Las imágenes muestran el momento en que un BMP-1 cargado de explosivos y conducido por un rebelde suicida irrumpe y estalla en el último reducto fortificado en manos de las fuerzas gubernamentales sirias en el aeropuerto de Mengh, poniendo fin a una batalla por su posesión que se prolongó por ocho meses.
Según medios de la oposición, en el ataque final participaron nueve brigadas rebeldes, incluidos integrantes del cuestionado Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL), que después de la derrota sufrida a manos de los kurdos decidieron dejar de atacar a los demás grupos revolucionarios y volver a apuntar sus armas contra las fuerzas del gobierno.
La caída definitiva de la base aérea militar más importante del norte de Siria representa el fracaso de la ofensiva lanzada hace un mes por al Assad con fuerzas acorazadas del ejército y guerrillas de Hezbollah para romper el cerco rebelde y pone en peligro a las dos localidades chiitas que sirvieron de base para dicha maniobra y que habrían quedado desprotegidas después de la derrota en Mengh.
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