jueves, 26 de mayo de 2011

Marino argentino hacia torneo latinoamericano

Marino cordobés seleccionado 

Un suboficial principal, campeón argentino de paracaidismo, rumbo al torneo latinoamericano 

24-5-2011 | Se trata de Juan Carlos Pérez, paracaidista de la Armada Argentina, quien se especializó en precisión de aterrizaje y es uno de los mejores del país. 

Puerto Belgrano - Su extensa trayectoria, ardua dedicación y resultados excelentes lo llevan al suboficial principal Juan Carlos Pérez a participar este año de dos acontecimientos deportivos: el Campeonato Latinoamericano de Paracaidismo que hoy comienza en San Juan, Argentina y se desarrollará hasta el 29 de mayo; y durante julio, será parte de la Delegación Argentina en el Mundial Militar que tendrá lugar en Brasil. 

En todo campeón hay cualidades que lo destacan: esfuerzo, inteligencia, disciplina, determinación y actitud positiva. Juan Carlos las posee a todas pero además, “para mi disciplina, la destreza, la precisión y el aplomo en el momento final, son fundamentales”, destacó. 

Juan Carlos Pérez o “Perico” como lo nombran sus amigos, es marino hace 29 años: suboficial principal Infante de Marina Comando Anfibio destinado en el APCA (Agrupación de Comandos Anfibios) donde es encargado de Operaciones; y además, tiene a su cargo el Equipo Representativo de Paracaidismo de la Armada. 

En su disciplina, precisión de aterrizaje, compitió en campeonatos nacionales y mundiales tanto civiles como militares y llegó a ser varias veces campeón. 

El tercer puesto obtenido en su disciplina -durante el Campeonato Argentino de Paracaidismo disputado en diciembre del año pasado en San Juan- lo catapultó al Campeonato Latinoamericano de Paracaidismo que comenzó a disputarse hoy en esa provincia argentina, y se extenderá hasta el 29 de mayo. 

A su vez, un segundo puesto en el Interfuerzas de Paracaidismo del pasado año -competencia donde participan todas las fuerzas militares argentinas- le brindó la posibilidad de viajar a los V Juegos Mundiales Militares en Brasil. 

En el “Latinoamericano”, el Aeródromo de Pocito, San Juan, es el escenario donde “Perico” demostrará sus habilidades junto a pares de Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay, Perú, Bolivia, Venezuela, Honduras, Costa Rica, República Dominicana, Cuba y Colombia, países integrantes de la COLPAR, la Confederación Latinoamericana de Paracaidismo. 

Respecto a precisión de aterrizaje, habrá saltos entre 900 y 1200 metros de altura donde los participantes seleccionarán el punto de salida del avión y con poco retardo de caída libre, procederán a la apertura del paracaídas y los guiarán hacia el centro -o lo más aproximado posible- de un disco que tiene tres centímetros de diámetro. La medición se realizará mediante un disco electrónico que marca la distancia del aterrizaje en forma automática. 

Dueño del aire y la precisión 

Ingresó en la institución en 1982 siendo su motivación principal -cuando tenía tan sólo 16 años y aún vivía en la capital cordobesa donde nació- una foto en un folleto de ingreso a la Armada Argentina. “En la foto, un hombre embolsaba la tela de su paracaídas. Quedé impresionado. Es así que en enero de 1982 ingresé para ser paracaidista”, expresó el marino. 

Cuando egresó de la Escuela de Infantería de Marina, siendo cabo segundo, ya quería saltar pero aún debía tener ciertos requisitos, entre ellos, ser Comando Anfibio de la Fuerza. “Yo estaba ansioso, quería saltar y no podía esperar”, recordó el Infante de Marina. “Fui al Aeroclub de Bahía Blanca y me anoté en un curso básico de paracaidismo mientras hacía el curso Comando. Mi primer salto fue en 1985 a bordo de un Cessna”, contó. 

Aún sus ojos expresan la felicidad de aquel momento en su vida. “Para cuando empecé el curso comando ya tenía 12 saltos realizados. Pero como no era tan hábil en natación, y disfrutaba de las disciplinas deportivas decidí estudiar Educación Física”, adelantó. 

Acostumbrado al trabajo duro y al sacrificio cotidiano desde pequeño, “Perico” se recibió de profesor mientras continuaba trabajando en su carrera militar y seguía especializándose en Paracaidismo, su gran pasión. 

“Luego, ser comando en 1986 me posibilitó, entre otras disciplinas, ser instructor de esquí y andinismo. Soy un amante del deporte y la aventura, hasta escalé tres veces el Aconcagua”, expresó como al pasar, con la sencillez que lo caracteriza. 

En 1987 hizo un curso avanzado en paracaidismo, continuó su carrera como Instructor Nacional y como si no fuera suficiente, es socio-fundador del Club Escuela Paracaidismo y Rescate de Punta Alta, ciudad cercana a la Base Naval Puerto Belgrano, donde reside actualmente. Habrá tomado mucha sopa de puchero, su plato favorito. 

Y fue en Venado Tuerto, Santa Fe, durante un Campeonato Argentino en precisión de aterrizaje individual donde toda su vida se consumó en un instante, aquel segundo en que su pie pisó el centro del disco electrónico y se consagró por primera vez campeón. 

A partir de allí, su actividad proliferó bajo la mirada y el apoyo de los expertos en Paracaidismo, de las autoridades militares, de los jueces de las competencias. “Perico” fue “visible” al mundo entero. 

Sin embargo, a él le basta la mirada de Sol (6), de Micael (19) y de Alejandro (23) sus tres hijos; la de Gabriela, su señora y aquellas que lo acompañan donde vaya: la de su tía Teresa y sus primas cordobesas. 

Fuente: www.gacetamarinera.com.ar 

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