Un experto en ajustes avanza en la reestructuración de Fabricaciones Militares
Se trata de Luis Riva, un ingeniero que reporta a Lopetegui y ahora busca hacer "viable" el complejo estatal
Un experto en ajustes avanza en la reestructuración de Fabricaciones Militares
Juan Manuel Barca |
Clarín
Enfocar el negocio en seguridad y minería, eliminar la totalidad de los subsidios y mantener las condiciones de seguridad. Esos son los tres objetivos a los que dedica gran parte de su día Luis Riva, el hombre a cargo de la reestructuración de Fabricaciones Militares (FM) que en diciembre cerró una de sus cinco plantas en Azul.
Desde su designación en agosto del 2017, el ingeniero industrial de San Isidro agarró un fierro caliente: "Tenés que reformular la empresa, hacerla eficiente y que sea segura", le dijo el vicejefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui cuando lo entrevistó por primera vez en la quinta de Olivos, luego de hojear su frondoso currículum.
Riva reconoce que nunca trabajó en el Estado. Las dos veces que le ofrecieron cargos en otras gestiones, los rechazó. Pero ahora encontró valores en común con el macrismo. "Sabía que tenía sus complicaciones, pero me pareció buena la propuesta de generar valor, no destruir, eso me encanta", sostiene.
Lo que a Lopetegui le interesó fue su experiencia en más de 30 reestructuraciones de empresas en el sector alimenticio, metalmecánica, gráfica, textil, bienes de capital, autopartes, servicios, hotelería, transporte y logística. Eso es lo que hizo durante 20 años en Managers, la firma dedicada a la gestión que fundó en 1994.
Desde allí manejó compañías en crisis, desplazando directivos y ubicando los propios por hasta 20 meses. Quickfood, Zanella, Agrometal, Transportes Furlon, Zecat y Disprofarma son algunos de los "desafíos lindos" que tuvo. "Hemos hecho rescates muy complicados", confiesa. También en Milkaut, donde Lopetegui fue accionista.
Luis Riva, interventor de Fabricaciones Militares
Su carrera privada lo llevó a ser durante 12 años CEO de IMPSA, el holding de Enrique Pescarmona, y gerente comercial de Alstom, una empresa francesa dedicada a la energía eléctrica y la fabricación de trenes. Desde 2002, además, preside Great Place to Work en Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay, una consultora que estudia el clima organizacional para crear "excelentes lugares de trabajo".
Esa es una de las tareas que se propone en Fabricaciones Militares, donde la última tanda de 230 despidos en Azul generó un clima de tensión. "No es fácil cuando hay bajas, reducción y ajuste, a nadie le gusta, pero tenemos una buena relación con el personal, la clave es trabajar en equipo", concluyó.
Su equipo en las plantas está formado por directivos civiles y militares. Mientras que en la cúspide cuenta con el respaldo del ministro de Defensa, Oscar Aguad, su otro jefe con quien repasa de manera periódica sus tareas, y coordina con el Ministerio de Trabajo, el de Modernización y el de Minería.
Ahora, Riva ya no tiene tiempo para jugar al Backgamon. Tampoco para la actividad política donde le quedó una espina clavada: en 2011 se candidateó por Con Vocación por San Isidro para desbancar al Gustavo Posse, pero este lo derrotó y hoy, tras 60 años de dinastía familiar, el intendente peronista integra Cambiemos.
Fabricaciones Militares
El plan del exCEO para Fabricaciones Militares apunta en los próximos tres años a duplicar las ventas y aumentar la productividad, junto con una reducción de gastos en una empresa con 1.530 empleados. El complejo estatal creado en 1941 fabrica municiones y chalecos antibala para las fuerzas de seguridad, a la vez que abastece de pólvora y explosivos a mineras, petroquímicas, metalmecánicas y a la industria ferroviaria, adonde acaba de colocar 20 vagones.
Con un presupuesto declinante, recibirá $1.600 millones en 2018, 1.000 millones en 2019, y $500 millones, en 2020. El ajuste es parte de los lineamientos definidos por el Gabinete para las empresas estatales, pero Riva asegura que la situación es peor que en Correo Argentino y Aerolíneas Argentinas.
Según datos oficiales, FM pasó de tener 1.200 empleados en 2005 a 2.000 en 2015, cuando asumió la gestión de Mauricio Macri, sin aumentar los niveles de producción y con subsidios de $2.400 millones sobre ventas por $900 millones.
Uno de sus desafíos es expandir la capacidad instalada. La planta de Villa María (Córdoba), con 516 trabajadores, está en un 45% de su producción de pólvora. En tanto, la sede de Azul, dedicada a producir dinamita, nitroglicerina, trotil y emulsiones, funcionaba al 10% de su potencial antes de cerrar el 28 de diciembre pasado.
ATE realizó ayer y anteayer cortes de ruta y una caravana por los despidos a La Plata para exigir la reapertura de la planta. Pero el director general niega que haya un vaciamiento. Ahora, la producción -cuyo cliente era la minera Santa Cruz- como los insumos serán absorbidos por Villa María.
"El cese de operaciones de la planta de Azul es terminal, no va a seguir funcionando, no tiene ningún sentido, pero la idea es que la empresa sea viable sin subsidios", explicó el ingeniero. El Gobierno y la Provincia ofrecieron reubicar a los cesantes en frigoríficos, mineras y fabricantes de lácteos de la zona.
En tanto, la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC) realizó dos inspecciones en FANAzul en las últimas dos semanas. Fue por una denuncia judicial de ATE sobre un presunto riesgo de explosión por falta de personal idóneo. Riva lo desmintió: "La ANMAC dio un informe favorable y la garantía de que no hay riesgo".
Su apuesta es fortalecer los "negocios esenciales". La idea es bajar los precios y mejorar los plazos de entrega para vender bienes de seguridad, municiones y chalecos a la Policía Bonaerense. El otro rubro clave es el la pólvora y los explosivos, cuya producción hoy se destina un 30% al sector público y 70% al privado, principalmente mineras.
Por otra parte, negociar readecuar vagones de pasajeros de la operadora estatal Sofse. La planta de Río Tercero (Córdoba) entregó el 4 de enero pasado 20 vagones reparados al Belgrano Cargas. "Vamos a producir más, tenemos la posibilidad de ampliar 60 vagones adicionales", adelantó Riva.
- ¿Entonces no les va tan mal con las ventas? - preguntó este diario.
Se mostró cauto. La facturación esperada para este año es de $1.200 millones y las inversiones, $200 millones -un 70% para urgencias de mantenimiento-. Las ventas previstas son superiores al 2016, pero por debajo del 2014 y 2015. La diferencia, según Riva, es porque hubo años en que se vendió mucho, sin cobrar.
Ese es el caso de la división de metalmecánica, que se dedicó entre 2013 y 2015 al armado de la estructura de los tuneles de la mina de Yacimientos Río Turbio. Las toneladas de arcos siguen stockeados en Río Tercero porque nunca fueron pagados. La deuda es de $130 millones.
El futuro de la dotación, en tanto, dependerá de los niveles de ventas y recorte de gastos.