Una lección de Honor y Conciencia
Por Rubén Durán
U209 "Ternopil" (Foto de Archivo) |
Desde hace dos días, la corbeta antisubmarina U209 "Ternopil" se encuentra inmovilizada en el puerto, debido a que un grupo de naves rusas ha bloqueado la salida de la bahía. Durante ese tiempo, la tripulación ucraniana ha sido intimada a rendirse y entregar la embarcación y su armamento individual a las autoridades del gobierno pro-ruso de Crimea, pero la respuesta siempre ha sido negativa, y para reforzar esa postura, los marinos permanecen en sus puestos de combate y han montado guardias permanentes en cubierta con personal armado con fusiles automáticos y mangueras de alta presión para enfrentar los abordajes de las tropas rusas.
La situación alcanzó su pico máximo el 3 de marzo, cuando un remolcador ruso se acercó a la "Ternopil" para transmitir por altavoces una nueva intimación de rendición, la que también fue rechazada por los ucranianos.
Al mismo tiempo, el propio comandante de la Flota del Mar Negro de la Federación Rusa, Vicealmirante Alexander Vitko, se comunicó personalmente con el comandante de la U209, Maxim Emelianenko, para persuadirlo de que cambie de bando o que entregue el buque, a lo que el oficial de la marina ucraniana le respondió "¡Los rusos no se rinden!", una expresión patriótica muy usada por los soviéticos para resistir la invasión de Hitler en 1941.
La respuesta sorprendió a Vitko, quien le preguntó a Emelianenko si él era ruso. El marino le respondió que, efectivamente, su familia materna es de origen ruso, pero que tanto él como toda su tripulación se debían a su juramento de fidelidad al pueblo ucraniano, y luego dio por concluido el diálogo..
De acuerdo con el periódico ucraniano Tsenzor, testigos del intercambio de palabras aseguraron que el comandante de la Flota del Mar Negro se dirigió posteriormente a sus subordinados con las siguientes palabras: "Aprendan lo que es servir con honor y conciencia".