Trasandinia y la Pérfida Albión sellan institucionalmente la conspiración: Van por las islas y los hielos
Los cinco grandes del humor
En una movida que no sorprende a nadie que haya hojeado un mínimo de historia reciente, Chile (también conocida País Pasillo) acaba de firmar un “histórico” acuerdo con la Gran Bretaña o Isla de los Masones, para “desarrollar su industria naval”.
Según aseguran con un candor casi enternecedor, el Comandante en Jefe de la Armada araucana, Almirante Juan Andrés de la Maza, y sus socios británicos planean construir barcos, generar empleos y descentralizar la economía. ¡Bien por la industria naval! Nada, absolutamente nada, que ver con reforzar la logística para una eventual apropiación conjunta de territorio argentino en Malvinas o en el vasto y aún apetecible continente blanco, la Antártida.
El almirante William Boo y el lonko naval Pepe Cortisona
La pérfida Albión, fiel a su espíritu filantrópico (y a su inveterada costumbre de apropiarse de tierras ajenas bajo la bandera de la civilización), no podría haber encontrado mejor socio: Trasandinia, siempre dispuesta a prestarle la escoba cuando de barrer intereses argentinos se trata.
El Contraalmirante José Agustín Pájaro, con una solemnidad digna de mejor causa, celebró los "desafíos comunes" y las "oportunidades de colaboración", como si no fuese evidente que esos desafíos se deletrean M-A-L-V-I-N-A-S y esos intereses se congelan bajo el hielo de nuestra Antártida.
Parece que la vieja costumbre desde 1982 —cuando la Tierra de los Araucanos permitió a los aviones piratas jugar a espías vistiendo los colores prestados de la azulgrana— no solo no ha caducado, sino que se moderniza y se blanquea bajo convenios “industriales”. Lo llaman “desarrollo”; nosotros lo reconocemos como lo que siempre fue: un saqueo en sociedad, el establecimiento de una base de espionaje en Chile y otra moraleja para aprender de nuestros vecinos del pasillo.
Mientras tanto, entre brindis de cortesía, planes de astilleros en territorio bajo reclamo peruano de Arica, Valparaíso y más allá, y sonrisas de diplomático de medio pelo, la Isla de los Masones y el País Pasillo frotan las manos y planean, a tres bandas, cómo seguir arrancando pedazos del sur al legítimo dueño.
Pero claro, todo en nombre del "progreso". Nada se menciona si los acuerdos se mantendrán si el gobierno británico termina cayendo en el islamismo más extremo al estilo ISIS.

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