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viernes, 24 de septiembre de 2021

Australia incursiona en tecnología espacial

Australian DoD Testing World First Tech in Space




M2 satellite (photo : Nanosats Database)


The Head of Air Force Capability, Air Vice-Marshal Cath Roberts, and the Director General Air Defence and Space, Air Commodore Philip Gordon, today announced the next phase of the Australian M2 satellite mission, a collaboration between the University of New South Wales (UNSW) Canberra Space and the Royal Australian Air Force.

“This collaboration allows small satellites to be used for evaluation of technologies that may eventually be placed onto more complex space systems, such as large communications or earth observation satellites,” Air Vice-Marshal Roberts said.

The M2 mission has been orbiting the globe since being launched in New Zealand by Rocket Lab in March. Now UNSW Canberra has conducted a controlled separation of M2 into two smaller cube satellites (CubeSat), M2A and M2B, enabling planned research into formation flying, satellite control mechanisms, maritime surveillance, space domain awareness, and inter-satellite communications.

Air Vice-Marshal Cath Roberts said the M2 mission is Australia’s most complex CubeSat mission.

“The initiation of formation flying is a landmark moment for the Defence Space Domain. This allows testing of satellite separation mechanisms, and facilitates on-orbit research. The two satellites are packed with payloads such as optical telescopes which are informing future Defence surveillance concepts.

“In a world first, M2 is carrying the first neuromorphic cameras to be placed into orbit. Western Sydney University’s International Centre for Neuromorphic Systems (ICNS) leads development of these biology-inspired event based cameras, delivering advanced capability for tracking small and fast moving objects,” Air Vice-Marshal Roberts said.

The UNSW Canberra Space team also achieved an Australian first, performing in-space artificial intelligence inferencing using on-board computing. This represents a significant step towards developing intelligent, networked satellite constellation technologies.

M2A and M2B will be able to communicate with each other as well as ground stations on earth, giving better quality data, with greater detail and less lag time.

Air Commodore Philip Gordon said UNSW Canberra Space engaged with a supply chain of approximately 30 Australian companies and organisations for the M2 satellite mission.

“M2 is not only significant for Defence’s Space Domain, but also for advancing Australia’s burgeoning space industry. This is an example of the world-class space capabilities on offer by Australian industry and academia - showcasing their depth of talent, ingenuity and collaborative spirit,” Air Commodore Gordon said.

By sharing information about the M2 Mission, Defence seeks to increase the transparency and predictability of this activity.


Ministerio de defensa de Australia

martes, 23 de julio de 2019

Rusia no cree que USA haya alunizado alguna vez

Rusia no cree que el Apolo 11 haya llegado a la Luna y viajará a comprobarlo



Construye un nuevo cohete superpesado para la conquista del satélite terrestre y de Marte, y una infraestructura especial en un cosmódromo

iProfesional
 

Una de las teorías de la conspiración más conocidas del mundo, la que asegura que el Apolo 11 nunca estuvo en la Luna, sigue siendo muy popular en Rusia, donde la mayoría de las personas no cree que los estadounidenses haya realizado esa travesía espacial hace 50 años.

Aunque la "conspiración lunar" fue inventada en EEUU, casi en ningún país del mundo fue tomado en serio el supuesto montaje cinematográfico con que la Casa Blanca engañó al mundo, en Rusia el 24% de la población no cree en este mito.

Hay un 76% de la población que cree que los estadounidenses no llegaron a la Luna aquel 20 de julio de hace 50 años. Una cifra que va en aumento: hace seis años, una encuesta del Pew Research Center de Washington mostraba que el 57% de los rusos no creía en la conquista lunar.

Curiosamente, en la década del 70, en plena Unión Soviética, ni los funcionarios del Kremlin ni los medios de comunicación dudaban de los logros de los astronautas estadounidenses.
 
Por entonces, la URSS estaba considerada como la principal potencia en exploración espacial y superaba con creces en tecnología a los Estados Unidos: había conseguido lanzar con éxito el primer satélite, el Sputnik I en 1957, y de enviar el primer hombre al espacio, Yuri Gagarin, el 12 de abirl de 1961.

Desesperado por ganar la carrera, el presidente John F. Kennedy dijo, 43 días después del vuelo de Gagarin, que el lanzamiento de una misión tripulada a la Luna se convertía en un objetivo prioritario para la siguiente década.

"Cuando recibíamos señales de la Luna, las recibíamos de la Luna, no de Hollywood", defendió el cosmonauta ruso Gueorgui Grechko, miembro del programa lunar soviético -que fue cancelado después de que la misión Apolo 8 orbitó la Luna por primera vez-.

En ese momento todos los sistemas de reconocimiento soviéticos estaban observando el primer vuelo tripulado a la Luna: el equipo de radio soviético recibía señales del Apolo 11, todas sus comunicaciones de audio y las imágenes de televisión del aterrizaje.

"Poner en escena un engaño como ese habría sido quizá tan difícil como llevar a cabo la verdadera misión", concluía en la década del 80 otro cosmonauta ruso y diseñador del transbordador espacial, Konstantin Feoktistov.

Para poder hacerlo habría sido necesario enviar una estación de televisión a la Luna y luego enviar el Apolo 11 como respuesta, explica. "Escenificar la llegada de los astronautas estadounidenses a la Luna sería más difícil y costaría más que un viaje real", dice por su parte el director del Instituto Ruso de Geoquímica y Química Analítica, Yuri Kostitsin.

La oleada anti Apolo 11 comenzó a finales de la década de 1990, la "conspiración lunar" cobró fama en una Rusia cada vez más enfrentada con los Estados Unidos. "Los contemporáneos lo atribuyen al hecho de que la nueva y frágil Rusia necesitaba desesperadamente nuevos conceptos pseudopatrióticos, como el que los estadounidenses habían engañado a todos, incluida la Unión Soviética, que siempre había sido la primera en todo", dijo la periodista rusa Ekaterina Sinelschikova.

La incredulidad rusa fue alimentada tras la publicación del libro "Anti-Apolo. Estafa lunar de EE.UU.", obra del ruso Yuri Mujin, quien afirmaba que el dinero asignado al programa lunar de la NASA había sido supuestamente robado, mientras que las escenas de aterrizaje habían sido filmadas por Stanley Kubrick, director de la película "2001: Odisea en el espacio".

Además, según el investigador, había comunistas y algunos científicos soviéticos que formaban parte de la conspiración. En 2007, una prestigiosa revista científica rusa publicó un artículo en el que se "demostraba" que el cohete Saturno V no podía llegar a la Luna a la velocidad a la que volaba.

El año pasado, Dmitri Rogozin, el director de Roscosmos, la agencia espacial rusa, anunció que se preparaba una misión a la Luna, que tiene el siguiente objetivo: "Nos hemos fijado la tarea de volar allí para comprobar si ellos (los estadounidenses) estuvieron allí o no. Ellos dicen que sí, nosotros lo comprobaremos".

Rusia construye un nuevo cohete superpesado para la conquista de la Luna y de Marte, y una infraestructura para acomodar esta nave espacial en el cosmódromo Vostotchni en Siberia.

El primer lanzamiento, dijo el Kremlin, está previsto para el año 2028 y la aventura por comprobar la "gran mentira estadounidense" costará 1.500 millones de rublos (20.085 millones de euros).

domingo, 10 de febrero de 2019

OVNI: Harvard dice que el Oumuamua es una nave alienígena cerca de Júpiter

Crece en Harvard la idea de haber hallado un objeto extraterrestre cerca de Júpiter

El objeto denominado Oumuamua es el primer visitante interestelar conocido por el ser humano y sigue siendo el centro del misterio para los científicos, que pensaban que era un asteroide, pero ahora la evidencia muestra que no se comporta como tal.


Por Víctor Ingrassia | Infobae
vingrassia@infobae.com



Desde que en octubre de 2017 los astrónomos de la Universidad de Hawaii (Estados Unidos) detectaron la luz procedente de un viajero llegado desde fuera del Sistema Solar, muchas han sido las teorías acerca de su origen.

En un primer momento se lo catalogó como cometa, aunque la idea fue descartada casi de inmediato, por no tener una cola. Si se tratara de un cometa, al acercarse al Sol emitiría gases que le aportarían un empuje adicional, como si fuera un cohete. Pero para ello debería perder una parte de su masa: el 10 %. Cosa que no hizo.

Además, hay otro detalle llamativo: al emitir gases, su rotación tendría que haber cambiado, pero no se ha observado este efecto. Por eso, muchos astrónomos concluyeron a primera vista que era un asteroide.

 
Una recreación artística de Oumuamua, un objeto de una clase nunca antes hallada en el Sistema Solar. (ESO/M. Kormesser)

Esto fue, sin embargo, hasta que el seguimiento que cientos de telescopios terrestres comenzaron a hacerle, determinaron que realizaba una extraña trayectoria, no compatible con un objeto espacial como un meteorito. Confirmaron durante varios meses de 2018 que el objeto aceleraba su velocidad, en lugar de disminuirla y no perdía masa al pasar cerca del Sol.

El objeto interestelar aceleró mientras pasó el Sol a toda velocidad, como si hubiese sido impulsada mediante la luz que cae en su superficie.

¿Podría tratarse de una nave espacial extraterrestre? Las primeras preguntas y dudas comenzaban a orbitar en las cabezas de los mejores astrónomos del mundo.

 
Otra recreación artística de Oumuamua, que podría ser una nave extraterrestre según una nueva investigación (NASA/ESA/STScI)

Abraham Loeb – o Avi, como lo llaman los amigos – es un astrónomo israelí, director del Instituto de Astronomía de la Universidad de Harvard, que rompió el molde académico y sin dudarlo afirmó: "Se trata de una nave espacial o parte de ella que está volando más allá de la órbita de Júpiter".

"Cuanto más estudio este objeto, más extraño me parece, y me pregunto si podría tratarse de una sonda artificial enviada por una civilización alienígena", sostuvo unos meses atrás el astrónomo que antes de este anuncio era conocido por su modestia, esa que aprendió cuando creció en una granja de Israel en la década del 60.

Loeb modificó ese atributo y lo transformó en lo que llama "modestia cósmica": la idea que supone ser arrogante al afirmar que estamos solos en el universo.

 
Abraham Loeb es el director del Instituto de Astronomía de la Universidad de Harvard

El astrónomo es un científico importante en Estados Unidos, que ha dado clases por tres décadas en las universidades top y la revista Time lo consideró en 2012 como una de las 25 personas más influyentes en las ciencias espaciales.

El astrofísico, nacido en Israel, es autor de 4 libros y más de 700 artículos científicos sobre agujeros negros, las primeras estrellas del Universo, la búsqueda de vida extraterrestre y el futuro del Cosmos. Incluso pudo trazar el curso de colisión entre la Vía Láctea y la galaxia de Andrómeda.

Loeb también es presidente de la Junta de Física y Astronomía de las Academias Nacionales en EE.UU., es miembro electo de la Academia Americana de Artes y Ciencias, de la Sociedad Americana de Física y la Academia Internacional de Astronáutica, entre otros reconocimientos.

Desecho de un naufragio

Loeb publicó junto a Shmuel Bialy, investigador postdoctoral en el Instituto de Teoría y Computación del mismo centro académico, un trabajo en el Astrophysical Journal y en arXiv, la plataforma científica online, donde especulan con un origen artificial del objeto interestelar (llamado 'Oumuamua, que en hawaiano que significa "explorador"), que llegó a nuestra remota zona de la Vía Láctea, diseñado para el viaje de reconocimiento interestelar por una civilización avanzada, pero cuya misión haya terminado y se haya convertido en el desecho de un naufragio.

 
Así fue la extraña trayectoria de Oumuamua en el sistema solar: en blanco, atraviesa la de Marte, en rojo, la de la Tierra, en azul, y las de Venus y Mercurio. (Nagual Design/Tomruen)

"Explicamos el exceso de aceleración de Oumuamua lejos del Sol como resultado de la fuerza que la Luz del Sol ejerce sobre su superficie. Para que esta fuerza explique el exceso de aceleración medida, el objeto debe ser extremadamente pequeño, del orden de una fracción de milímetro de espesor pero de decenas de metros de tamaño. Esto hace que el objeto sea liviano para su área de superficie y le permite actuar como una vela ligera. Su origen podría ser natural (en el medio interestelar o discos protoplanetarios) o artificial (como una sonda enviada para una misión de reconocimiento en la región interior del Sistema Solar)", afirmó Loeb.

Basándose en esto, Bialy y Loeb calcularon la probable forma, el grosor y la relación masa-área que tendría un objeto tan artificial. También intentaron determinar si este objeto podría sobrevivir en el espacio interestelar, y si podría o no resistir las tensiones de tracción causadas por la rotación y las fuerzas de marea.


 
Observación de Oumuamua en el telescopio William Herschel. (NASA/Alan Fitzsimmons/ARC, Queen’s University Belfast/Isaac Newton Group)

Lo que encontraron fue que una vela con solo una fracción de milímetro de espesor (0,3-0,9 milímetros) sería suficiente para que una lámina de material sólido sobreviviera el viaje a través de toda la galaxia, aunque esto depende en gran medida de la densidad de masa de Oumuamua. Gruesa o delgada, esta vela podría soportar colisiones con granos de polvo y gas que impregnan el medio interestelar, así como fuerzas centrífugas y de marea.

En cuanto a lo que estaría haciendo una vela ligera extraterrestre en nuestro Sistema Solar, Bialy y Loeb sugieren que la sonda puede ser realmente una vela difunta que flota bajo la influencia de la gravedad y la radiación estelar, similar a los desechos de los naufragios de barcos que flotan en el océano.

Voces en contra

La afirmación de Loeb, que adujo no buscar fama ni publicidad ya que escribió el artículo y no hizo ninguna conferencia de prensa para anunciarlo, chocó con la opinión de varios colegas. "'Oumuamua no es una nave espacial extraterrestre, y los autores del artículo insultan una investigación científica honesta e incluso lo sugieren", escribió Paul M. Sutter, astrofísico de la Universidad Estatal de Ohio.

 
Se registró un exceso de aceleración de Oumuamua lejos del Sol

"Se trata de un ejemplo impactante de la ciencia sensacionalista y mal motivada", afirmó el astrofísico teórico Ethan Siegel en la revista Forbes. En tanto, la astrofisista de la North Carolina State University Katie Mack deslizó que Loeb estaba buscando publicidad: "A veces escribes un artículo sobre algo que no crees que sea verdad en absoluto, solo con el propósito de publicarlo".

La NASA, cauta

Usando las observaciones del Telescopio Espacial Hubble de la NASA y los observatorios terrestres, un equipo internacional de científicos confirmó que Oumuamua (oh-MOO-ah-MOO-ah), el primer objeto interestelar conocido en viajar a través de nuestro sistema solar, recibió un impulso inesperado en velocidad y cambio en la trayectoria a medida que pasaba por el Sistema Solar interior el año pasado.

 
Oumuamua (oh-MOO-ah-MOO-ah), es el primer objeto interestelar conocido en viajar a través de nuestro sistema solar

"Nuestras mediciones de alta precisión de la posición de 'Oumuamua revelaron que había algo que afectaba su movimiento además de las fuerzas gravitacionales del Sol y los planetas", afirmó Marco Micheli del Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Observación de la Situación Espacial de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Frascati, Italia, y autor principal de un artículo que describe los hallazgos del equipo.

Al analizar la trayectoria del visitante interestelar, el coautor Davide Farnocchia del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA encontró que el aumento de velocidad era consistente con el comportamiento de un cometa.

"Esta fuerza sutil adicional en ′ Oumuamua probablemente es causada por chorros de material gaseoso expulsados ​​de su superficie", dijo Farnocchia, que agregó: "Este mismo tipo de desgasificación afecta el movimiento de muchos cometas en nuestro sistema solar".

 
Visión conceptual de un artista sobre el misterioso asteroide

Los cometas normalmente expulsan grandes cantidades de polvo y gas cuando son calentados por el sol. Pero según el científico del equipo Olivier Hainaut, del Observatorio Europeo del Sur, "no hubo signos visibles de desgasificación de ′ Oumuamua, por lo que no se esperaban estas fuerzas".

Loeb se defiende y refuta: "Oumuamua podría ser una muestra de tecnología extraterrestre que llegó para explorar nuestro Sistema Solar, del mismo modo que nosotros esperamos explorar Alpha Centauri utilizando Starshot y tecnologías similares. La alternativa podría ser "imaginar que Oumuamua estaba en una misión de reconocimiento".

Las futuras misiones espaciales y los telescopios que se están construyendo podrían detectar más de estos vagabundos interestelares y saber si su origen es natural o artificial, construido por otra civilización.

lunes, 12 de febrero de 2018

Videogamers explorarán la Luna

Ingenieros quieren que gamers exploren la Luna a control remoto

Por Jacob Dubé; traducido por Elvira Rosales
Infobae



Imagen: Lunatix

Los últimos siglos han sido duros para los exploradores. Los humanos visitaron casi todos los rincones de la Tierra mil veces en la actualidad, y parece que no hay lugar a dónde ir que sea completamente nuevo, fresco e inexplorado. Pero pronto, los futuros exploradores podrán utilizar un robot para llegar hasta la próxima frontera: la Luna.

Un equipo de ingenieros espaciales está trabajando para que la gente pueda explorar la Luna sin necesidad de contar con esos molestos requisitos para ser astronauta. Si su plan tiene éxito, en poco tiempo podrás controlar nanobots lunares de alta tecnología desde tu vieja computadora de escritorio en tu habitación.

El nanobot Lunatix. Imagen: Lunatix/European Space Agency
El nanobot Lunatix. Imagen: Lunatix/European Space Agency

El proyecto, llamado Lunatix, se encuentra en etapas de planeación. Si todo sale de acuerdo al plan (el equipo todavía tiene que encontrar la manera de financiar la iniciativa), tendrán un modelo funcional en la Luna dentro de cuatro años. Los jugadores podrán conducir el nanobot —un rover con cuatro llantas y 1.3 kilos de peso— por la superficie de la Luna a través de un videojuego instalado en computadoras caseras. Los jugadores también estarán mapeando zonas de la Luna que nunca han sido exploradas por seres humanos.

Según Jorge Fiebrich, ingeniero de la Agencia Espacial Europea y uno de los fundadores del proyecto Lunatix, él y sus colegas recurrieron a la comunidad internacional de jugadores, por la enorme cantidad de usuarios y debido a la potencial fuente de ingresos que es su idea en ciernes. Se espera que los ingresos en el negocio de los juegos por computadora alcancen los 29.4 mil millones de dólares en 2017.

Fiebrich y su equipo consultó a las compañías de juegos, incluyendo Valve, los creadores de Half-Life y el sitio de mercado para gamers Steam, y me dijo que estaban muy interesados en su idea.

"Realizamos entrevistas con científicos, gamers y usuarios al azar que conocimos y la retroalimentación que recibimos fue abrumadora en el buen sentido", aseguró Fiebrich. "A la gente le encanta la idea de controlar hardware real que está allá afuera en el espacio. El proyecto fue muy bien recibido".



Los usuarios podrán controlar el nanobot gracias a un programa en su computadora y ver a través de una cámara conectada. Para resolver el problema del retraso de la señal entre la Tierra y la Luna —según Fiebrich son cerca de tres segundos—, el equipo añadirá animaciones de realidad aumentada para mostrar al usuario que sus acciones están siendo procesadas. "No queremos utilizar la típica rueda de Windows, porque sería frustrante", explicó.

Lunatix planea mandar cinco nanobots a la Luna. El primero será vendido al postor más alto —Fiebrich calcula una subasta de 15 millones de dólares— y esa persona tendrá control total sobre el nanobot. Los usuarios podrán comprar periodos de tiempo para usar los otros dos, con un costo de 500 dólares aproximadamente por 20 minutos.

Y si los jugadores no quieren pagar por un intervalo, Fiebrich dijo que están trabajando en hacer una versión virtual que los usuarios puedan jugar para ganar créditos. (Como los robots no podrán ser operados durante las noches lunares, este programa virtual también serviría para mantener entretenidos a los usuarios hasta que el hardware esté disponible otra vez.) Podrán jugar los últimos dos nanobots gastando estos créditos.

"Sin importar el ingreso que percibas, deberías tener la posibilidad de controlar hardware real", afirmó Fiebrich.


Imagen: Lunatix

Fiebrich calcula que los cuatro nanobots disponibles al público pueden realizar 60 intervalos al día —240 periodos de tiempo en total— durante dos semanas antes de hibernar durante la helada decimocuarta noche lunar, cuando la Luna está a mitad de su recorrido alrededor de la Tierra y las temperaturas descienden a -170 grados Celsius. (Los robots están diseñados para recargarse con el sol).

Mientras los usuarios conducen a los nanobots, las cámaras y sensores estarán mapeando la superficie lunar y anotando información sobre la temperatura y el suelo. Los gamers que exploren la superficie serán pioneros de esta práctica.

"Ya estamos ahí, podríamos recabar información y ayudar a la humanidad a salir de la Tierra", dijo Fiebrich. "Si no puedes contribuir yendo personalmente a la Luna, puedes ayudar desde la comodidad de tu casa en esta excursión". Pretenden lanzar los nanobots en uno de los aterrizajes Peregrine de una compañía de investigación espacial privada llamada Astrobiotic, la cual planea enviar cualquier tipo de experimento o tecnología a la Luna o su órbita siempre y cuando puedas pagar el costo multimillonario. El primer lanzamiento Peregrine está planeado para 2019 a bordo del vehículo United Launch Alliance.

Fiebrich dijo que los nanobots no serían capaces de alcanzar la cara oculta de la luna sin una transmisión adicional satelital, ya que no habría una línea de visión directa con la Tierra.

El nanobot fue creado con una visión ESA teniendo en mente la creación de villas lunares. Una idea concebida en principio por el director general de ESA, que está pensada para reemplazar la Estación Espacial Internacional al crear un grupo de bases y puertos de investigación en la Luna para ser compartidos con la comunidad espacial global (aunque no se espera que ocurra sino hasta 2020). Fiebrich dijo que la información recopilada por los jugadores podría ser usada para planear dónde instalar estas villas.

"Estaría emocionado si pudiera controlar cualquier tipo de hardware en el espacio, o en la Luna", aseguró Fiebrich. "Pero si supiera que de hecho estoy ayudando a la humanidad a construir asentamientos lunares para un futuro —podría tardar años o décadas, no me importa—, sólo con saber que yo contribuí a ese objetivo, sería maravilloso. Acepto".

domingo, 14 de enero de 2018

Argentina lanzará el Saocom 1A en 2018

En 2018 la Argentina volverá a colocar un satélite gigante en el espacio

Podrá analizar la superficie terrestre aún en días nublados y de noche, y penetrar en el subsuelo terrestre hasta un metro con sus emisiones de microonda
iProfesional



En 2018, la Argentina volverá a colocar un satélite en el espacio: el Saocom 1A, un gigante de tres toneladas, único en su tipo por la antena de 10 metros de largo.

Podrá analizar la superficie terrestre aún en días nublados y de noche, e incluso penetrar en el subsuelo terrestre hasta un metro con sus emisiones de microonda.

Será un instrumento clave para el análisis de la humedad del suelo con una precisión de 100 metros. Así se podrán conocer las variaciones de humedad en porciones de hasta una manzana. Se trata de un detalle poco frecuente en tecnología espacial.

El Saocom 1A es desarrollado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae). Integra una constelación de satélites de cuatro instrumentos italianos, ya desplegados en el espacio, y dos argentinos: Saocom 1A y 1B, este último a lanzarse en 2019.

Los satélites Arsat, lanzados en 2014 y 2015, tienen funciones de telecomunicaciones, mientras que los Saocom serán de uso científico y técnico.

Además, los Arsat están en una órbita geoestacionaria a 35 mil kilómetros, mientras que los Saocom tendrán un recorrido polar a 659 kilómetros de altura.

El último satélite científico argentino fue el SAC-D Aquarius, lanzado en 2011, una misión en conjunto con la NASA que tuvo como objetivo medir la salinidad de los océanos.

“Los Saocom van a tener un impacto económico importante en la agricultura argentina porque permitirán ahorrar en la aplicación de fertilizantes y plaguicidas. También servirán para estimar los rendimientos de los cultivos en base a la humedad de suelo y a la predicción de plagas”, explicó al diario cordobés La Voz del Interior Laura Frulla, investigadora principal de la misión.

Por ejemplo, se podrán hacer mapas de riesgo de enfermedades de los cultivos (como el hongo fusarium, perjudicial para el trigo), para crear sistemas de aplicación eficiente de fertilizantes.

“También se van a poder detectar sitios de acumulación de agua y nieve que van a facilitar el diseño de los sistemas de acceso al agua y también evitar la radicación de viviendas en zonas inundables con recurrencia de agua”, agrega Frulla.

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La mayoría de los satélites de observación de la Tierra tienen instrumentos ópticos que no pueden estudiarla en días nublados ni de noche. Pocos trabajan en el rango de las microondas activas como los Saocom.

El satélite es capaz de enviar una señal, la cual rebota en la superficie y luego es captada de nuevo por el satélite. Otra ventaja es poder combinar la información de los satélites italianos y argentinos que trabajan en bandas diferentes.

“Los europeos son más sensibles a blancos más chicos por lo que tienen mejor resolución, pero no pueden penetrar en bosques o selva, donde si puede ingresar la banda L de los Saocom”, dijo Josefina Peres, responsable del radar.

La gigantesca antena realizada en Córdoba ya se integró al cuerpo del satélite en las instalaciones de la empresa Invap, en Bariloche.

Previo a esta unión, cada segmento pasó por diferentes pruebas que simulan el rigor del lanzamiento (vibraciones y poderosos sonidos) y del ambiente espacial (vacío y temperaturas extremas).

“En enero comenzaremos a controlar si el radar funciona. Luego vendrá una campaña de ensayos en la cámara de termovacío, shaker (que produce vibraciones similares al lanzamiento) y otras pruebas más extremas que lo que padecerá en el espacio. Luego de eso, volvemos a probar si el satélite sigue funcionando”, explicó Peres.

El lanzamiento se hará en agosto desde la base Vandenberg, en Estados Unidos, y en un cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX. Se trata de un vector de 70 metros de altura que tiene la capacidad de volver a la Tierra. En su página web el costo del lanzamiento es de 60 millones de dólares. Una vez en su órbita, el satélite deberá encenderse y controlar que funciona correctamente.

“El primer contacto se realizará por una antena en Tahití, pero la información se recibirá en Falda del Carmen. Es un momento de mucha tensión, pero cuando recibimos los primeros datos, saltamos todos de alegría”, reconoció Mauricio Lange, responsable de Operaciones del Centro de Control de la misión en el Centro Espacial Teófilo Tabanera, de Córdoba.

Luego habrá que calibrar la antena, proceso que llevará seis meses. Cuando esté operativo, recibirá 225 adquisiciones (o imágenes) por día para satisfacer 20 mil pedidos por mes.

“Son unos 30 gigabytes de datos por cada contacto que realiza con alguna antena, no sólo la de Córdoba. Esto es, unos 223 gigabytes por día y cinco petabytes en cinco años”, detalló Lange.

jueves, 30 de noviembre de 2017

Científicos rusos dicen que el alunizaje americano fue una truchada

Una campaña de científicos rusos busca demostrar que EEUU no llegó a la Luna

Un grupo de ingenieros y aficionados busca recaudar USD 12 mil en una plataforma de financiación colectiva para recorrer las zonas donde alunizó el Apolo 11 y buscar las huellas de los astronautas norteamericanos, para ver si realmente se produjeron
Infobae


Para algunos investigadores y aficionados, el alunizaje de 1969 fue una gran puesta en escena

La llegada del hombre a la Luna todavía despierta sospechas. Libros, documentales, todos con especialistas, refutan el inolvidable momento en el que se realizó "un pequeño paso para el hombre, pero uno grande para la humanidad", como eternizó Neil Armstrong, el primer astronauta en poner un pie sobre tierra selenita.

Cuando el 21 de julio de 1969 el hombre alunizó por primera vez, el país del norte se encontraba en plena pelea por la conquista del espacio con la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en el contexto de la Guerra Fría, por eso no resulta del todo ilógico que un grupo de ingenieros y aficionados de la actual Rusia sean quienes quieran demostrar que aquel evento nunca sucedió.

Para eso buscan lanzar un satélite con dirección a la órbita del satélite natural de la Tierra para fotografiar los lugares donde el Apolo 11 aterrizó, el mismo suelo donde los cosmonautas norteamericanos dejaron su huella o, como piensan, donde podrían hallar la ausencia de pruebas de presencia humana.

Algunas teorías aseguran que Stanley Kubrick estuvo al frente de la “película” del alunizaje

La petición –y la búsqueda de fondos- se realiza a través de la plataforma rusa de financiación colectiva Boomstarter. El objetivo es llegar a los 800.000 rublos (12.300 dólares) necesarios para ponerlo en marcha.

Los científicos ya entraron en contacto con la Agencia Rusa de Información Nóvosti, conocida como RIA Nóvosti, para pedir autorización y explicar de qué se trata el proyecto. Básicamente, buscan crear un satélite con peso reducido y bajo costo.



"Las discusiones sobre la realización de un vuelo tripulado a la Luna no han desaparecido con el paso del tiempo. La carrera lunar es una parte importante de la historia nacional, por eso no es sorprendente el interés que suscita este tema en Rusia", afirmó Vitali Egórov, uno de los promotores del proyecto.

"Ante nosotros Apolo fue grabado únicamente desde el satélite estadounidense LRO y ya es tiempo de despejar cualquier duda. Creemos que es necesario volver para repetir la toma de fotografías en una calidad mayor y ver con qué nos encontramos allí", explicó Egórov.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

NASA va a requerir vectores indios


Why America Needs India's Rockets

Adam Minter - Bloomberg


Like other big contractors, American space companies have long expected some friendly support from their government. And Uncle Sam has usually been more than happy to help. Sometimes, though, government help causes more harm than good.

Since 2005, U.S. satellite manufacturers have been prohibited from hiring India's space agency to launch their equipment. Private American launch companies, such as SpaceX, are quite happy with this arrangement, which was intended to protect them. But the ban is not only wrong in principle -- it's actually impeding an exciting new American industry.

Last month, under pressure from satellite operators and manufacturers, U.S. trade officials began reviewing the decade-old policy. They should heed the pressure and overturn it.

Emerging India may seem like an unlikely competitor for Silicon Valley rocket companies. Yet since 1969, the Indian Space Research Organization has consistently punched above its modest weight class, racking up a series of cheap and practical achievements. One of its most important feats was the development of the Polar Satellite Launch Vehicle, which was designed to carry satellites for monitoring agriculture and water resources, among other things. What made the PSLV unique was that it was designed to launch small satellites. And that's a good niche to occupy at the moment.

Over the past few years, the small-satellite market has boomed as advances in miniaturization made space accessible to governments and companies that might never have considered it. The uses for such gear seem almost limitless, from shoebox-sized climate-monitoring devices to Samsung's plan to use thousands of micro-satellites to provide global internet access. Some $2.5 billion has been invested in the industry over the past decade.


But getting all those satellites into space is now proving to be a problem, and U.S. policy is partly to blame.

In the 1980s, Ronald Reagan's administration sought to protect nascent private launch companies from subsidized foreign competition by setting up Commercial Space Launch Agreements. The idea was simple: In exchange for the chance to put U.S. satellites into space, foreign governments agreed to launch quotas and set fees. Both China and Russia signed such agreements. In 2005, India was asked to do the same. While the U.S. waited for an answer (it was and continues to be "no"), it imposed an export moratorium on satellites for Indian launch.

The timing was no accident. In 2005, SpaceX was building its Falcon 1 rocket, which was designed to carry small satellites. The ban even came to be known as the "SpaceX Agreement." Problematically, though, the Falcon 1 had only one commercial launch before it was retired in 2009. At the time, the small satellite boom hadn't yet taken off, and SpaceX didn't believe there was a commercial justification for the rocket. (It's now scrambling to correct that mistake.)

Since then, no other U.S. company has offered a rocket for small satellite launches (though some are reportedly in the works), even as demand has surged. That leaves American satellite companies with few options. The U.S. Trade Representative has handed out occasional waivers from the moratorium. And a European government consortium now offers its own small satellite launch vehicle, for a hefty fee. But a far cheaper and more reliable option -- going to India -- remains off the table.

That's only hurting American companies, while sending the wrong message to India. Civilian space cooperation would benefit the economies of both countries, and restraining it to protect American companies -- which have had 10 years to come up with a competitive product -- can't be justified from a business or diplomatic standpoint. If the U.S. government wants to help its space companies shoot for the stars, it should stop shooting itself in the foot.

martes, 24 de marzo de 2015

La NASA felicita a INVAP

NASA elogió en Invap el plan espacial argentino
Estuvo el jefe de la agencia espacial estadounidense, Charles Bolden, y el embajador Mamet. Fueron recibidos por Weretilneck, en una recorrida por la planta ubicada en Bariloche.
Rio Negro



BARILOCHE (AB)- El jefe de la agencia espacial estadounidense NASA, Charles Bolden, elogió ayer en la sede de Invap, en Bariloche, el plan espacial argentino, durante una visita realizada a la sede de la empresa junto al embajador estadounidense en Buenos Aires, Noah Mamet.

Por pedido de la embajada de Estados Unidos, Mamet no tuvo contacto con la prensa y sólo pudo ingresar al edificio que Invap tiene en el este de Bariloche, gente de prensa oficial de la provincia. No hubo funcionarios nacionales en la recorrida.

Hace tiempo que las autoridades de la empresa estatal hacen malabares para recibir, por separado, a representantes de los gobiernos nacional y provincial, pero en este caso se cursó invitación al senador Miguel Pichetto, que estaba en Bariloche y que se excusó de participar (tenía que recibir al secretario de la Presidencia, Aníbal Fernández, según explicó un colaborador.

Invap es una sociedad entre el Estado rionegrino (51%) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA)

De todos modos, el jefe de la NASA y el embajador habían estado el jueves en Buenos Aires con el ministro de Planificación, Julio de Vido, para avanzar en los acuerdos que ya existen con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae).

Invap trabajó en la construcción de satélites junto a NASA, como el SAC-D Aquarius, que brinda información climática a partir de las mediciones de salinidad en mares y océanos.

Para Bolden, la construcción, el lanzamiento y la operación del satélite de comunicaciones Arsat 1, fabricado por Invap en Bariloche, fue "un éxito", según difundió el gobierno rionegrino.

A los visitantes los recibió el presidente del directorio de Invap, Horacio Osuna, y el gerente general Héctor Otheguy.

Bolden brindó una charla a los jóvenes ingenieros de la empresa. Habló de la importancia sinérgica de las inversiones que los países realizan en ciencia y tecnología en general. Dio detalles sobre las misiones espaciales de NASA y del trabajo realizado en la Estación Espacial Internacional.