En un hecho que puede considerarse un cambio de táctica de los EE.UU. en su operación Odyssey Dawn, la USAF desplegó sobre los cielos de Libia a dos modelos de aviones característicos de operaciones de apoyo aéreo cercano (CAS): El cazatanques A-10 Thunderbolt II y el cañonero AC-130, esta última es una versión del Hércules equipada con avanzada tecnología de identificación de blancos y artillada con cañones cuyos calibres van de 20 a 40 mm, y con un obús de 105 mm.
Según fuentes del Pentágono, ambos aviones han comenzado a utilizarse durante el fin de semana pasado, y esto parece dejar en evidencia que con los ataques de precisión llevados a cabo por otras aeronaves desde gran altura o por los misiles crucero de buques y submarinos no bastan para desbaratar la totalidad de las piezas de artillería, blindados y tropas de Gadafi, que han aprendido a utilizar los edificios de centros poblados para ocultar sus movimientos o entorpecer los bombardeos, por temor a causar bajas entre los civiles.
Precisamente el AC-130 podría resultar útil en operaciones de ataque a estas unidades ocultas, aunque esto no disminuye el riesgo de que puedan producirse daños a la población civil, ya sea por un error de cálculo, fallas en la inteligencia o por el uso de civiles como “escudos humanos” por parte de los gubernamentales, como ya fue denunciado por los combatientes rebeldes en Misrata.
Crédito de las fotos: USAF
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