viernes, 10 de diciembre de 2010

Producción nacional de armas

Producción nacional para la Defensa 


Con cuatro fábricas de armas y explosivos, la Dirección General de Fabricaciones Militares produce armas, pólvoras, municiones de alta calidad, materiales para las Fuerzas Armadas y de Seguridad y la defensa nacional. Además, insumos para la industria nacional y privada, como en el caso de la minería, vagones ferroviarios y recuperación de explosivos vencidos. 

 

Por Lauro Noro / Fotos: Gentileza DGFM 

“Queremos darle envergadura al desarrollo tecnológico y aprovechar todas las facilidades y capacidades que tuvimos y que hoy tenemos, y no perderlas con el transcurso del tiempo. Queremos recuperar a todo aquel personal que en algún momento estuvo en proyectos de avanzada”, afirma el doctor Arturo Puricelli (63), santacruceño, interventor de la Dirección General de Fabricaciones Militares desde septiembre de 2006. “Para eso, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner envió al Congreso un proyecto de ley para cambiar la estructura jurídica del organismo y constituirla en Sociedad del Estado sin perjuicio de que como tal pueda asociarse con fábricas, firmas o empresas privadas, pero que mantenga su sesgo como la piedra angular para la producción para la defensa y pueda definir políticas y estrategias vinculadas con ella”, agrega el funcionario que fue gobernador de la provincia de Santa Cruz, diputado nacional y ocupó diversos cargos públicos. Entre las razones que sustentan el proyecto, que ya tiene doble aprobación en la Cámara de Diputados, pone de manifiesto que “casi el 50% de nuestro personal supera los 54 años y la otra mitad es gente joven que tenemos, lamentablemente, contratada por el hecho de que al ser una Dirección General dependiente de la Administración Pública Nacional está sujeta a las mismas pautas que tienen los registros civiles o cualquier ministerio y por eso las vacantes están congeladas, no podemos ni reponerlas ni producir ascensos, entre otras cuestiones”. 

Esta es, digamos, la letra de molde a modo de presentación de la empresa que nació el 24 de diciembre de 1936, gracias a la visión del entonces coronel Manuel Savio. En los hechos, su historia muestra que no solo abasteció de materiales bélicos y logísticos a las Fuerzas Armadas y de Seguridad, sino que su producción se extendió en favor de la comunidad. Vagones y furgones para trenes y subterráneos, motores eléctricos, discos para arado y hasta heladeras, salieron de sus talleres. Con los años, “vientos desfavorables” hicieron caer su productividad por reducciones presupuestarias, escasa demanda interna y pocos requerimientos externos. A punto de ser privatizada, sin embargo pudo ser controlada por el Ministerio de Economía y Obras Públicas, y varios de sus organismos. Finalmente, desde 2006 está en manos del Ministerio de Planificación. Paso a paso, Fabricaciones Militares fue incrementando sus volúmenes de producción y ventas. Esta es la imagen que muestra hoy. 

RADARES MADE IN CASA 

“Estamos empeñados en contar con ese cambio de naturaleza jurídica para darle a la DGFM una capacidad mayor de funcionamiento y dinamismo para que cumpla con su rol, no solo de producir para la defensa nacional, sino para proteger y garantizar los recursos naturales de los que goza la Argentina. Y queremos hacerlo nosotros y no por medio de terceros o, lo que es peor, que el país se encuentre inerme cuando esos intereses puedan correr riesgos”, expresa Puricelli. En ese sentido, asegura que no se trata de entrar en una carrera armamentista. “En absoluto. La defensa nacional está vinculada con la producción con tecnología y desarrollo de tecnologías nacionales. Es decir, contar con los requerimientos básicos para garantizarla y cumplir con aquellos que son estratégicos, como por ejemplo el control del espacio”. Aquí, habla de la puesta en marcha del plan de radarización con materiales y mano de obra argentinos. “Por eso, FM fue habilitada para firmar un contrato con el INVAP para desarrollar el primer radar militar primario de largo alcance 3D de largo para el Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial”. En la charla con DEF, confirmó que está en plena ejecución. “Ya tenemos despejada la incertidumbre tecnológica y, por eso, existe la posibilidad de hacer los primeros seis radares en serie para ganarle al tiempo y cubrir necesidades en ese sentido. Si hubiéramos llamado a una licitación internacional para comprarlos no tendríamos su provisión en tiempos anteriores a los que estamos previendo con los que vamos a fabricar en casa”. Entre sus ventajas, señala que su costo será significativamente menor, tendrá un alcance de 400 kilómetros para la detección de objetos voladores y un sistema de protección contra medidas electrónicas. “Haberlo desarrollado nosotros y contar con la tecnología de su funcionamiento evitan la posibilidad de que pueda ser detectado y, eventualmente, destruido. Quienes venden estas tecnologías nunca dan el knock how de cómo las han desarrollado y mucho menos permiten alterarlas, cambiarlas o modificarlas, de manera tal que uno nunca tiene la absoluta seguridad para protegerlas”, completa. 

EN MINERÍA, TAMBIÉN 

Si bien Puricelli enfatiza en que la meta es producir para la defensa, no deja de señalar las actividades industriales de carácter dual que tienen en marcha. Entre ellas, dentro del plan de modernización de las plantas de pólvoras y explosivos, buscan una mayor participación en el mercado de la minería. “Es muy grande y tiene un alto consumo, y en este momento, está provista por empresas multinacionales. Esa es la razón por la que hemos creado dos unidades de servicios mineros, una en Villa María y la otra en Azul, y desarrollado un camión-fábrica para brindar servicios de voladura sin necesidad de llevar los explosivos activados en el lugar donde los necesitan”. No solo eso. Han comprado un laboratorio que presta servicios en un emprendimiento minero y están proyectando una fábrica de pólvora en Jáchal, San Juan, con esos fines. También, para la producción de nitrato de amonio, ácido nítrico y amoníaco, que son los insumos básicos para las pólvoras y explosivos. “Los estamos vinculando con los fertilizantes para la agricultura. No queremos que las multinacionales que los proveen capturen la renta del campo a partir de su provisión y de esa manera les cobren más caro a nuestros productores. Estamos trabajando con pequeñas empresas nacionales a las que proveemos insumos de nuestras plantas químicas para hacer fertilizantes específicos con la marca FM”. 

VAGONES, CARBÓN Y COHETES 

En la planta metalmecánica de Río Tercero, Córdoba, reparan vagones cerealeros del FFCC Belgrano Cargas. “Tenemos un convenio para poner a nuevo 300 vagones y ya entregamos los primeros cien. Lo que ha significado un importante incremento en nuestra facturación”, explica del titular de FM. Los vehículos llegan semidestruidos. Los desarman y a un ritmo de seis por mes, quedan 0 km. Pero además, fabrican los pies para radares secundarios, sus cabinas, casetas y otros elementos. Han puesto a nuevo prensas y matrices con mano de obra calificada. Con respecto de la mina de carbón de Río Turbio, explica que la potenciaron con una usina a carbón de 220 megavatios. “De esa manera reactivamos la producción de un combustible, del cual tenemos reservas por 750 millones de toneladas y podemos convertirlas en energía”. En ese marco, lograron disminuir la importación de las picas de las rozadoras, utilizadas en las excavaciones con su desarrollo en Río Tercero. “Las estamos proveyendo con éxito y además, hacemos los túneles de ventilación, con una importante orden de compra para la fabricación de arcos de minas”, acota. 

Con respecto a la cohetería, ya han producido las primeras cuatro lanza-coheteras múltiples y móviles, con sus respectivos cohetes, desarrolladas por Citedef para el Ejército. Son 27 cohetes que se lanzan en menos de un minuto, con puntería computada y un alcance de 30 kilómetros. 

MUNICIONES A GRANEL 

Ya Puricelli lo había anticipado en el discurso inaugural del 9º Simposio y 7ª Exposición de Investigación y Producción para la Defensa 2009 (Sinprode), a fines del año pasado. La fábrica Fray Luis Beltrán, de Santa Fe, logró producir once millones de municiones. “Un récord histórico. Eso significó multiplicar por diez la producción de 2007 gracias a la inversión en mantenimiento y recuperación de las capacidades de nuestras plantas de municiones. La media era de 4 a 4,5 millones. Para ello, adquirimos una encapsuladora que permite fabricar de 5000 mil municiones por hora a 15.000; una planta de fulminantes y una encartuchadora para reemplazar nuestro viejo sistema de producción artesanal de cartuchos. Tuvimos una facturación importante, que se elevó en casi un 40%. Y estamos estudiando la modernización de nuestra planta de vainas y si es posible, la triplicación de su producción”. El funcionario explica que con el aggiornamento de la planta de Fuego Central “buscamos garantizar que los cuerpos de Infantería básicos cuenten con el armamento y el equipamiento adecuados para cumplir con su función. Las municiones, por ejemplo, no pueden ser de provisión extranjera. En la década del 90, con la desarticulación de FM, se empezó a comprar todo fuera. Hoy, estamos compitiendo en licitaciones públicas a la luz del apoyo que necesita la producción nacional”. 

A DESMILITARIZAR SE HA DICHO 

Una de las tareas que han tomado con mucho énfasis ha sido la de recuperar munición vencida, antigua y obsoleta. No se trata de hacerla explotar y nada más. Puricelli lo explica. “Se trata de aprovechar todos los elementos metálicos de una munición de artillería, que no se vencen. De esa manera, logramos por ejemplo, revitalizar, repotenciar y dejar en condiciones en nuestros arsenales una munición de tanques que cuesta 2500 dólares cada una, con la máxima eficiencia, por $1700. El año pasado recuperamos alrededor de 2000. Haga la cuenta”. También, fabricaron una planta de desmilitarización en Fray Luis Beltrán. Son nueve acoplados semirremolques para suministro de vapor, generador eléctrico, compresor de aire, taller mecánico de apoyo, oficina técnica, alojamiento del personal de guardia, local para guardia de polvorín, sanitarios, comedor, cocina, dormitorio para la desmilitarización in situ. Es decir, evitan trasladar la munición vencida que es inestable para su destrucción y transitar por rutas nacionales u otros caminos con el consiguiente peligro que podrían generar. “Generalmente se la hacía explotar, con el costo económico por la pérdida de materiales recuperables, por un lado, y por el otro, aun mucho más importante, por la contaminación ambiental de su estallido. La planta ya está en funcionamiento y puede llevarse a todo el país. Es de desarrollo exclusivamente nacional con tecnología argentina y fabricada por nuestro personal”. Entre sus características, cuenta con cámaras para descarga del trotyl; secadero de trinitrotolueno (TNT) y embalado de explosivos vencidos; taller de operaciones previas para la descarga, como desarmado de motores de cohetes y otros; equipo para carga de ojivas por enfriamiento; acoplados para transportar explosivos desde las unidades hasta la instalación en campaña y cumplir funciones de polvorín en esa situación. De esa manera, garantiza una completa movilidad, es operable en todo terreno con autonomía de provisión de agua, con un tanque de 15.000 litros y otro secundario de 5000, energía eléctrica, combustible y un taller de mantenimiento de equipos y herramientas. 

LA PROYECCIÓN DE FABRICACIONES MILITARES 

Entre los objetivos futuros, el responsable del organismo asegura su empeño en consolidar las capacidades para producir insumos básicos para nuestra defensa. Y además, ponerlo en condiciones para llevar adelante la actividad industrial en serie de todos los desarrollos que salgan de los institutos de investigación de las Fuerzas Armadas, el Ministerio de Defensa y la actividad privada. “No queremos que terminen en sus vitrinas sino que pasen a la línea de producción de nuestros talleres. Es el caso del cohete Pampero de 105 mm, que ya vamos a producir; lo mismo que el misil táctico Alacrán y otros emprendimientos, como el lanza-cohetes antitanque Mara, que fue un desarrollo argentino de muchos años, de probada calidad y eficiencia, y que recién este año será fabricado en serie”. Por último, apunta a que ese esfuerzo productivo tenga reflejo en la actividad industrial común. “Queremos consolidar un aparato productivo para la Defensa que garantice el mayor grado de autonomía posible”. 

DEF Digital

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