Uno de los helicópteros desplegados en Herat, en Afganistán
Fernando Cancio . Madrid.
Desde su primer día en Afganistán, allá por el mes de marzo, la principal misión de los helicópteros de ataque «Tigre» estaba más que marcada: proteger el repliegue de las tropas españolas desplegadas en la base de Qala i Naw. Ahora, casi ocho meses después, han regresado a España con el deber cumplido. Durante todo este tiempo han sido una importante herramienta a la hora de proteger no sólo a los militares españoles, sino también en misiones de apoyo a otros contingentes pues, tal y como aseguraba el pasado mes de agosto, en pleno repliegue, el capitán Eduardo Redolar, segundo jefe de esta unidad de helicópteros con base en Herat "Sólo con escucharnos, disuadimos a cualquier enemigo». Y así ha sido, pues en el tiempo que ha durado su despliegue no han tenido que hacer uso de su armamento. Sólo su «rugido» era suficiente para que los insurgentes se pensaran dos veces el atacar.
Tal y como asegura el Ministerio de Defensa en un comunicado, «los helicópteros "Tigre" han completado con éxito las misiones asignadas y han demostrado su operatividad en el apoyo a las operaciones de repliegue», una misión peligrosa que obligaba a tomar todas las precauciones posibles y no dejar nada al azar. «Ningún convoy español ha salido sin la protección de los "Tigre"», destacaba hace tres meses el teniente coronel Pablo Muñoz, jefe de ASPUHEL, la unidad de helicópteros del Ejército de Tierra, desde Herat. Esta protección permitió que ninguno de los convoyes españoles sufriera ataques.
La última misión de estos helicópteros tuvo lugar el pasado 13 de octubre, informa Defensa, y con ella se puso fin a más de ocho años de actividad de la ASPUHEL y del destacamento de Helicópteros del Ejército del Aire de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (HELISAF). Las aeronaves del Ejército de Tierra comenzaron a operar en Herat con cuatro helicópteros de transporte «Cougar» a principios de 2005, a los que se sumaron en 2007 tres helicópteros de transporte pesado «Chinook». Los últimos en llegar fueron los «Tigre».
Desde el inicio de su despliegue, los helicópteros españoles han realizado 16.405 horas de vuelo y casi 12.000 salidas. En estos ocho años, tanto HELISAF como ASPUHEL han sufrido la pérdida de dos aparatos respectivamente. Si bien los helicópteros del Ejército de Tierra no han sufrido bajas durante su despliegue, los del Aire vivieron su episodio más trágico el 16 de agosto de 2005, cuando 17 efectivos fallecieron al estrellarse el «Cougar» en el que viajaban en las proximidades de Herat.
Desde su primer día en Afganistán, allá por el mes de marzo, la principal misión de los helicópteros de ataque «Tigre» estaba más que marcada: proteger el repliegue de las tropas españolas desplegadas en la base de Qala i Naw. Ahora, casi ocho meses después, han regresado a España con el deber cumplido. Durante todo este tiempo han sido una importante herramienta a la hora de proteger no sólo a los militares españoles, sino también en misiones de apoyo a otros contingentes pues, tal y como aseguraba el pasado mes de agosto, en pleno repliegue, el capitán Eduardo Redolar, segundo jefe de esta unidad de helicópteros con base en Herat "Sólo con escucharnos, disuadimos a cualquier enemigo». Y así ha sido, pues en el tiempo que ha durado su despliegue no han tenido que hacer uso de su armamento. Sólo su «rugido» era suficiente para que los insurgentes se pensaran dos veces el atacar.
Tal y como asegura el Ministerio de Defensa en un comunicado, «los helicópteros "Tigre" han completado con éxito las misiones asignadas y han demostrado su operatividad en el apoyo a las operaciones de repliegue», una misión peligrosa que obligaba a tomar todas las precauciones posibles y no dejar nada al azar. «Ningún convoy español ha salido sin la protección de los "Tigre"», destacaba hace tres meses el teniente coronel Pablo Muñoz, jefe de ASPUHEL, la unidad de helicópteros del Ejército de Tierra, desde Herat. Esta protección permitió que ninguno de los convoyes españoles sufriera ataques.
La última misión de estos helicópteros tuvo lugar el pasado 13 de octubre, informa Defensa, y con ella se puso fin a más de ocho años de actividad de la ASPUHEL y del destacamento de Helicópteros del Ejército del Aire de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (HELISAF). Las aeronaves del Ejército de Tierra comenzaron a operar en Herat con cuatro helicópteros de transporte «Cougar» a principios de 2005, a los que se sumaron en 2007 tres helicópteros de transporte pesado «Chinook». Los últimos en llegar fueron los «Tigre».
Desde el inicio de su despliegue, los helicópteros españoles han realizado 16.405 horas de vuelo y casi 12.000 salidas. En estos ocho años, tanto HELISAF como ASPUHEL han sufrido la pérdida de dos aparatos respectivamente. Si bien los helicópteros del Ejército de Tierra no han sufrido bajas durante su despliegue, los del Aire vivieron su episodio más trágico el 16 de agosto de 2005, cuando 17 efectivos fallecieron al estrellarse el «Cougar» en el que viajaban en las proximidades de Herat.
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