Los primeros aviones de combate franceses Mirage 2000-5F entregados a Ucrania para reforzar sus capacidades de defensa aérea .
El primer lote de cazas Mirage 2000-5F prometido por Francia a Ucrania ha llegado a suelo ucraniano, lo que supone un paso decisivo en la ayuda militar francesa destinada a reforzar las capacidades aéreas de Kiev frente a la agresión rusa. El anuncio de esta entrega fue realizado el 6 de junio de 2024 por el Ministro de las Fuerzas Armadas de Francia, y los aviones ya están operativos, con pilotos ucranianos a bordo que han recibido un entrenamiento intensivo en Francia durante varios meses. Estos aviones contribuirán ahora a la defensa del espacio aéreo ucraniano.
Estos cazas están equipados con misiles aire-aire MBDA MICA con guía por radar e infrarrojos, lo que les proporciona una ventaja en el combate más allá del alcance visual (Fuente de la imagen: Departamento de Defensa de EE. UU.)
El Mirage 2000-5F , un caza multifunción desarrollado por Dassault Aviation, está diseñado para misiones de superioridad aérea y ataque terrestre de precisión. Francia se ha comprometido a entregar hasta doce unidades de este avión, que destaca por su avanzado radar, armamento y aviónica. Estos aviones suponen una importante mejora tecnológica en comparación con los MiG-29 y Su-27 de diseño soviético que todavía están en servicio en la Fuerza Aérea de Ucrania. Equipado con el radar de pulso Doppler Thales RDI, el Mirage 2000-5F ofrece capacidades superiores de detección y seguimiento, lo que permite a los pilotos ucranianos identificar y atacar objetivos a larga distancia, incluidos aviones enemigos, drones y misiles de crucero.
El armamento de los Mirage 2000-5F es un activo clave para Ucrania. Estos cazas están equipados con misiles aire-aire MBDA MICA con guía por radar e infrarrojos, lo que les proporciona una ventaja en el combate fuera del alcance visual. También pueden llevar el misil de crucero SCALP-EG, capaz de atacar objetivos estratégicos a más de 250 km de distancia. Esta capacidad de ataque profundo permite a Ucrania debilitar la infraestructura y las bases de retaguardia rusas, reduciendo así su alcance operativo. Además, el Mirage 2000-5F es compatible con bombas guiadas por AASM Hammer, lo que permite ataques de precisión contra objetivos móviles y fortificados.
Los pilotos y técnicos ucranianos han recibido una formación exhaustiva en Francia para garantizar un manejo óptimo de estos aviones. La formación comenzó a mediados de 2024 e incluyó módulos avanzados sobre pilotaje, sistemas de armas y mantenimiento. Al mismo tiempo, Ucrania ha establecido la infraestructura necesaria para mantener y sostener el Mirage 2000-5F en su entorno operativo. Esta fase preparatoria fue esencial para garantizar que estos cazas pudieran integrarse de forma rápida y eficaz en la Fuerza Aérea de Ucrania.
La incorporación del Mirage 2000-5F a la Fuerza Aérea de Ucrania representa un cambio estratégico significativo en el equilibrio de poder regional. Más ágil y eficiente que el MiG-29 y el Su-27, proporciona a Ucrania una capacidad operativa ampliada, con un mayor alcance que permite misiones más largas y complejas. Este caza ofrece una mejor maniobrabilidad y una aviónica avanzada, lo que mejora el conocimiento de la situación y el tiempo de respuesta de los pilotos en combate. Su despliegue también marca un avance hacia una mayor interoperabilidad con las fuerzas de la OTAN, lo que fortalece la integración de Ucrania en los estándares operativos occidentales.
A pesar de la llegada de los cazas Mirage 2000-5F, Ucrania se enfrenta a desafíos cada vez mayores, en particular a la luz de la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. La nueva administración estadounidense ha señalado su intención de reducir o incluso suspender la ayuda militar a Kiev, lo que coloca a Ucrania en una posición precaria frente a la agresión rusa. Esta situación complica aún más la capacidad de Ucrania para defender su soberanía e integridad territorial. Además, la perspectiva de una reducción del apoyo estadounidense podría debilitar la solidaridad transatlántica, dejando a Ucrania y Europa más expuestas a las ambiciones rusas. En este contexto, Ucrania no sólo debe integrar eficazmente estos nuevos activos militares, sino también navegar en un panorama geopolítico cada vez más incierto, al tiempo que busca un mayor apoyo de sus otros aliados occidentales.
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