolanas, muestran que desde abril casi 30 miembros de las fuerzas han sido detenidos por desertar o abandonar su puesto y casi 40 por rebelión, traición o insubordinación.

La mayoría de los prisioneros militares restantes fueron acusados ​​de robo.

En medio de una profunda crisis económica, millones de venezolanos sufren por la escasez de alimentos y una elevada inflación. Incluso dentro de las fuerzas armadas, los salarios comienzan con el sueldo mínimo, equivalente a alrededor de 12,5 dólares al mes al tipo de cambio del mercado negro, y, en privado, algunos miembros admiten estar mal pagados y subalimentados.

Desde que la oposición comenzó sus protestas hace más de tres meses, un puñado de funcionarios de seguridad han hecho público su descontento.


El presidente Nicolás Maduro durante un acto militar (EFE)

Los documentos militares vistos por Reuters, que cubren las detenciones hasta mediados de junio, parecían apoyar las afirmaciones de los líderes de la oposición de que la ira y la disidencia entre los soldados que viven difíciles condiciones económicas está más extendida.

"Demuestra baja moral y descontento; y, por supuesto, necesidad económica", dijo un general retirado del Ejército sobre las detenciones, pidiendo no ser nombrado por temor a represalias.

Los venezolanos ven a las Fuerzas Armadas como el principal agente de poder en la nación sudamericana. Los líderes de la oposición han exhortado repetidamente a los líderes militares a romper con el presidente socialista Nicolás Maduro.

Maduro dice que es víctima de una "insurrección armada" orquestada por sus adversarios con el apoyo del Gobierno de Estados Unidos que buscan ganar el control de la vasta riqueza petrolera de la nación miembro de la OPEP. Afirma que los altos mandos militares han estado de pie junto con él.

En privado, algunos miembros de la Guardia Nacional en las calles han reconocido estar agotados, mal pagados y subalimentados, aunque la mayoría permanece impasible durante las protestas y evita conversar con los periodistas.


Miembros de las fuerzas del régimen reprimen a los manifestantes con gases lacrimógenos (AFP)

Los documentos, que identifican a los detenidos por su rango, enumeran a capitanes, sargentos, tenientes y tropas regulares repartidos en tres cárceles en diferentes partes de Venezuela.

Un grupo de 91 está en Ramo Verde, una prisión cerca de Caracas en la que también está arrestado uno de los líderes de la oposición Leopoldo López.

Otras dos decenas están en la prisión de Pica, en la ciudad nororiental de Maturín, y ocho en la cárcel de Santa Ana, en el estado occidental de Táchira, cerca de la frontera con Colombia.

Tres subtenientes huyeron a Colombia y pidieron asilo en mayo, y un hombre que dijo ser un sargento venezolano apareció en un video publicado por medios locales el mes pasado expresando su disidencia e instando a sus colegas a desobedecer a los superiores "abusivos" y "corruptos".

Maduro culpa de los problemas a una "guerra económica" que está librando la oposición con el respaldo de Washington, una posición respaldada en público por altos funcionarios militares.

"Hay muchos que están buscando (…) unos 'rambitos' aquí dentro de la fuerza armada, pero no lo van a conseguir", dijo el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino, en un video publicado en las redes sociales el lunes, aludiendo a la especulación de un golpe de Estado militar.

(Con información de Reuters)

jueves, 6 de julio de 2017

Cubanezuela: Mafioso chavista quieren juzgar a civiles en tribunales militares

El Ministro de Defensa venezolano promovió los juicios militares contra los civiles
Vladimir Padrino López defendió además el llamado Plan Zamora, creado para garantizar el orden público y que ha sido puesto en práctica para reprimir las protestas que dejaron al menos 92 muertos y cientos de heridos y detenidos
Infobae


Vladimir Padrino López junto a Nicolás Maduro

El ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, pidió este domingo al fiscal militar del país, Edgar Rojas "no permitir" llamados a la rebelión en el seno del cuerpo castrense ni "ataques" a instalaciones militares, al tiempo que aseguró que sí se puede llevar a tribunales militares a civiles.

El jefe de la cartera de defensa señaló que ha habido "manipulación" con los casos de civiles enjuiciados por tribunales militares, porque estos tienen la autoridad para hacerlo contra quienes "estén agrediendo, destrozando cuarteles, fortalezas (y) equipamiento militar".

"Nada de eso se está inventando hoy, porque bastante antiguo es este código", añadió.

"Fiscal militar, tome nota: instigación a la rebelión, tome nota fiscal, no vamos a permitir aquí que al que le dé la gana de estar ofendiendo, menospreciando, injuriando a la fuerza armada, llamando a la rebelión, quede impune, tome nota fiscal militar", continuó.

"Le digo a los politiqueros de oposición, dejen de meterse con la Fuerza Armada, nada van a hacer con la Fuerza Armada, la Fuerza Armada está firme, convencida", añadió el funcionario.

El ministro desmintió que las fuerzas armadas hayan perdido el respaldo de la población, después de la brutal represión que dejó al menos 92 muertos y cientos de heridos y detenidos.

"Nadie puede decir aquí que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) ha perdido la autoridad y el prestigio, nadie lo puede decir, excepto los disociados y aquellos que quieren comandar la FANB con estas practicas nefastas de la antipolítica", señaló.

Padrino defendió además el llamado Plan Zamora, creado para garantizar el orden público y que ha sido puesto en práctica en medio de la oleada de protestas a favor y en contra del gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro.

"Nunca estará contemplado en ningún plan de empleo de la Fuerza Armada dispararle al pueblo, nunca", dijo.

sábado, 25 de febrero de 2017

Teniente español exonerado por decir puta o zorra

Exonerado un teniente que llamó “puta” y “zorra” a una sargento
La juez militar cree que estas expresiones "malsonantes y soeces" no constituyen delito
MIGUEL GONZÁLEZ - El País


Mujeres militares durante un acto en la base de El Goloso (Madrid). ULY MARTÍN

Los términos “puta” y “zorra” que el teniente D. R. S. empleó para dirigirse a la sargento C. D. A. “no son nunca admisibles, no solo en las Fuerzas Armadas sino en cualquier ámbito de la vida, pero es lo cierto que los mismos no pueden sino catalogarse como meras expresiones malsonantes y soeces, pero que en ningún caso presentan entidad penal”. Así lo concluye la titular del juzgado togado militar territorial 11, que ha dictado el archivo de las diligencias previas abiertas contra el oficial por el trato a su subordinada jerárquica.

El auto explica que, tras una cena de despedida en el Club Militar La Dehesa (Madrid), ambos fueron a tomar copas con otros militares y el teniente intentó que su subordinada le mostrara sus tatuajes, lo que esta rechazó. Cogiéndola por la cintura, dijo que estaba “dura como una puta”. Posteriormente, al negarse la suboficial a invitarle a una copa, el teniente la llamó “zorra”. También arremetió contra un cabo que fue testigo del incidente y avaló la versión de ella, a quien le espetó: “Hijo de puta, te voy a meter el flequillo por el culo”.

La suboficial se quejó igualmente de que su jefe le envió Whatsapps en los que le decía “tu sigue llevando canalillo” o “es que no te vendes bien ese cuerpo”; pronunciaba en su presencia frases del tipo “ojo, cómo está la sargento”; o que le recriminara que otra suboficial le hubiera “meado encima”. En otra ocasión cambió sus órdenes, desacreditándola, y en una celebración le habló de manera despectiva haciéndola llorar.

La juez considera que estas conductas no encajan con los delitos de acoso sexual o laboral, ya que “no hubo ninguna solicitud o insinuación de contenido sexual” por parte del oficial y que la sargento “no daba muestras con su actitud de sufrir esa sensación concreta de humillación o degradación grave [...], antes al contrario, solía seguir el cuento al teniente en sus bromas”. Para la juez, no resulta creíble la explicación de la sargento, quien declaró que había dicho al teniente que viniera a tomar copas con los demás militares “por pena”.

Según la juez, “existía entre ambos una relación que iba más allá de lo estrictamente profesional” y la supuesta amistad “diluye esa connotación ofensiva que podrían tener los términos empleados” por el teniente.



martes, 21 de febrero de 2017

Israel: 18 meses de cárcel a soldado que remató a terrorista herido

Israel condena a 18 meses de cárcel al soldado que remató a un atacante palestino malherido
La fiscalía militar había solicitado hasta cinco años de prisión por homicidio

JUAN CARLOS SANZ - El País



FOTO: El soldado Elor Azaria antes de escuchar la sentencia, este martes en Tel Aviv. / VÍDEO: Las imágenes de la agresión. JIM HOLLANDER (AFP) / B'TSELEM

El caso del tiro en la cabeza de Hebrón ha dividido profundamente a la sociedad israelí desde hace 11 meses. La indulgente sentencia de 18 meses de cárcel por homicidio dictada este martes por un tribunal militar en Tel Aviv amenaza con agrandar esa grieta. El soldado Elor Azaria, que había alcanzado a los 19 años el grado de sargento sanitario durante su servicio militar obligatorio, disparó a bocajarro el 24 de marzo de 2016 a un atacante palestino que yacía malherido en Hebrón, al sur del territorio de Cisjordania ocupado por Israel desde 1967. Diez minutos antes de su llegada, Abdelfatá al Sharif, de 21 años, había apuñalado junto con otro joven palestino a un soldado israelí que sufrió heridas leves en el pecho. Ambos agresores fueron abatidos a tiros por la guarnición del puesto de control de Jiber, en el camino de acceso al asentamiento de colonos de Tel Rumeida. Sharif quedó malherido, su acompañante falleció en el acto.

Netanyahu reclama el indulto para el soldado condenado por rematar a un agresor palestino
Israel juzga por homicidio al soldado que remató a un palestino malherido
Tras un largo consejo de guerra celebrado en un cuartel de Jaffa, en la parte sur de Tel Aviv, Azaria fue declarado culpable en enero de homicidio, un delito que puede ser castigado con hasta 20 años de cárcel. La fiscalía castrense solicitó finalmente que se le impusieran  entre tres y cinco años de prisión.  El tribunal ha limitado la sentencia a 18 meses de internamiento en un penal militar, además de degradarle a soldado raso. El tiempo de detención —una especie de arresto domiciliario en dependencias del Ejército— durante el proceso no le será descontado. Sus abogados habían anunciado que iban a recurrir la sentencia o a solicitar el perdón para el soldado del jefe del Estado Mayor y del presidente de Israel, que pueden conmutarle sucesivamente la condena. En un precedente registrado en 2003, un soldado israelí fue condenado a ocho años de privación de libertad por haber causado la muerte a un activista británico propalestino.

Durante la lectura del fallo, que se desarrolló en el cuartel general de las Fuerzas Armadas en Tel Aviv, la presidenta del tribunal, la coronel Maya Heller, le recordó a Azaria que había cambiado su versión de los hechos al menos cinco veces durante la vista y que no había mostrado arrepentimiento. “Se atribuyó el papel de juez y verdugo”, afirmó la magistrada militar. El soldado declaró haber actuado bajo estrés de zona de combate y en defensa propia porque el palestino Al Sharif aún respiraba y se movía, y tenía todavía a su alcance el cuchillo con el que había agredido al vigilante del puesto de control. También alegó en su descargo que temía que el atacante ocultase un chaleco cargado de explosivos bajo sus ropas y lo hiciese estallar. La fiscalía le recordó durante el juicio que en su primera declaración ante sus superiores, poco después de que le dispara un tiro con su fusil de asalto al palestino malherido e inmovilizado, dio a entender que había actuado por venganza. “[Este palestino] merece morir”, dijo en en voz alta ante otros soldados que se encontraban en la barrera de Jiber en Hebrón, según consta en el sumario.

El soldado no sabía aún que los hechos se habían recogido en un vídeo grabado por un activista palestino que colabora con la ONG pacifista israelí B´Tselem, que se encargó de difundirlo y que circuló de forma viral por las redes sociales a escala global. Los mandos de las Fuerzas Armadas anunciaron entonces que “la violación de las reglas de enfrentamiento sin justificación” mercería ser severamente castigada. Los sectores nacionalistas y conservadores de la sociedad israelí reaccionaron, sin embargo, en contra de la tesis del castigo ejemplar para el soldado de reemplazo, que como la mayor parte de los hombres y mujeres de Israel mayores de 18 años debe cumplir un servicio militar obligatorio de hasta casi tres años de duración.

La división social que el caso del tiro en la cabeza de Hebrón ha suscitado en el Estado Hebreo quedó patente en encuestas que reflejaban que la mitad de los ciudadanos estaban en contra tanto del arresto de Azaria como de que se le impusiera una condena de cárcel. Los familiares del soldado, judíos de origen norteamericano que emigraron a Israel desde Francia, movilizaron en actos de protesta a amplios sectores de la población que se identificaban con su sufrimiento —ampliamente exhibido a lo largo del proceso en los medios de comunicación— porque también tienen a sus hijos en las filas del Ejército.

Durante el juicio, hubo manifestaciones en favor de Azaria, "el chico de todos", e incluso se registraron enfrentamientos con la policía frente a la sede del tribunal. Netanyahu llegó a manifestar su apoyo en un mensaje de Twitter. "Este es un día difícil y doloroso —primero y sobre todo para Elor, su familia, los soldados de Israel, muchos ciudadanos y los padres de soldados, entre ellos yo... Apoyo otorgar el perdón a Elor Azaria", escribió el primer ministro israelí.

“Este caso ha sido excepcional, porque Israel no suele encausar a sus soldados, aunque haya pruebas claras. Pero la sentencia mínima, que refleja la amplia impunidad de las fuerzas de seguridad, no lo ha sido”, aseguró Hasan Yabarin, director de Adalah, ONG jurídica de la minoría árabe en Israel. “Es un fallo que menosprecia el valor de la vida de los palestinos”, concluyó. Tarik Richmaui, portavoz de la Autoridad Palestina, dijo a su vez que la “leve pena impuesta equivalía a dar luz verde” a nuevos casos de “crímenes militares”.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Legionario español sancionado por putear en árabe

Siete meses para un legionario por insultar en árabe a un superior
Los soldados de orígen marroquí discreparon sobre el carácter ofensivo de sus palabras

Legionario en el desfile de la Fiesta Nacional en Madrid. ULY MARTÍN

El País

La justicia militar deberá incorporar traductores a su plantilla para apreciar el carácter ofensivo de un insulto en otro idioma. El Tribunal Militar Territorial de Sevilla se ha visto en esa tesitura y ha condenado a siete meses de cárcel a un legionario de origen marroquí por insultar en árabe dialectal a un suboficial. La sentencia considera probado que el legionario “profirió en varias ocasiones al sargento expresiones que fonéticamente suenan como tabomdiemak y din dimaky pueden traducirse como tu puta madre y el coño de tu madre”. El legionario, por su parte, alegó que lo que dijo “no es ofensivo, que es como decir cagado o gilipollas”.


El incidente fue presenciado por cinco legionarios. Dos de ellos, de origen español, solo pudieron aclarar que habían oído “palabras en árabe”. De los otros tres, de origen marroquí, uno ratificó la traducción que hace el tribunal; otro declaró que lo que oyó significa “la religión de tu madre y que depende cómo se diga es despectivo”; y el tercero adujo que “no ve las palabras [pronunciadas por su compañero] como un insulto”.

Fue este último quien ofreció el testimonio más favorable al acusado, al negar que los demás militares intervinieran para separarle del superior. Por el contrario, un sargento aseguró que tuvo que intervenir cuando el legionario se abalanzó para agredir al suboficial y que del impulso que llevaba [este] cayeron ambos al suelo. “[Fue] como si le pasara un coche por encima”, explicó.

El incidente se produjo en diciembre de 2014 en el Tercio de la Legión con base en Ceuta, cuando el superior no halló al legionario en su puesto de guardia. Este alegó que el cabo le había dado permiso para ir a desayunar, lo que su superior negó. Visiblemente alterado, el acusado forcejeó con sus compañeros, que lo sacaron a rastras al pasillo, donde este trató de zafarse y volver a entrar en la sala, golpeando la puerta y arrojando un cenicero al suelo. "¡Me queréis buscar la ruina en la compañía!", gritó, esta vez en español.
Antonio Suárez-Valdés, letrado de la acusación particular, considera que los hechos constituyen un delito de maltrato a superior, aunque solo sea en grado de tentativa, y que los militares no deben tolerar ningún tipo de acción que atente contra su integridad física, "ni amagada ni ejecutada".


domingo, 17 de julio de 2016

Turquía: Arrestan al comandante de la BAM Incirlik

Turkey Arrests Incirlik Air Base Commander
Commander was complicit in coup attempt, official says




A U.S. Navy plane maneuvers on the runway of the Incirlik Air Base, southeastern Turkey, in July 2015. PHOTO: ASSOCIATED PRESS

JULIAN E. BARNES - Wall Street Journal


Turkish officials arrested the commander of the Incirlik Air Base, which the U.S. uses to carry out airstrikes against Islamic State in Syria, for complicity in Friday’s coup attempt, U.S. and Turkish officials said Sunday.

A senior Turkish official said Gen. Bekir Ercan Van, the base commander, as well as 11 other service members from the base and a police officer, were placed under arrest.

The arrests came after Turkish F-16s operated by plotters involved in the coup attempt to refuel from two airborne tankers operating out of the Turkish portion of the air base.

It isn’t clear how the arrests could affect the base. One U.S. official said Turkey moved to put another officer in charge quickly.

Speaking on CNN, Secretary of State John Kerry said U.S. operations against Islamic State won’t be interrupted because of the events in Turkey. He said the U.S. military experienced some minor difficulties, apparently because “there may have been some refueling that took place with the Turkish Air Force with planes that were flying in the coup itself.”
What We Know About the Attempted Military Coup in Turkey
EMRAH GUREL/ASSOCIATED PRESS

Mr. Kerry said he expected U.S. operations would return to normal “very quickly.”

On Saturday, power to the base was cut, forcing the U.S. portion of the facility to use backup generators. Turkish officials closed the airspace around the base on Saturday. U.S. defense officials said Sunday that in consultation with Turkey the airspace had been reopened, allowing strikes against Islamic State militants to resume.

“After close coordination with our Turkish allies, they have reopened their airspace to military aircraft. As a result, counter-ISIL coalition air operations at all air bases in Turkey have resumed,” said Pentagon press secretary Peter Cook, referring to Islamic State by another name.

The U.S. official said the closure of the airspace appears to be a measure put in place to prevent coup plotters from escaping. A group of officers involved in the coup attempt on Saturday flew from Turkey to Greece and requested asylum.

The Incirlik base, some 60 miles from the Syrian border, is a key facility for the U.S.-led coalition against Islamic State. Many of the U.S. strikes against Islamic State targets in Syria are conducted from the base.

After a failed military coup Friday that rocked Turkey, leaving over 250 dead, Turkish President Recep Erdogan's government has reasserted control. Loyalist elements of the Turkish military have begun seizing buildings back from the coup plotters, and more than 2,800 military personnel have been detained for questioning. Photo: Getty

While some security experts said the aftermath of the attempted coup would affect military-to-military relations, U.S. officials said they expected the relationship to get on track quickly.

“You will see a potential indictment, jailing, firing, or resignation of dozens if not hundreds of generals which will have a debilitating effect on the military’s effectiveness,” said Soner Cagaptay, the director of the Turkish Research Program at the Washington Instate for Near East Policy.

 Senior U.S. and North Atlantic Treaty Organization officials said that as top Turkish military officials are likely to remain in power any disruption in cooperation will likely be temporary.

“The top-level leadership understand the importance of the alliance,” said the U.S. official.

Although some analysts say the coup could derail Turkey’s commitment to the fight against Islamic State, Western officials said that wouldn’t be in the interests of Turkish President Recep Tayyip Erdogan.

A senior NATO official said that Turkey now sees Islamic State as a threat in a way that it didn’t before the attack on Istanbul’s Atatürk Airport last month.

“Erdogan feels the IS threat in a way he didn’t a year ago,” the official said. “I don’t know how he can close the door on cooperation. I don’t know how he can walk a way from that.”

—Emre Peker and Dion Nissenbaum contributed to this article.

jueves, 17 de marzo de 2016

Tijeretas en el British Army

Abusos y alcohol: un escándalo sexual entre mujeres conmociona al Ejército inglés
El hecho ocurrió hace un año, pero se conoció ahora por la confesión de la víctima ante una corte militar. Los detalles de una noche fuera de control en un cuartel


Infobae

Hannah Heslop, la soldado que atacó sexualmente a su compañeraHannah Heslop, la soldado que atacó sexualmente a su compañera La agresión se produjo en un cuartel de Inglaterra. Una joven soldado bisexual atacó sexualmente a una colega heterosexual que dormía luego de decirle que la "haría gay", según un tribunal marcial. Después la llevó a una habitación dentro de la sede de la Escuela Defensiva de Transporte en el condado histórico de Yorkshire, consignaron varios medios británicos.

Hannah Heslop, de 25 años, "apuntó sexualmente" contra otra soldado. Cuando esta se quedó dormida, ella aprovechó para bajarle los pantalones y "cumplir su objetivo". La mujer agredida contó ante la corte militar que se despertó dolorida "al encontrar a la acusada entre las piernas".

Según The Telegraph, Heslop, que en 2014 fue una de los 750 militares enviados a Sierra Leona para combatir el ébola, confesó el incidente, aunque aseguró que se trató de una relación sexual casual y que el acto duró aproximadamente una hora.


Hannah Heslop asegura que el sexo fue consentido

La abusada, cuyo nombre no fue revelado, señaló que estaba borracha debido a que había salido a la noche con un grupo de soldados, entre quienes se encontraba Heslop, quien aparentemente se aprovechó del estado de su compañera para abusar de ella.

La Corte Militar Bulford, en Wiltshire (en el sudoeste de Inglaterra), escuchó cómo la víctima se sintió "shockeada y confundida" luego del dramático episodio. "Salí con ellos sólo para hacer nuevos amigos. Era sólo para ir y socializar. Ella (Heslop) preguntaba cuándo saldríamos a emborracharnos y si yo solía tomar suficiente alcohol como para emborracharme y no acordarme de lo que había hecho", contó ante los jueces castrenses.

La mujer, que contó que es heterosexual, aseveró, sin embargo, que no recuerda si luego de la salida volvió al campus o al cuarto de Heslop. "Me acuerdo que me desperté dolorida. Casi sin conocimiento. Estaba profundamente dormida", manifestó.


La Escuela Defensiva de Transporte en el condado de Yorkshire
"Yo tenía mi chaleco y la chaqueta todavía puestas. Pero no tenía puesta la mitad inferior de la ropa. Me tomé un segundo para fijarme lo que estaba ocurriendo. No sé si grité o di una patada, pero Heslop saltó hacia atrás", aseguró.

Durante su relato, la víctima contó lo asustada que quedó tras el hecho. "Me quedé en estado de shock. No sabía lo que estaba pasando. Heslop estaba en el extremo de la cama. Creo que dijo 'tengo que ir' y luego se fue. Yo no le pude decir nada a ella", subrayó.
El fiscal que investiga el caso contó que el 6 de marzo de 2015 Heslop "apuntó sexualmente" contra la militar. "La víctima era una mujer soldado heterosexual. La acusada se siente atraída por soldados mujeres. Durante la tarde y la noche, la acusada comenzó a apuntar sexualmente a la víctima", insistió.

"Ella comenzó a decirle que la haría gay. La víctima, que había tomado varios tragos alcohólicos, se rió de sus comentarios", agregó. No obstante, Heslop negó que la agresión incluyera algún tipo de penetración.

martes, 23 de junio de 2015

Caso de abuso en la Armada Española

Nochevieja con resaca en el destacamento de Alborán
El teniente de navío A. D. R., que intentó violar a una marinero a sus órdenes, se enfrenta a una pena de cuatro años de cárcel por un delito de abuso de autoridad
MIGUEL GONZÁLEZ - El País


Vista aérea de la Isla de Alborán (Almería).

Nochevieja de 2013. Once militares intentan olvidar la soledad y la lejanía de sus familias en el islote de Alborán, a 92,6 kilómetros de la costa de Almería. Aunque está prohibido el consumo de bebidas alcohólicas, la cena celebrada en el comedor del faro se remoja con vino y cerveza. Toman las uvas con cava y luego circulan botellas de ron, ginebra y whisky al son de la música. El jefe del destacamento, el teniente de navío A. D. R., no está en condiciones de amonestar a sus subordinados: se tambalea al andar y le cuesta hablar.

Hacia las 4.30 de la madrugada, los que aún están despiertos dan un paseo hasta el cementerio. El teniente de navío, sentado junto a la marinero Olga, le pasa la mano por la cintura. Ella se la retira, pero el jefe insiste y ella se levanta de un salto. Uno de los soldados se percata.

Pasados 15 minutos, inician el regreso por un camino escasamente iluminado. Pese a que ella intenta evitarlo, el oficial y la marinero se quedan rezagados. Él se sitúa detrás de Olga y con una mano le agarra las muñecas y se las sujeta a la espalda. Con la otra le tapa la boca mientras le repite que no pasa nada. Los demás siguen andando y se alejan de ellos. Ella consigue zafarse y llama a una de sus compañeras “¡Raquel!”, pero su superior la coge del brazo y tira hacia atrás. La marinero pierde el equilibrio y cae al suelo boca arriba. A. D. R. se sienta a horcajadas sobre ella. Le vuelve a tapar la boca y le susurra: “Pórtate bien que tú eres una niña buena. Esta noche te voy a hacer una reina, te voy a chupar entera y te voy a hacer un traje de saliva, esta noche te voy a hacer cosas que nunca te han hecho”. Mientras le besuquea la cara, A. D. R. le coge la mano izquierda y la coloca sobre sus genitales.

Encerradas en el baño

Olga, que no ha parado de forcejear, logra zafarse y huye despavorida. El oficial la persigue. Antes de que logre cogerla, ella alcanza a su compañera. “Raquel, corre, agárrate a mi brazo y vamos para el faro”, le dice. Se meten en el aseo femenino y cierran con llave. Por fin se sienten seguras. Pero el teniente de navío empieza a aporrear la puerta, mientras grita: “Olga, ábreme, tengo que hablar contigo, por favor no cuentes a nadie lo que ha pasado. Tengo dos hijos que no tienen culpa de nada”. Las dos marineros le responden que se vaya. Pero él sigue golpeando la puerta, insistiendo en que salga Olga.

Antecedentes por maltrato
M.G.
Según el teniente de navío A. D. R., fue Olga quien se le insinuó aquella Nochevieja de 2013 en la Isla de Alborán y le intentó coger la mano repetidamente. “A la tercera ocasión, se volvió y le dijo que le dejase, momento en que la marinero le intentó dar un beso en los labios. Entonces, ya de manera imperativa, le ordenó que se marchase y ella empezó a llorar corriendo hacia el faro”. ¿Por qué entonces intentó con tanta insistencia hablar con la marinero para disculparse?, le preguntó el juez.
Según el registro de penados del Ministerio de Justicia, el teniente de navío ya fue condenado en firme a seis meses de prisión como autor de un delito de violencia de género, lesiones y maltrato familiar cometido en 2003, lo que no afectó a su carrera militar.
Las dos mujeres abren el ventanuco del aseo y piden a gritos auxilio. Acuden un cabo y un soldado y las marineros les abren la puerta. El oficial aprovecha para colarse y coge de los brazos a Olga. Se arrodilla y le pide perdón. El cabo y el soldado se lo llevan a su dormitorio.

Las dos mujeres van al cuarto del cabo primero, donde explican lo sucedido a cuatro compañeros. Minutos después irrumpe el teniente de navío y vuelve a suplicar a Olga, entre lágrimas, que no le cuente nada a nadie. Por segunda vez tienen que llevárselo.

Las dos marineros se retiran a su habitación y el oficial aparece de nuevo, vestido sólo con los pantalones del pijama. Esta vez coge a Olga por las muñecas y la empuja contra un ropero mientras le suplica que hable con él. La marinero le grita que se vaya y el cabo y el soldado se llevan de nuevo a A. D. R. Para evitar más incidentes, el cabo se queda a dormir en el cuarto de las marineras: pone su colchón en el suelo bloqueando la puerta.

A la mañana siguiente, cuando van al baño, las dos marineros se tropiezan con el teniente de navío, que les está esperando. Les dice que si cuentan lo que ha pasado lo hundirán personal y profesionalmente y ofrece a Olga todo el dinero que quiera para que no lo haga. Durante la mañana, el jefe del destacamento habla por separado con varios de sus subordinados para que convenzan a la marinero de que guarde silencio. Después de comer, los reúne a todos y les dice —sin entrar en detalles— que la noche anterior no se ha portado ni como un oficial ni como un caballero y pide perdón por ello. Olga le contesta que no le denunciará por consideración hacia sus hijos.

En los días siguientes, la marinero se siente cada vez peor, tanto física como psíquicamente. El suboficial ha retirado el arma al teniente de navío, con el pretexto de limpiarla, pero ella no puede evitar encontrárselo en una isla de poco más de siete hectáreas. Le pide al sargento primero que la saque de allí y él le contesta que debe presentar un parte. Por fin, el 4 de enero, llega un helicóptero para evacuarla. En el mismo vuelo, detrás de ella, viaja el teniente de navío, relevado del mando, Hasta aquí el relato incluido en el auto de procesamiento.

Aborto espontáneo

Según Olga, tras esperar más de una hora, es conducida a casa del almirante, de la que ve salir a su agresor. Dos altos mandos de la Armada intentan convencerla de que lo sucedido no salga a la luz para no manchar el nombre de la institución, y le advierten de que, si acude a un hospital, éste dará cuenta a la Guardia Civil.

La marinero, que se siente cada vez peor, es examinada el 6 de enero en un centro médico de Jerez de la Frontera (Cádiz), donde se le diagnostica contractura cervical, tendinitis en el hombro y esguince de muñeca, así como un trastorno de ansiedad postraumático. Cuando fue agredida por su superior, estaba embarazada de varias semanas. Diez días después, sufre un aborto espontáneo.

La denuncia por agresión sexual es tramitada por el juzgado de violencia contra la mujer de Jerez de la Frontera (Cádiz) pero, tras una larga disputa jurídica, el caso ha acabado en manos de la jurisdicción militar, que instruye un delito de abuso de autoridad. El juez militar ha asumido la orden de alejamiento dictada por el juzgado civil contra el oficial.

Desde enero de 2014, Olga está de baja psicológica, por lo que su retribución mensual se ha reducido a unos 800 euros. Ha vuelto a casa de sus padres y ha pedido un préstamo bancario para pagar la minuta de su abogado. En el juicio, previsto tras el verano, su exjefe se enfrenta a una pena de cuatro años de cárcel.

lunes, 15 de junio de 2015

Colombia: Una jueza militar dice que no vio un crimen estando presente

La juez que vio un falso positivo y no hizo nada
Este es el increíble audio de cómo una juez penal militar presenció una ejecución extrajudicial y dijo que “no vio nada”.


Luz Marina Polanco para la fecha se desempeñaba como juez penal militar de instrucción número 24.

El pasado 8 de mayo se desarrolló una extensa audiencia de más de siete horas de duración en los complejos judiciales de Paloquemao. Se trataba de una parte del caso contra cinco coroneles del batallón de ingenieros Pedro Nel Ospina de Medellín, entre otros miliatres, acusados por haber participado en al menos 70 ejecuciones extrajudiciales, conocidas como 'falsos positivos'.

Es la primera vez que toda la cúpula de un mismo batallón es acusada y está en juicio por esos hechos. La historia de ese batallón fue publicada en la más reciente edición de SEMANA.

Allí, entre otras cosas, se cuenta cómo según la Fiscalía, esa unidad militar obtuvo el primer lugar de todo el Ejército por sus “éxitos militares”, en los años 2006 y 2007, al reportar más de 70 bajas en un período de un año. Hoy ya se sabe que esos “éxitos” se derivaron de los denominados 'falsos positivos'.

A lo largo de la audiencia la Fiscalía narró los lúgubres hechos con base en su investigación y en los testimonios de militares que ya han sido condenados. Ellos confesaron varios de los macabros hechos que terminaron con las vidas de más de medio centenar de personas indefensas. Sin embargo, uno de los relatos, basado en la confesión de uno de los uniformados, que leyó el fiscal 57 de Derechos Humanos, dejó perplejos a los asistentes y realmente es un escándalo.

Se trata del asesinato a sangre fría de cuatro personas. El hecho en sí es repudiable. Pero lo insólito, por decir lo menos, es que según el testimonio que leyó el fiscal 57, una de las víctimas fue rematada en presencia de una juez penal militar que sencillamente sólo dijo: “Yo no vi nada” (escuche el audio aquí).

La funcionaria se llama Luz Marina Polanco y para la fecha de los hechos se desempeñaba como la juez penal militar de instrucción número 24. Este es el estremecedor relato que deja muy mal parada a la funcionaria que se supone debía impartir justicia y no cohonestar con los delitos. Y mucho menos con algo tan atroz como los macabros falsos positivos que tanto daño le hicieron al Ejército.

“Nos desplazamos a un sitio conocido como la Merced. Eso es la vía Santa Bárbara a mano derecha sobre una trocha. Las tropas bajaron a las personas y los ubicaron en diferentes puntos. Ellos no iban esposados. Iban tranquilos porque se les dijo que se iba a averiguar quiénes eran. Las colocaron en diferentes puntos. Ya las tropas tenían todo conformado cómo iban a hacer las cosas. A los 10 o 15 minutos de haber llegado sonaron los disparos. Tres quedaron sobre la vía y uno en un ‘volado’. El cuarto que era el conductor de un taxi inclusive cayó a un abismo. Posterior a esto ya el sargento Ochoa con el cabo Muñoz maquillaron la escena, es decir, pusieron a las víctimas a disparar para que les quedara la pólvora en las manos.

Después de eso el Teniente Cerquera le informó al mayor de operaciones, mayor Padilla Ospina, y al comandante del batallón, que ellos habían sostenido contacto armado con bandoleros o con terroristas y como resultado habían dado esas bajas e incautado un material del guerra. Ya ordenaron esperar a la autoridad competente para el levantamiento de los cuerpos. En este caso llegó la doctora Luz Marina Polanco, que era la juez penal militar de instrucción número 24. Ella llegó junto con el mayor Padilla, los cuales llegaron aproximadamente a las 6 de la mañana en un vehículo Montero Mitsubishi que era el carro en el que andaba el ejecutivo, o sea el mayor Zanguño. Procedieron a hacer el reconocimiento en el lugar de los hechos y a escuchar a los que estaban involucrados qué había sucedido".

El relato continúa. "Iniciaron la inspección judicial a los cuerpos. Allá no llegó la Fiscalía sino que en muchos casos la juez de instrucción llegaba y hacía los levantamientos. Comenzaron la inspección a los cuerpos y yo me encontraba al lado de uno de los cuerpos de tez trigueña cuando fue la bulla de que la persona que se fue al abismo comenzó a gritar y a decir que estaba vivo. Todo el mundo quedó sorprendido.

Aproximadamente un minuto o dos, le calculo yo, y sonaron varios disparos en donde obviamente a esa persona la remataron. Yo no vi quién le disparó porque no tenía visibilidad de ese sitio, pero todos nos dimos cuenta de lo sucedido. Estaban el mayor Padilla presente y la juez, doctora Luz Marina Polanco. Luego de los disparos la doctora Luz Marina dijo: ‘Yo no he visto ni he escuchado nada’. El mayor Padilla no dijo nada, pero sí estaba en el lugar y se dio cuenta de todo”.

Semana

miércoles, 13 de mayo de 2015

Infante de marina español condenado a 30 meses por acoso sexual

30 meses de cárcel para un teniente por acoso sexual a infantes de marina
El tribunal militar le imputa una "grave actitud de menosprecio, humillación y vejación a la dignidad" de sus subordinados
Miguel González - El País



I. E. M. no era un teniente de Intendencia cualquiera. No solo gozaba de “amplias facultades” como secretario del director de Asuntos Económicos de la Armada, sino que “demostraba un inusual nivel de contactos con altas autoridades” de la Marina e incluso “refería contar con excelentes relaciones con la Casa de su Majestad el Rey”. Todo ello le permitió imponer entre los infantes de Marina que estaban a sus órdenes “un clima caracterizado por el temor a contrariarle hasta en los más mínimos detalles [...] que se reforzaba en ocasiones con diversas amenazas”.
Así explica el tribunal militar el clima que permitió que dicho teniente abusara de varios subordinados sin que ningún mando del Cuartel General de la Armada, donde estaba destinado, lo advirtiera ni sus víctimas se quejaran. Estas últimas “desconfiaban de la efectividad de una denuncia ante sus superiores debido a las influencias con que contaba o decía contar el teniente”.

Según la sentencia, dictada el pasado 15 de abril por el Tribunal Militar Territorial Primero, “el proceder del acusado, coaccionando y amenazando a un soldado para que le mandara una foto del pene, para que le mostrara el mismo mientras estaba conduciendo un vehículo y para que acudiese a su habitación a masturbarse [...] todo ello pese a la voluntad en contra manifestada por éste [...] son reveladoras de una grave actitud de menosprecio, humillación y vejación a la dignidad de un subordinado”.

El mismo teniente convocó a otro soldado al Cuartel General de la Armada, a las doce de la noche de un domingo, y lo retuvo durante tres horas entre continuos improperios y amenazas (de encarcelarlo esa misma noche, echarle de su casa y hacer que despidieran a su novia del supermercado donde trabajaba) solo porque le contaron que esta última le había insultado. El tribunal considera que el teniente actuó de forma “injustificada, caprichosa y desproporcionada” y asegura que lo hizo movido por el afán de castigar al soldado por los insultos vertidos por su novia y con el fin de que rompiera su relación sentimental con ella, “lo que constituye una intolerable intromisión en la vida privada” del subordinado.

Por todo ello, el tribunal condena a un año y diez meses de cárcel al teniente por un delito de “abuso de autoridad” contra el soldado F. D. B., al que acosó sexualmente; y a ocho meses de prisión, por un delito de “exceso arbitrario en el ejercicio del mando”, contra el soldado A. J. P., al que retuvo ilegalmente. Además, deberá indemnizar con 3.000 euros al primero y con 600 al segundo. Por el contrario, le absuelve de los abusos sexuales denunciados por un tercer soldado por falta de pruebas.

   El defensor del teniente ha recurrido el fallo alegando que las relaciones sexuales fueron en todo caso consentidas, como demostraría la asistencia de los infantes de Marina a distintos actos sociales con el oficial, incluida su propia boda, y que quienes lo denunciaron actuaron movidos por la venganza, después de que el oficial propusiera su cese en la Dirección de Asuntos Económicos (DAE) de la Armada. También ha recurrido el fiscal, quien dió por probado el abuso sobre el tercer soldado y solicitó en el juicio seis años y nueve meses de prisión. Al ser inferior a tres años, la condena que le ha impuesto el tribunal no supone su expulsión de la Armada.