martes, 8 de agosto de 2017

La revuelta militar fue un ataque de falsa bandera

Rocío San Miguel: "Esta revuelta militar fue sólo una puesta en escena del gobierno"

La especialista venezolana en temas militares consideró que el chavismo había infiltrado a los rebeldes y los dejó actuar para consolidar el poder

Rubén Guillemí | La Nación




La abogada venezolana Rocío San Miguel, especialista en temas militares, no tiene dudas en definir la revuelta castrense de ayer como "un falso positivo, una puesta en escena".

En una conversación telefónica con LA NACION, la defensora de derechos humanos y presidenta de la ONG Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional, consideró también que aún existe un fuerte respaldo militar al gobierno de Nicolás Maduro, por lo cual no ve "riesgos de fractura en el corto plazo".

-¿Cómo analiza lo ocurrido en Carabobo?
-Sin dudas es un falso positivo, una puesta en escena. Es algo que suelen realizar las fuerzas armadas en todo el mundo, muchas veces sin que sus operadores sepan que se está desarrollando. No tengo dudas de que este movimiento ocurrido en Carabobo estaba infiltrado ya desde hace un tiempo y la inteligencia militar lo dejó correr.

-¿En qué sustenta esa afirmación?
-Fíjese que el episodio ocurrió en la unidad con mayor poder de fuego en Venezuela y sin embargo no fueron a sofocarlo los mandos militares, sino el Servicio Bolivariano de Inteligencia y el Comando Antiextorsión y Secuestro (Conas), que son los que seguramente los habían infiltrado y les permitieron seguir avanzando. Pero no hubo una acción del alto mando castrense. Además, las primeras reacciones no vinieron del presidente ni de alguien del poder político, sino de Diosdado Cabello, un ex militar que es el representante de las fuerzas armadas en la Asamblea Constituyente. Otros dos hechos que apoyan la idea de que fue un falso positivo es mirar quién sale beneficiado con todo esto, y obviamente es el gobierno, que ahora tendrá aún más libertad para reprimir y continuar con las detenciones. Por último, hay que tener en cuenta que el jefe de este episodio es un militar retirado desde hace tres años, que carece de poder real como para liderar un golpe de Estado.

-¿Cree que hay posibilidades reales de fractura en las fuerzas armadas?
-Mire, en los últimos siete años el gobierno ascendió al mando de generales y almirantes a 1255 efectivos. Además, numerosas empresas han sido entregadas a la administración castrense. Por otra parte, el 40% de los despachos ministeriales está manejado hoy por militares, además de 2000 cargos importantes de la administración pública. Así que todos ellos son uniformados que recibieron sólidos incentivos para mantener su lealtad al gobierno.

-¿Y cómo cree que puede evolucionar esta lealtad en el futuro?
-La definición de lo que puedan hacer las fuerzas armadas en el futuro va a venir del rol que les asigne la Constituyente. Por eso Diosdado Cabello aspira a ser la voz de los militares dentro de esa Asamblea.

-¿Cuáles son las expectativas militares respecto de la Constituyente?
-Yo creo que su mayor incentivo para estar allí es la vigilancia, porque la Asamblea tiene el poder de introducir cambios en el funcionamiento de la fuerza militar. Es decir, ellos quieren estar atentos para tutelar lo que ocurra y no perder los privilegios de la estructura de poder de la cual hoy forman parte. No olvidemos, por ejemplo, que este gobierno también les cedió por 50 años el control de la mayor fuente de riqueza minera del país a través de Camimpeg. Así que durante el próximo medio siglo los militares van a explotar todos los recursos mineros venezolanos. Eso puede representar, económicamente, mayores dividendos que la explotación petrolera, que hoy está en merma en Venezuela, por falta de inversiones.

-Si las fuerzas armadas están tan fuertemente aliadas con el gobierno, ¿qué posibilidades hay de una salida o recambio presidencial?
-En el corto plazo sólo veo la alternativa de radicalización de la Asamblea Constituyente y también de Maduro en el poder. Y esto que ocurrió en Carabobo deja la mesa servida para avanzar en Venezuela con la persecución contra los sectores disidentes y críticos. Así que no veo posibilidades de que haya un cambio en el corto plazo.

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