Ejercicio de la OTAN en el Estrecho: ¿casualidad o previsión?
M. Ángeles Moya
viernes, 04 de marzo de 2011
Aunque el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rassmussen, ha descartado, de momento, una intervención militar aliada en Libia, y a pesar de que las maniobras navales que la Alianza Atlántica está realizando en la zona del Estrecho y el Mar de Alborán estaban previstas con anterioridad a lo que está ocurriendo en los países del norte de África, no deja de llamar la atención que 3.500 militares de 11 países de la OTAN se estén instruyendo, precisamente en estos momentos, en una región conflictiva hacia la que se han vuelto todas las miradas de la comunidad internacional.
Tampoco pasa inadvertido el hecho de que sea precisamente una Fuerza de Respuesta de la OTAN (NATO Response Force -NRF-, por sus siglas en inglés) la que se esté adiestrando en la zona, habida cuenta de que si finalmente Naciones Unidas dictase una resolución autorizando o requiriendo una intervención militar de la OTAN en Libia, bien para gestionar la crisis humanitaria que se está produciendo en las fronteras con Túnez y Egipto, bien para frenar la violenta represión del régimen de Gadafi contra sus opositores, sería precisamente una NRF la unidad militar que contaría con más posibilidades de ser desplegada.
Y es que este tipo de fuerzas de la OTAN se concibieron en 2002 precisamente para proporcionar una rápida respuesta militar ante una situación de crisis en cualquier parte del mundo. La NRF que realiza desde el pasado 28 de febrero el ejercicio Noble Mariner en las aguas próximas al norte de África, bajo el mando del vicealmirante español Juan Antonio Cuadrillero Pinilla, es la número 17 y se encuentra actualmente en su periodo semestral de adiestramiento.
Después, en el segundo semestre de 2011, pasaría a estar en stand-by, lo que según la terminología OTAN significa que durante ese periodo podría ser activada para participar en una misión de respuesta rápida. No es, por tanto, la NRF 17 la que, a priori, sería enviada a una eventual misión militar en Libia, pero qué duda cabe de que si se encuentra próxima a la zona de despliegue, su apoyo podría ser requerido o incluso se podría adelantar su activación para intervenir en dicha operación.
Estas fuerzas, que actúan como elemento de entrada inicial en un teatro de operaciones, pueden realizar misiones de estabilización, de interposición entre partes enfrentadas en un conflicto bélico, de ayuda humanitaria, e incluso tienen capacidad para actuar ante un desastre natural, como ya se puso de manifiesto en el año 2005 cuando se empleó por primera vez una NRF (en concreto la 5ª) para colaborar en el restablecimiento de las infraestructuras que resultaron dañadas tras el terremoto que asoló la Cachemira pakistaní en octubre de ese año. En aquel momento, las fuerzas terrestres de la NRF 5 estuvieron lideradas por España, en concreto por el Cuartel General de Despliegue Rápido de la OTAN con sede en Bétera (Valencia).
En el Ejercicio Noble Mariner, que se prolongará hasta el próximo 10 de marzo, se está adiestrando el Componente Marítimo de la NRF 17, una fuerza que está integrada también por fuerzas aéreas, terrestres y de operaciones especiales. En él participan 3.500 militares de Alemania, Bélgica, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Italia, Noruega, Polonia, Portugal y Reino Unido, con un despliegue de 21 embarcaciones (siete de ellas españolas), cuatro submarinos (uno es español) y 4 aviones (uno de ellos español).
Fuente: Revista Atenea
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