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domingo, 24 de febrero de 2019

Atacan a voluntarios ¡Bombardeen los cuarteles bolivarianos YA!

La Guardia Nacional Bolivariana reprime a los manifestantes que quieren ingresar a Venezuela por el puente Simón Bolívar

Los agentes chavistas impiden el paso a los voluntarios que intentaron ingresar la ayuda humanitaria el sábado con gases lacrimógenos y perdigones
Infobae


Decenas de voluntarios que este sábado intentaron ingresar la ayuda humanitaria a Venezuela intentaron ingresar este domingo a su país, pero se volvieron a encontrar con la resistencia violenta del régimen de Nicolás Maduro.


Agentes de la Guardia Nacional Bolivariana los reprimió con gases lacrimógenos y perdigones en el puente internacional Simón Bolívar, del lado colombiano, según reportó la cadena NTN 24.


En las imágenes se pueden escuchar las detonaciones, mientras las personas, desarmadas, tratan de esconderse debajo del puente para evitar ser alcanzadas por los perdigones.


 


Algunos usuarios de las redes sociales reportaron nuevos heridos en esa zona, aunque esa información todavía no ha sido confirmada oficialmente.


También se registraron cruces con los militares venezolanos en la frontera con Brasil, según constató la agencia AFP.


Los uniformados atacaron a una veintena de civiles con bombas lacrimógenas.


 


Con los rostros cubiertos, los jóvenes lanzaron piedras y otros objetos durante una media hora contra la formación de la Guardia Nacional Bolivariana que este domingo avanzó más de lo acostumbrado, y se mantiene con escudos alineada a unos cincuenta metros del punto limítrofe con Brasil para contener las manifestaciones.

jueves, 31 de enero de 2019

Un resumen de la situación interna de Venezuela

El video viral que explica con precisión y emoción lo que está pasando en Venezuela 

La comediante Joanna Jatar Hausmann lo subió a su canal de Youtube y lleva más de 140 mil reproducciones
Infobae


Joanna Jatar Hausmann es una comediante y youtuber venezolana-estadounidense muy exitosa con su serie de videos Joanna Rants, que ha trabajado en teatro en Nueva York, así como para Univisión, Disney Channel, y la serie de Netflix Bill Nye salva al mundo.

Hija del destacado economista venezolano y profesor de la Universidad de Harvard Ricardo Haussmann y de la ex presentadora de CNN Ana Julia Jatar, Joanna grabó un video para explicarle al público internacional qué es lo que está sucediendo en Venezuela. Lo publicó en su canal de Youtube, y en pocas horas sumó miles de reproducciones.

En menos de 6 minutos, con agudeza, precisión y emoción describe la dramática situación que atraviesa el país caribeño desde que Nicolás Maduro decidió reasumir como Presidente tras unas elecciones viciadas de nulidad y el líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, se proclamó presidente interino para convocar a nuevas elecciones y restaurar la democracia.


lunes, 28 de enero de 2019

Análisis: ¿Se viene una transición en Cubanezuela?

Venezuela, al borde de una transición que parecía imposible


Michael J. Camilleri PARA LA NACION


La estrategia opositora apuesta a que crezca el desencanto en las filas de los uniformados leales a Maduro Fuente: LA NACION - Crédito: Alfredo Sabat


WASHINGTON.- Para la famosamente atomizada oposición política venezolana, estas últimas semanas han estado marcadas por una unidad de estrategia y pensamiento que le son inusuales. Todavía está por verse si logrará su objetivo final -la salida de Maduro y la restauración democrática-, pero la oposición se ha fortalecido tanto que ahora la transición parece posible, aunque siga siendo totalmente incierta.

Durante los últimos meses, las figuras de la oposición venezolana se abocaron a recordarle a quien quisiera escucharlos la fecha del 10 de enero de 2019. Argumentaban que ese día se iniciaba un nuevo período presidencial de Maduro, un mandato obtenido en unas elecciones fraudulentas, lo que convertía a Maduro en un "usurpador" del cargo. El argumento era legalmente válido, pero en un mundo donde los procesos electorales cuestionables rara vez impiden que el elegido asuma y ejerza el poder -un ejemplo reciente fue la reelección del hondureño Juan Orlando Hernández a pesar de que la OEA se negó a validar el resultado- resulta improbable que el 10 de enero se convierta en "un antes y un después" para el hombre fuerte de Venezuela.

Sin embargo, a la oposición hay que reconocerle que logró darle un significado al 10 de enero, sobre todo al convencer a actores claves de la comunidad internacional de que no reconocieran a Maduro. En la OEA , la mayoría de los países -entre ellos, Estados Unidos y la mayoría de los miembros del Grupo de Lima- votaron por no reconocer a Maduro como presidente.

Tras haberle asestado un golpe notable, aunque difícilmente fatal, a la legitimidad de Maduro, la oposición enfrentaba un desafío mucho más arduo: presentar una alternativa viable. Como los demócratas chilenos que derrotaron a Pinochet con el esperanzador eslogan "La alegría ya viene", la oposición venezolana entendió que para impulsar a sus compatriotas a un cambio tenían que darles algo en qué creer, y no solamente algo a lo que oponerse.

Y ahí entra Juan Guaidó , un parlamentario casi desconocido de 35 años, miembro de la Asamblea Nacional. La juventud y relativa anonimidad de Guaidó lo distinguen de la política del pasado prechavista, así como del grupo de líderes opositores de los últimos años, con sus rencillas internas. Guaidó no solo llegó como una cara nueva, sino que trajo un mensaje fresco de restauración democrática sin recriminaciones. Poco después de asumir la presidencia de la Asamblea Nacional, aseguró la aprobación de una ley de amnistía, una señal para las Fuerzas Armadas de que sería una transición sin venganza. También les envió un mensaje conciliador a los chavistas desencantados y a los militares. Construyó su legitimidad rápidamente, con actos en todo el país y llamadas telefónicas a mandatarios extranjeros.

Cuando los servicios de inteligencia venezolanos detuvieron y rápidamente liberaron a Guaidó -una clara muestra de las divisiones internas que corroen al régimen de Maduro- se hizo claro que la estrategia de la oposición estaba funcionando. Envalentonada, la oposición redobló la apuesta y puso todas sus fichas en la marcha del 23 de enero, en un renovado intento de movilizar en masa a los venezolanos por primera vez desde 2017, cuando las protestas fueron reprimidas por el gobierno. Ante el éxito de haber colmado de simpatizantes las calles de Caracas, Guaidó dio su paso más osado hasta el momento: invocó el artículo 233 de la Constitución de Venezuela y se juramentó a sí mismo como presidente interino de su país.

¿Fue demasiado lejos? Las primeras señales sugieren que no. El régimen no lo arrestó. Los pesos pesados de la región, como la Argentina, Brasil, Canadá, Colombia y Estados Unidos, lo reconocieron como presidente. La OEA anunció que acreditaría al nuevo embajador designado ante la organización. Y Estados Unidos desafió la expulsión de sus diplomáticos y decidió seguir la directiva de Guaidó, de que podían quedarse. Sin embargo, la mañana siguiente llegó con un baldazo de agua fría: el ministro de Defensa y los altos mandos militares aparecieron en la televisión nacional para reafirmar públicamente su lealtad a Maduro y acusar a Guaidó de orquestar un golpe de Estado. Así, las esperanzas de una transición rápida y relativamente no violenta quedaron en suspenso, al menos por ahora.

Con las palancas del poder que tiene a su disposición, Guaidó ahora tratará de transformar un acto simbólico -la jura del cargo- en una realidad más palpable. Esos movimientos son seguidos atentamente por las Fuerzas Armadas, verdadero tenedor de la balanza del poder en Venezuela. La oposición calcula que si demuestra fuerza, legitimidad constitucional y apoyo popular -y si logra reducir el precio de salida para los desencantados del régimen- puede convencer a los militares de darle la espalda a Maduro. Es un movimiento arriesgado y valiente, pero la oposición no tenía demasiada alternativa, y hasta ahora lo ha llevado adelante hábilmente.

Para la comunidad internacional, los cálculos son más complejos. Ciertamente, la defensa de la democracia y los derechos humanos llaman a apoyar plenamente los esfuerzos de Guaidó para guiar la transición hacia elecciones libres y justas. Lo mismo pide el propio interés nacional de los países impactados por el derrumbe de Venezuela: mientras la autodestrucción económica y la crisis humanitaria se profundizan, los vecinos del país enfrentan la oleada de millones de migrantes y refugiados. Los países que reconocieron a Guaidó el 23 de enero seguramente razonaron, y con fundamento, que solo dándole a su asunción el carácter de "hecho consumado" podían aportarle la fuerza necesaria para que así sea. El riesgo, obviamente, es que mientras tanto Nicolás Maduro siga gobernando Venezuela. La decisión de reconocer a un líder alternativo tiene consecuencias y no se revierte fácilmente. Implica una escalada casi inevitable del conflicto, en este caso, en el explosivo contexto de un presidente Donald Trump que evalúa abiertamente el uso de la fuerza. Y si Maduro no cae, las opciones para lidiar con él se verán aún más limitadas, ante la necesidad de sostener una realidad paralela.

En agosto de 2011, cuando el presidente Barack Obama declaró que el dictador de Siria, Bashar al-Assad, debía renunciar, tenía de su lado tanto los principios democráticos como el por entonces aparentemente imparable impulso de las "primaveras árabes". Pero al-Assad desató una brutal represión contra su pueblo y reafirmó su férreo control del poder. Con el tiempo, la exigencia de Obama demostró ser precipitada, y los planificadores políticos de los EE.UU. quedaron arrinconados ante la presión de fabricar la realidad que Obama había anticipado. De hecho, consciente de ese riesgo, Obama resistió varios meses la idea de plantear públicamente su exigencia.

Al refrendar a Guaidó como presidente interino de Venezuela, desde Washington hasta Buenos Aires, los líderes están actuando en defensa de la democracia, pero también están apostando a que Maduro no sea Al-Assad. Resta saber si esos cálculos responden a buenos deseos, a una corazonada o a datos de inteligencia concretos respecto de la postura de las Fuerzas Armadas venezolanas. Los días y semanas que tenemos por delante serán cruciales para determinar si esa arriesgada apuesta rinde frutos.

Director del programa sobre Estado de Derecho Peter D. Bell de Diálogo Interamericano

Traducción de Jaime Arrambide

viernes, 29 de diciembre de 2017

Maduro reprimirá las protestas por hambre con fuego

Nicolás Maduro ordenó "mano dura" y "poder de fuego" en las protestas por hambre en Venezuela

El dictador chavista reaccionó así a las manifestaciones populares que reclaman por la escasez de alimentos agua y electricidad en su país. Dijo que se trata de violentos terroristas financiados desde Miami y dirigidos desde Colombia
Infobae


El hijo de puta de Nicolás Maduro

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, pidió a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) impedir el resurgimiento de los "grupos violentos y terroristas" como los que asegura actuaron entre abril y julio pasado cuando se desarrolló una ola de protestas antigubernamentales que dejó 120 muertos.

Aseguró que estos supuestos grupos violentos son "financiados desde Miami" y "dirigidos desde Colombia" para reeditar las protestas violentas y el corte de calles, una forma de manifestación que en Venezuela se conoce como "guarimba".

"No bajemos la guardia frente a los grupos violentos y terroristas, si bien es cierto, son una mínima expresión hoy, no dejemos que vuelvan a resurgir los grupos violentos y terroristas como los vivimos entre el mes de abril, mayo, junio y julio, no bajo ninguna modalidad", dijo el gobernante.

 No dejemos que vuelvan a resurgir los grupos violentos y terroristas

Maduro hizo este comentario durante el acto de salutación navideña a la FANB en el que pidió a la institución castrense actuar, "con todos sus equipos de inteligencia", "con todas las fuerzas especiales" y con "todas las tropas de acción rápida", frente "a los grupos violentos".

 
Maduro hizo un acto de fin de año junto a la Fuerza Armada Bolivariana

Aseguró que estos supuestos grupos han sido "identificados plenamente" y están tratando de "rebrotar nuevamente".

"Mano dura, y el que haga armas contra la república, que la FANB se encargue de él con todo su poder de fuego, así lo ordeno, el que haga armas con terrorismo, contra la paz del pueblo y la república, fuerza armada al combate", reiteró.

 Mano dura, y el que haga armas contra la república, que la FANB se encargue de él con todo su poder de fuego, así lo ordeno
Reiteró que el "imperialismo norteamericano y el Gobierno de Donald Trump han llegado a un punto peligroso de desesperación por sus fracasos durante 2017 para tratar de derrocar y derrumbar" la llamada revolución bolivariana.

Las órdenes de Maduro se producen mientras en varios sectores populares del país se desarrollan protestas por la escasez de alimentos, agua, electricidad, así como por el incumplimiento de las promesas gubernamentales de llevar las zonas más pobres comida subsidiada por el Estado y otros beneficios.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Cubanezuela: La tragedia del chavismo diario

Y la tragedia se hizo nuestro día a día en Venezuela


Por Eleonora Bruzual Infobae

Entre mentiras convertidas en política de Estado por más de 18 años, complicidades de mal llamados opositores, invasión de cubanos, iraníes, chinos, rusos, bielorrusos, etc. que terminaron dueños del país, y carteles del narcotráfico internacional en sociedad con los carteles endógenos que poseen la fuerza de las armas que controlan por ser parte de una Fuerza Militar; hampa beneficiada por el régimen dado que son otro brazo armado necesario para la siembra de terror y dominio de una ciudadanía estremecida de miedo; hambre como terreno idílico para someter y comprar barato a millones y aniquilamiento de una población a través de la desaparición de medicamentos, así, entre todo esto que señalo transcurre la catástrofe de un país, su mala fortuna y lo que resumiendo en una sola palabra: Su tragedia.


Terrible hijo de puta de Maduro

Y decía Lord Byron al referirse a eso que gramaticalmente es un simple sustantivo, pero vivencialmente una maldición, que "Todas las tragedias concluyen en una muerte; todas las comedias terminan en un matrimonio" por tanto, sustentándome en esa frase del gran poeta inglés, debo decir que en nuestro caso, es la muerte de una Nación, de su gente, de sus sueños y esperanzas. Y es la comedia cuyo final está claro en ese maridaje de Narcotiranía y seudo opositores atrincherados en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y también en una Asamblea Nacional (AN) cuya mayoría disidente no ha servido para nada más que conchupancia evidente.

Es la tragedia que significa constatar que un uruguayo como Luis Almagro ama más a Venezuela y lucha para que la narcotiranía de Nicolás Maduro sea juzgada por sus horrendos crímenes mientras los que se han autonombrado representantes de la oposición política son incapaces de señalar ninguno de esos crímenes y sí, antes de retirarse a comer y celebrar en una Navidad que no existe en mi país arrasado, ensangrentado y doliente se pavonean no sé por qué y califican esta farsa concluida esta semana pasada y que terminó sin ningún acuerdo, como "exitosa" y anuncian que ya tienen planeado reanudar el dialogo en enero. Luis Florido vergonzante "Nuevo líder" opositor así lo dice y agrega "que se necesita seguir dialogando", por tanto el 11 del mes próximo, gordos y adiposos pero recuperados de las comilonas que solo ellos pueden zamparse, volverán a encochinarse con los narcochoros y seguirán con el cuentico de que "Alcanzarán un acuerdo", acuerdo que no salvará la vida de millones de hambrientos, ni de los 280.000 niños desnutridos que podrían morir en los próximos meses, según el propio informe de la organización católica CARITAS que precisa además que 9 de cada 10 hogares con niños no pueden cubrir el costo de sus comidas diarias.

Imagino que algunos de los conchupantes de la MUD y de la infeliz AN se llevarán a sus mujeres e hijos y celebrarán las fiestas de diciembre bien lejos de este horror de hambre, muerte y desolación. Eso con seguridad harán los que nada hicieron para evitar que la Narcotiranía de Maduro impidiera "de manera arbitraria y sin justificación legal" el viaje de 130 niños para reunirse en Perú con sus padres, quienes dejaron Venezuela por la crisis económica, y que imposibilitados de costear el viaje de sus hijos, lograron la ayuda de la ONG "Unión Venezolana en Perú" motor de la hoy pateada campaña "Una luz de esperanza". Desgarradoras imágenes de niños llorando, sufriendo… Niños desconcertados que de golpe entendieron que enfrentan a un monstruo peor que el peor de sus cuentos infantiles y que no existen "Hadas madrinas y príncipes valientes" en ese liderazgo opositor canalla.

Con razón los tíos de los narcos Efraín Campo Flores y Franqui Flores de Freitas, Nicolás Maduro y Cilia -pareja presidencial de Venezuela- están tan contentos y dicen haber terminado un año 2017 en victoria y que además según ellos: "así debe continuar". Y puede continuar ¿Quién se los impide? ¿Los que ya están ayudando a montar la farsa de elecciones presidenciales para el 2018? ¿Los que ya anunciaron que el 11 de enero vuelven con la guachafita del diálogo?

Cómo desear Feliz Navidad a ciudadanos que malviven aquí, y menos puedo desearle bien a esos desalmados que protegidos en la MUD ni padecen ni se conduelen, tampoco a esos seudo opositores cuya mayoría en la AN les muestra más culpables. Despreciables a los que dejo esta frase de Theodore Roosevelt que dudo les sensibilice: "La muerte es siempre y en cualquier circunstancia una tragedia, porque si no es así, entonces significa que la vida ha perdido su significado".

ebruzual@gmail.com / @eleonorabruzual / www.gentiuno.com

lunes, 1 de mayo de 2017

Golpe de estado en Cubanezuela

Paso a paso, el golpe en dos actos de Nicolás Maduro
Después de un año de bloqueo de poderes, el régimen chavista asestó dos mazazos a la democracia con un mes de diferencia
Infobae



Desde que la oposición ganó las elecciones legislativas y obtuvo la mayoría en la Asamblea Nacional, el régimen chavista entró en crisis. Durante todo 2016 se produjo un bloqueo de poderes entre el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dominado por jueces militantes del régimen bolivariano y la Asamblea Nacional (AN) en manos opositoras. Casi todos las leyes aprobadas por la AN fueron vetadas por el Poder Ejecutivo, mientras el TSJ declaraba en desacato al Parlamento.

A fines del año pasado, Nicolás Maduro logró eludir la convocatoria del referendum revocatorio que impulsaba la oposición y además postergó las elecciones regionales que debían realizarse en 2016.

Ya entrado 2017, el desbarranque final del régimen chavista hacia la autocracia autoritaria se produjo en dos actos con un mes de distancia.

El 29 de marzo, el TSJ decidió suspender a la Asamblea y hacerse cargo de las atribuciones legislativas. El escándalo nacional e internacional que provocó la medida abrió fisuras dentro del propio régimen y, 48 horas más tarde, el propio Maduro exigió públicamente al Tribunal que diera marcha atrás con la medida, lo que ocurrió de inmediato.

Pero nadie se engañó. La decisión de borrar los últimos vestigios de democracia ya estaba tomada en los más alto del régimen. La Mesa de Unidad Democrática (MUD) impulsó durante todo abril multitudinarias marchas y manifestaciones pacíficas en las calles que fueron salvajemente reprimidas por las fuerzas policiales y los grupos paramilitares chavistas, con un saldo de 34 muertos.

Así hasta que este 1° de mayo, en el acto oficialista por el Día del Trabajador, Nicolás Maduro dio su segundo sablazo para barrer con la AN y los últimos resabios de democracia al anunciar una convocatoria por decreto a una Asamblea Nacional Constituyente para reformar la carta magna bolivariana impulsada por su mentor, Hugo Chávez, en 1999. En aquella oportunidad, Chávez lo logró con el apoyo del voto popular. Esta vez, sin embargo, Maduro la impulsará con un estrafalario sistema por la que cerca de la mitad de los constituyentes no será elegido por voto directo sino por "sectores" representativos de la clase obrera. Eufemismos de un gobierno que se aferra a cualquier artimaña para conservar un poder que ya perdió.

sábado, 22 de abril de 2017

Desastre bolivariano: El hambre impide a los pobres sumarse a las protestas

Demasiada hambre para sumarse a las protestas
Los sectores más pobres no se unieron a las marchas, pese al amplio rechazo a Maduro
Anatoly Kurmanaev | LA NACION



Los sectores más pobres no se unieron a la marcha

CARACAS.- El presidente Nicolás Maduro ha perdido apoyo entre las legiones de venezolanos pobres que otrora apoyaron al fallecido Hugo Chávez, pero en su mayoría demuestran poco interés en sumarse a las manifestaciones opositoras que sacudieron al país en las últimas tres semanas.


Muchos de los habitantes de las enormes barriadas de las afueras de Caracas y otras grandes ciudades de Venezuela sienten bronca por el colapso de la economía y la escasez de alimentos. Pero la agitación política en el país sigue restringido a los enclaves de clase media.

"Yo lo que tengo es hambre, así que no me importa si la gente protesta o no", dice el albañil Alfonzo Molero en una villa de Maracaibo, la segunda ciudad del país. "¿Con qué fuerzas voy a protestar si tengo el estómago vacío desde hace dos días?"

Según los analistas, mientras no haya un levantamiento de los barrios pobres, Maduro probablemente siga en el poder. "Los sectores pobres no están canalizando su descontento a través de la oposición", dice Alejandro Velasco, profesor de Historia de la Universidad de Nueva York y autor de un libro sobre las villas.

Muchos habitantes de las villas de Venezuela no parecen demasiado al tanto de las protestas y dicen estar muy ocupados tratando de sobrevivir como para preocuparse de tumbar al gobierno.

Más de cuatro de cada cinco venezolanos dicen no ganar lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas, y tres de cada cuatro expresan haber perdido un promedio de 10 kilos de peso durante el año pasado, según la encuesta Encovi realizada por las tres principales universidades.

El férreo control del gobierno sobre los grandes medios hace que muchos venezolanos pobres que no tienen smartphones o acceso a Internet no se enteren del lugar y el horario de las convocatorias opositoras. El inmenso aparato de propaganda estatal da pocos detalles de las protestas y describe a los manifestantes, mayormente pacíficos, como "terroristas" tirabombas, desalentando así a los pobres a sumarse.

Algunos dicen que reciben intimidaciones de milicias armadas a favor del gobierno que rastrillan las villas en busca de disidentes. Otros comentan temer perder las magras entregas de alimentos que sigue haciendo un gobierno acuciado por la falta de fondos.

La semana pasada, cuando funcionarios del gobierno visitaron una de las villas más grandes del país en la localidad de San Félix, en el este de Venezuela, para relevar a quienes cumplían los requisitos para acceder a los bolsones de alimentos subsidiados, hasta los más radicalizados opositores de Maduro se pusieron tímidamente en fila, según cuenta el sacerdote local, Carlos Ruiz. "Nos guardamos la protesta adentro por temor a perder el bolsón de comida", dice Luisa Gutiérrez, madre soltera de tres hijos y vecina de San Félix.

Según la encuestadora Delphos, casi dos tercios de los venezolanos pobres quieren que Maduro se vaya, mientras que a principios de 2013, cuando asumió el gobierno, ese número era del 40%. Las clases bajas también han sido importantes para que la alianza opositora alcanzara el récord de dos tercios de mayoría parlamentaria tras la última contienda electoral, en diciembre de 2015. Las encuestas muestran que si se realizaran elecciones este año, los pobres le darían una paliza al gobierno.

Pero ese creciente desencanto no se ha traducido en protestas organizadas, según el encuestador Luis Vicente León, que agrega que en parte se debe a la propia oposición, cuyos líderes, mayoritariamente de clase alta, siempre han ignorado a los pobres de las barriadas. Pero en los últimos dos años, una nueva generación de jóvenes líderes opositores viene intentando sentar una base de apoyo popular en las villas, sin hacer caso del desdén de los pobres hacia la oposición ni de los peligros de las milicias del gobierno y de las tropas de la guardia nacional que a veces los atacan cuando entran en los barrios de clase trabajadora.

La semana pasada, los seguidores del gobierno incluso interrumpieron por la fuerza una ceremonia religiosa de Pascua en una iglesia de un barrio obrero del centro de Caracas, para intentar darle una golpiza al líder opositor Antonio Ecarri.

El discurso convocante de la oposición gira en torno de los derechos civiles, como la liberación de los presos políticos o la celebración de elecciones adelantadas, pero no dice tanto sobre los problemas básicos de los pobres, como la escasez y el precio de los alimentos.

"Nosotros, los políticos y activistas, no nos estamos poniendo en la cabeza de esta gente", dice Jhovani Landaeta, militante opositor en Valles del Tuy, una región pobre de las afueras de Caracas. "Esta gente está aislada del debate nacional."

Sin el apoyo de las barriadas, muchos militantes opositores temen que las actuales protestas terminen como la anterior ola de agitación de 2014, sin lograr el menor cambio político. El fracaso de aquellas protestas dejó desmoralizada y fragmentada a la oposición durante estos años.

"Para que las masas salgan a la calle tienen que sentir que están en un punto de no retorno", dice Félix Seijas padre, directo de la encuestadora Delphos. "Todavía no hemos llegado a ese punto."

Traducción de Jaime Arrambide

martes, 10 de enero de 2017

Vaticano llama a rebelarse en Venezuela

Con el apoyo del Vaticano, la Iglesia venezolana llamó a rebelarse para salir de la crisis
La Santa Sede respaldó la iniciativa que anima a la población a “no dejarse intimidar” y a “erradicar la dictadura” de Nicolás Maduro
Infobae


El cardenal Jorge Urosa, Nicolás Maduro y el papa Francisco

La crisis en Venezuela no se soporta más y el Vaticano -consciente de la grave situación que atraviesan miles de personas en el país petrolero-, impulsó el movimiento de la Iglesia Católica de ese país para pedir a sus fieles que se rebelen de forma "pacífica y democrática" contra la "dictadura" chavista del presidente Nicolás Maduro.

De acuerdo al periódico español ABC, el arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa, instó a los sacerdotes a leer en todas las misas del pasado domingo una homilía en la que animaba a los venezolanos a "no dejarse intimidar" y a "erradicar la dictadura" por la vía "pacífica y democrática".

El diario afirma que los sacerdotes fueron especialmente instruidos para que en las misas desmientan la propaganda chavista que achaca a una supuesta guerra económica la penuria y la escasez de los productos básicos que sufre Venezuela.


El cardenal Jorge Urosa (EFE)

La homilía del cardenal Urosa se refiere a una situación real de dictadura, cuando en los comicios legislativos del 6 de diciembre de 2015 los venezolanos votaron "no estar de acuerdo con el actual gobierno".

Por esa razón, el arzobispo de Caracas insta a "no dejarse intimidar" y a "poner todo su empeño y acción en frenar la marcha de la dictadura y erradicarla por la vía democrática, en sana paz, por la vía pacífica".

En sus homilías de comienzo de año, los párrocos también señalaron el "sufrimiento de millones de venezolanos" que reclaman al gobierno "la necesidad de resolver la gravísima crisis alimentaria y de medicamentos" que afecta a la nación.

"Nunca antes tantos venezolanos han tenido que buscar comida en la basura"

El medio español destaca que la Iglesia venezolana -respaldada por el Vaticano- afirma que "¡nunca antes tantos venezolanos han tenido que buscar comida en la basura!".

También se refirió al "seriamente cuestionado" diálogo entre el gobierno y la oposición, "que fue motivo de esperanza para amplios sectores del país".

La cúpula de la Iglesia Católica venezolana recordó el mensaje del papa Francisco de procurar la "convivencia pacífica y no violenta en la familia y en las comunidades".


Los venezolanos quieren un cambio de gobierno urgente (AFP)

Solicitó que "se castigue la delincuencia que causa tanto dolor, pero evitando y sancionando los inaceptables abusos cometidos por funcionarios de cuerpos de seguridad del Estado en las así llamadas 'Operaciones de Liberación del Pueblo', como las masacres ocurridas en Cariaco y Barlovento recientemente".

El Vaticano y el arzobispo de Caracas exigieron en reiteradas ocasiones la liberación de los presos políticos. Consideran que el gobierno y el Poder Judicial "tienen instrumentos legales y constitucionales para poner en libertad inmediata a la mayoría de esos ciudadanos, más de un centenar, que sufren una prisión injusta".

El sábado pasado, el dirigente del partido opositor venezolano Un Nuevo Tiempo, Manuel Rosales, fue liberado junto a otros seis presos políticos del régimen chavista: Nixon Leal, Ángel Contreras, Yeimi Varela, Gerado Carrero, Scarli Duarte y Leocenis García. La oposición venezolana pidió que el gobierno deje en libertad al resto de los presos políticos.

viernes, 1 de julio de 2016

Chavismo reprime el hambre con fuerza bruta



Represión chavista: le abrieron la cabeza a un hombre en silla de ruedas que protestaba por la falta de comida
La Guardia Nacional Bolivariana hirió a un discapacitado que reclamaba por la escasez de alimentos en Tucupita. Serios incidentes en el segundo día de protestas en la ciudad del noreste de Venezuela
Infobae



El hombre que fue herido por la policía chavista El hombre que fue herido por la policía chavista
En el segundo día de protestas por falta de comida en la ciudad de Tucupita, un hombre en silla de ruedas resultó herido a causa de la represión de la Guardia Nacional Bolivariana.

El periodista Alberto Rodríguez denunció el hecho en su cuenta en la red social Twitter y mostró imágenes del hombre lastimado, a quien le abrieron la cabeza. "GNB hirió en la cabeza a un hombre que protestaba en silla de ruedas por comida en Tucupita", escribió el comunicador.



La Guardia Nacional Bolivariana le abrió la cabeza a un hombre en silla de ruedas La Guardia Nacional Bolivariana le abrió la cabeza a un hombre en silla de ruedas
La diputada opositora Larissa González informó de los disturbios en la ciudad, donde se produjeron saqueos y detenciones de ciudadanos que protestaban por la escasez de alimentos.


Dip Larissa González @LarissaGonzale6
Reportamos que 146 personas están detenidas en el Comando de Guardia en #Tucupita producto de las manifestaciones.

González aseguró a través de la misma red social que "146 personas están detenidas en el Comando de Guardia en Tucupita producto de las manifestaciones".



Fue el segundo día de manifestaciones en Tucupita

Informó, además, que se decretó "prohibición de reuniones y manifestaciones en Tucupita y todo Delta Amacuro por un lapso de 24 horas", al tiempo que reportó que "con tanquetas, lacrimógenas y perdigones" los funcionarios de seguridad dispersaron las protestas en la ciudad.

El líder opositor venezolano Henrique Capriles también se pronunció por estos sucesos al escribir en su cuenta en Twitter: "La paciencia de nuestro Pueblo tiene límites. (Nicolás) Maduro sigue burlándose de la crisis. Revocatorio ya".

Una diputada opositora denunció que fueron detenidas 146 personas en Tucupita Una diputada opositora denunció que fueron detenidas 146 personas en Tucupita
Capriles se refirió así al referendo que intenta activar la oposición venezolana para revocar el mandato de Maduro, un mecanismo que el dirigente impulsa como solución a los problemas que vive el país.



Henrique Capriles hizo referencia a las protestas en su cuenta de Twitter Henrique Capriles hizo referencia a las protestas en su cuenta de Twitter
Tucupita se suma así a las también orientales ciudades de Cumaná, Carúpano y Cariaco como escenario de las recientes protestas que se han producido en el país por la escasez de alimentos.

jueves, 23 de junio de 2016

Chavismo mata de hambre a Venezuela

Almost the entire nation of Venezuela is too broke to eat
Quartz


We’ll take what we need. (Reuters/Carlos Garcia Rawlins)

By Ana Campoy

Venezuelans are starving, and they are tired of waiting in line.


In a revolt against president Nicolás Maduro’s flailing government, they are increasingly turning to rioting and looting to feed themselves. In the city of Cumaná they raided more than 100 supermarkets (link in Spanish) and other food stores last week. Hundreds were arrested; one died.

The situation is desperate. Price controls combined with the scarcity of goods have resulted in skyrocketing inflation. At current prices, it would take more than 20 times the minimum wage (Spanish) to buy basic foodstuffs for a family of five, according to the research arm of a teacher’s union. Nearly 90% of the population can’t afford to buy enough food, according to a living-standards assessment by Simón Bolivar University. Even those with money can’t find basic products amid empty supermarket shelves

A door-to-door distribution system set up by Maduro earlier this year to prevent goods from entering the black market has only increased frustration. Run by political allies, it is being seen by many as a government tool (Spanish) to benefit supporters.

Venezuela’s food woes are adding to a wave of violence and crime, energy shortages, and the grinding down of the country’s economic activity. More than 70,000 Venezuelans lined up on Monday (June 20), to validate their signatures calling for a referendum to remove Maduro as president. They have until Friday to prove that at least 200,000 people back the referendum. The original petition was signed by close to two million people.

Pressure for a Maduro ouster is also growing abroad. Members of the Organization of American States, world’s oldest regional body, meet this week for talks that could lead to Venezuela’s suspension from the group. The secretary general of the OAS, Luis Almagro, has accused Venezuela of breaching the group’s commitment to democracy. Last week, US state secretary John Kerry backed the referendum to recall Maduro, even as the two countries held high-level talks to solve their diplomatic differences.

Mauro has said that referendum is part of an international plot to oust him. He blames food shortages on an “economic war” (Spanish) waged by the country’s elites.

But some Venezuelans can’t help to notice that Maduro’s girth is looking a lot thicker than theirs these days. That can’t bode well for his regime.

domingo, 19 de junio de 2016

Más allá de la demencia: Presos desfilan apoyando al régimen

Nicolás Maduro sacó presos a la calle para que protesten contra el revocatorio
Escoltados por funcionarios chavistas, unos 300 reclusos marcharon hasta la Fiscalía en Caracas para manifestarse contra el presunto uso de sus firmas en el pedido opositor de un referéndum contra el presidente de Venezuela



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(AFP) (AFP)
Decenas de presos venezolanos movilizados por el Gobierno se manifestaron este viernes frente a la Fiscalía, en Caracas, en apoyo a una demanda por el presunto uso de sus firmas a favor de un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro.

Vestidos de pies a cabeza con uniformes azul, celeste, amarillo y fucsia, 300 reclusos –hombres y mujeres– se concentraron ante la sede principal del Ministerio Público, en el centro de la capital, custodiados por militares de la Guardia Nacional.

"¡Fraude, fraude!", corearon los reclusos junto a una multitud, mientras miembros del Gobierno y dirigentes del chavismo presentaban el recurso por "usurpación de identidad" contra líderes de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que promueve el referendo.


"Estoy encontrando firmas y datos de privados de libertad que no pudieron jamás haber firmado, ni aunque quisieran. ¿Cómo es que sus datos aparecen ahí?", dijo a AFP Iris Varela, ministra de Asuntos Penitenciarios, quien suscribió la querella.

Varela aseguró que su cartera ha constatado 81 casos de usurpación de identidad, aunque en un discurso en el lugar, dijo que "se han atrevido a utilizar los datos de más de 1.300 privados de libertad". No precisó si entre los manifestantes había suplantados.

Sus palabras fueron recibidas con aplausos por los internos procedentes de los penales El Rodeo, Yare y Los Teques –tres de las mayores cárceles de la zona central del país– durante un acto para el cual se instaló una tarima y hubo música en vivo.

Varela instó al Consejo Nacional Electoral (CNE) a cotejar los datos de los 50.000 presos que hay en Venezuela con las 1,3 millones de firmas acreditadas por ese organismo para activar el revocatorio, tras anular 605.000 de ellas.

La demanda fue planteada contra tres líderes de la MUD, entre ellos el gobernador Henrique Capriles, principal impulsor del referendo.

Darío Vivas, directivo del partido de gobierno y que participó en la actividad, afirmó que "si se confirman delitos", el proceso de revocatorio debería ser paralizado.


El CNE informó hace una semana que la anulación de las 605.000 rúbricas se produjo por múltiples irregularidades, como que algunas pertenecían a personas fallecidas, convictos y menores de edad.

Las firmas certificadas serán sometidas a validación entre el lunes y el viernes próximo, un trámite que consiste en que los interesados registren su huella dactilar.

Para activar el referendo contra Maduro se requiere que unas 200.000 personas validen su intención, tras lo cual la MUD deberá recoger otros cuatro millones de firmas para que se convoque la consulta.

sábado, 21 de mayo de 2016

Chavismo: El régimen más hijo de puta de Latinoamérica

"No hay comida": El fantasma del hambre se apodera de Venezuela

Por: Antonella Marty | Infobae
¿Cómo es posible que escaseen los alimentos, la electricidad, el agua y las medicinas? La respuesta es simple: corrupción, mala gestión y Comunismo


Los venezolanos sufren la falta de alimentos y medicinas

Venezuela se encuentra plenamente destrozada, ya todos lo sabemos, sin embargo nadie hace ni dice nada. Simplemente se leen las noticias, ningún mandatario latinoamericano levanta la voz, los hermanos venezolanos mueren de hambre y padecen las consecuencias del Comunismo chavista.

En dicho país impera el "hambrunismo", un concepto propio utilizado para hacer referencia a las consecuencias de la ideología comunista, socialista, marxista o como usted prefiera llamarle. Ideologías que siempre, absolutamente siempre, tuvieron como resultado hambre, muerte y pobreza extrema.

Este terremoto que ya lleva casi dos décadas agitando al país, lo ha dejado en las ruinas. A continuación, veremos algunos números y datos que nos permitirán comprender un poco mejor la realidad que se vive por allí:

IMPERA EL "HAMBRUNISMO" COMO CONSECUENCIA DE LA IDEOLOGÍA COMUNISTA

En Venezuela se proyecta una inflación de 700% para este año. Tiene la inflación más elevada del mundo. Según la Confederación Venezolana de Industrias, en estas décadas de chavismo, aproximadamente más de 8.000 empresas han cerrado sus puertas en el país. Más de 70% de los venezolanos cree que Nicolás Maduro debe abandonar el poder.

Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), entre enero y abril de este año hubo 2.138 protestas y más de 170 saqueos. Hay un promedio de 18 protestas por día. Venezuela tiene una de las tasas de homicidios más altas del mundo: 28.000 homicidios en 2015, 76 muertes violentas por día, 3 muertes por hora. Uno de cada cinco homicidios en América Latina lo sufre un venezolano.

Caracas es la ciudad más peligrosa del planeta. En este país, donde otrora los más pobres podían tomarse su propio whiskey, hoy no se consigue ni agua. El agua del grifo está sucia, huele mal y sabe peor. Lo dice esta argentina que lo experimentó en carne propia. Según una encuesta de Encovi, al 87% de los venezolanos no les alcanza el dinero para comprar comida.

Según la Federación Nacional de Ganaderos, en 2015 los venezolanos redujeron el consumo de carne de res en 42% con respecto al año 2012, el consumo más bajo en 55 años. El 90% de los ciudadanos dice comprar menos alimentos ante la escasez.

EN VENEZUELA SE PROYECTA UNA INFLACIÓN DE 700% PARA ESTE AÑO

Según la encuestadora Datanálisis, hay desabastecimiento de alimentos básicos en un 80% de los supermercados y 40% de los hogares. Mientras en América Latina la desnutrición infantil es de 5% según la FAO, en Venezuela, la Fundación Bengoa encontró un 9% para 2015 (las últimas cifras reportaron 2,9% en 2011). La red de médicos de hospitales públicos, Médicos por la Salud, afirma que el 44% de los quirófanos no están funcionando, y el 94% de los laboratorios no tienen insumos para llevar a cabo su labor. El pueblo venezolano carece de medicamentos, electricidad, agua y alimentos. Por su parte, abunda el crimen, así como los homicidios y la violencia callejera.

Comúnmente, cuando tenemos hambre o nos faltan algunas cosas básicas en la nevera, tomamos las llaves de la casa, algo de dinero y salimos al mercado para volver en unos minutos y continuar con nuestras vidas. Bueno, en Venezuela no.

Cientos de venezolanos corren para adquirir alimentos

Los venezolanos hacen fila inclusive durante la madrugada, mientras la tensión y el enojo caminan por las calles de todo el país. Al aparecer camiones con comida, la gente se empuja, se amontona y corre para conseguir algo de alimento, mientras los saqueos ya forman parte del paisaje cotidiano. La gente ha perdido la paciencia.

EL 44% DE LOS QUIRÓFANOS NO ESTÁN FUNCIONANDO Y EL 94% DE LOS LABORATORIOS NO TIENEN INSUMOS

Hacer filas interminables en distancia y tiempo para conseguir algo de alimento o productos básicos, forma parte del día a día de los venezolanos.

Cada vez son más los ciudadanos que deben pasar por alto algunas comidas del día, y el simple hecho de comer, algo que nosotros vemos tan común y corriente, se ha convertido en un lujo para una buena parte de la población.


"Los niños en Venezuela se están muriendo de hambre", denuncia una mujer desesperada

Algunos de los productos que escasean y se encuentran regulados con controles de precios son: aceite, granos, azúcar, jugos, café, víveres diarios, pollo, carne de res, carne de cerdo, leche, champú, jabón para la ropa, maíz, harina de maíz, pasta dental, pescados, desodorante, pañales para bebés, papel higiénico, cloro, máquinas de afeitar, detergente, entre otros tantos bienes.

La realidad que los chavistas no quieren decir, es que el control de precios es la principal causa de aquella escasez. Y si hoy hay hambre en Venezuela, la culpa es del Gobierno dictatorial.

Una madre llora con su bebé en brazos en la fila de un supermercado

"Necesitamos la comida. ¿Hasta cuándo? Ya es demasiado, un niño no puede aguantar hambre, los niños necesitan alimentarse para crecer bien", expresa una mujer en llanto, mientras carga a su pequeño hijo en plena cola de mercado.

En el país con las mayores reservas petroleras, ¿cómo es posible que escaseen los alimentos, la electricidad, el agua, las medicinas y otros tantos productos básicos? La respuesta es simple: corrupción, mala administración y Comunismo.

EL CONTROL DE PRECIOS ES LA PRINCIPAL CAUSA DE AQUELLA ESCASEZ

Hay que ser bastante brutos para creer que el control de precios va a derivar en algo bueno. Cuando una entidad gubernamental que se cree la máxima conocedora de las necesidades, gustos y vidas de los ciudadanos, decide imponer precios a los productos, sólo logrará hacer desaparecer aquellos bienes y la escasez comenzará a imperar.

El control de precios es una política que ha fracasado siempre, en cualquier lugar donde se la ha intentado experimentar.

AL 87% DE LOS VENEZOLANOS NO LES ALCANZA EL DINERO PARA COMPRAR COMIDA

Con las medicinas también

Lo mismo sucede con los medicamentos. Las personas que padecen enfermedades como hipertensión, gastritis, insuficiencias respiratorias, diabetes o infecciones, al ser recetados con algún medicamento, intentan conseguirlo en alguna farmacia, pero les dicen que ya no quedan más. Mueren en sus casas por algo que podría haber tenido cura de no ser por la inoperancia del chavismo imperante.

Ni siquiera un dolor de cabeza puede ser calmado, el paracetamol tampoco se consigue.


Informe de la cadena BBC sobre la crisis sanitaria

"Aquí la mayoría de los pacientes que caen en paro fallecen, porque no hay cómo atenderlos", expresan en el Hospital Universitario de Caracas, uno de los centros médicos más importantes del país.

Los recién nacidos mueren, los ancianos mueren, los enfermos mueren, los estudiantes son asesinados, y los ciudadanos que no mueren padecen el martirio del día a día o, simplemente, deben poner un pie en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía para buscar un futuro mejor, ya que el chavismo les ha arrebatado todo.

A modo de conclusión, podemos afirmar que Venezuela ha vuelto a la prehistoria.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Imbecilidad infinita (3): Venezuela implosiona

Venezuela se desmorona
El país vive un tipo de implosión que casi nunca ocurre en una economía de rentas medias. Escasez, delincuencia, hambruna: escenas de la vida cotidiana en un Estado fallido

MOISÉS NAÍM y FRANCISCO TORO | El País

Cuando un empresario venezolano que conocemos abrió un negocio en el oeste de Venezuela, hace 20 años, nunca imaginó que un día se enfrentaría a una pena de cárcel por culpa del papel higiénico en los baños de su fábrica. Sin embargo, Venezuela sabe convertir lo inimaginable del pasado en lo cotidiano del presente.


Para comprar alimentos hay que guardar largas colas en los supermercados, como este caso en Caracas. Marco Bello Reuters

El calvario de Carlos comenzó hace un año, cuando el sindicato de la empresa empezó a insistir en el cumplimiento de una extraña cláusula de su convenio colectivo, según la cual los aseos de la fábrica tenían que disponer de papel higiénico en todo momento. El problema era que, dada la escasez creciente de todo tipo de productos básicos (desde arroz y leche hasta desodorante y condones), encontrar un solo rollo de papel higiénico era prácticamente imposible en Venezuela. Cuando Carlos por fin logró hacerse con una cantidad suficiente, sus trabajadores, como es comprensible, se lo llevaron a casa: encontrarlo en el mercado les resultaba igual de difícil que a él.

El robo de papel higiénico puede sonar a tomadura de pelo, pero para Carlos es un asunto grave: si no repone el producto infringe el convenio colectivo, lo que expone a la fábrica al riesgo de una huelga prolongada, que a su vez podría conllevar su nacionalización por parte del Gobierno de Nicolás Maduro. Así las cosas, recurrió al mercado negro, donde encontró una solución aparente: un proveedor capaz de entregar, de golpe, papel higiénico para varios meses. El precio era alto, pero no tenía elección: su empresa corría peligro. Por desgracia, conseguir suficiente papel higiénico no acabó con el calvario de Carlos.

En cuanto la entrega llegó a la fábrica, la policía secreta entró en escena. Se incautaron del papel higiénico y afirmaron que habían desbaratado una importante operación de acaparamiento, parte de la “guerra económica” respaldada por Estados Unidos que, según el Gobierno de Maduro, es la principal causante de la escasez. Carlos y tres de sus principales directivos se enfrentaban a un proceso penal y a una posible condena de cárcel. Y todo por el papel higiénico.

Carlos es una de las personas reales detrás de esas historias chistosas del tipo “no hay papel higiénico en Venezuela”, que utilizan la crisis del país para conseguir risas y clics. Pero a los venezolanos el giro siniestro que ha dado nuestro país no nos hace ni pizca de gracia. El experimento del “socialismo del siglo XXI” propuesto por Hugo Chávez, el autodenominado paladín de los pobres que juró repartir la riqueza del país entre las masas, ha sido un cruel fracaso.


Farmacias como ésta, situada en Caracas, sufren la falta de medicamentos esenciales. Miguel Gutiérrez Efe

Los países en vías de desarrollo, como los adolescentes, son propensos a tener accidentes. Se diría que casi esperamos que tengan una crisis económica, una crisis política, o ambas, con cierta regularidad. Las noticias que llegan de Venezuela —como la escasez de productos básicos y, más recientemente, los disturbios provocados por apagones, la imposición de una semana laboral de dos días para los funcionarios, supuestamente para ahorrar energía, y una campaña para expulsar al presidente que cobra cada vez más impulso— son tan funestas que resulta fácil tacharlas como uno más de esos episodios recurrentes.

Pero eso sería un error. Lo que nuestro país está viviendo es algo monstruosamente único en los tiempos que corren: ni más ni menos que el hundimiento de un país grande, rico, aparentemente moderno y democrático, a solo tres horas en avión de Estados Unidos.

En los últimos dos años, Venezuela ha vivido ese tipo de implosión que casi nunca ocurre en un país de renta media a menos que haya una guerra: las tasas de mortalidad se disparan; los servicios públicos se desmoronan uno tras otro; la inflación de tres cifras ha sumido a más del 70% de la población en la pobreza; una oleada de crimen incontrolable obliga a la gente a permanecer encerrada en sus casas; los consumidores tienen que hacer cuatro o cinco horas de cola para comprar; los recién nacidos, y también los ancianos y enfermos crónicos, mueren por la falta de medicamentos y aparatos sencillos en los hospitales. Ahora hay una auténtica hambruna en el país.

Las dimensiones de la decadencia se retroalimentan, creando un ciclo para el que no hay solución

¿Pero por qué? No es que al país le falte dinero. Sentado sobre las reservas de petróleo más grandes del mundo, el Gobierno dirigido primero por Chávez y desde 2013 por Maduro ha recibido más de un billón de dólares en ingresos derivados del crudo a lo largo de los últimos 17 años, y no ha tenido que enfrentarse a ninguna restricción institucional sobre cómo gastar esa bonanza sin precedentes. Es cierto que el precio del petróleo lleva un tiempo cayendo —un riesgo que todos preveían, y frente al que el Gobierno no se preparó—, pero eso difícilmente puede explicar lo que ha ocurrido: la implosión de Venezuela empezó mucho antes. En 2014, cuando el petróleo seguía vendiéndose a más de 100 dólares el barril, los venezolanos ya se enfrentaban a una importante escasez.

El auténtico culpable es el chavismo, la filosofía imperante nombrada en honor a Chávez y perpetuada por Maduro, y su asombrosa propensión a la mala gestión (el Gobierno despilfarró los fondos estatales en inversiones descabelladas), la destrucción institucional (primero Chávez y luego Maduro se volvieron más autoritarios y paralizaron las instituciones democráticas del país); las decisiones políticas sin sentido (como los controles de precios y divisas) y el hurto puro y duro (la corrupción ha proliferado entre un sinfín de mandatarios y sus familiares y amigos).

Un buen ejemplo son los controles de precios, que se aplican a más y más productos: alimentos y medicamentos vitales, sí, pero también baterías de coches, servicios médicos, desodorantes, pañales y, cómo no, papel higiénico. El objetivo aparente era controlar la inflación y hacer los productos asequibles para los pobres, pero cualquiera con unas nociones básicas de economía podría haber previsto las consecuencias: cuando los precios se fijan por debajo del coste de producción, los vendedores no pueden permitirse reponer los estantes. Los precios oficiales son bajos, pero es un espejismo: los productos han desaparecido.

Cuando un país está en pleno proceso de hundimiento, las dimensiones de la decadencia se retroalimentan, creando un ciclo para el que no hay solución. Los regalos populistas, por ejemplo, han fomentado el ruinoso flirteo de Venezuela con la hiperinflación, y el Fondo Monetario Internacional prevé que los precios suban un 720% este año y un 2.200% en 2017. El Gobierno prácticamente regala la gasolina: según los tipos de cambio del mercado negro, con un billete de 100 dólares se puede comprar suficiente combustible para dar la vuelta al mundo 11 veces a bordo de un Hummer H1. Es el mismo tipo de política descabellada que ha sumido al Estado en una escasez de fondos crónica, obligándolo a imprimir cada vez más dinero para financiar sus gastos, lo que espolea aún más la inflación. Más útil que el debate teórico sobre las fuerzas profundas que han destruido la economía de Venezuela, desgarrado su sociedad y arrasado sus instituciones es ofrecer algunos relatos que ilustran una crisis humanitaria por la que nadie rinde cuentas.

¿QUIÉN MATÓ A MAIKEL MANCILLA?

A sus 14 años, Maikel Mancilla llevaba seis luchando contra la epilepsia. Su enfermedad estaba más o menos controlada gracias a la lamotrigina, un anticonvulsivo corriente para el que se necesita receta. Conseguirlo era desde hace tiempo una lucha para su familia, pero a medida que aumentaba el desfase entre el coste real del fármaco y el precio máximo que las farmacias podían cobrar, encontrarlo se volvió imposible.

El 11 de febrero, la madre de Maikel, Yamaris, le dio la última pastilla de lamotrigina que había en su botiquín; a ninguna de las farmacias a las que acudió le quedaban anticonvulsivos. Yamaris recurrió a las redes sociales —que actualmente en Venezuela están repletas de gente desesperada en busca de unos medicamentos que escasean—, pero no hubo suerte. Durante los días posteriores, Maikel sufrió una serie de ataques epilépticos cada vez más graves, ante la mirada impotente de su familia. El 19 de febrero, a la 1.15 de la madrugada, murió a causa de una insuficiencia respiratoria.

El hundimiento del sistema sanitario y la escasez de medicamentos se cobran vidas todos los días

El caso de Maikel no es único. El hundimiento del sistema sanitario y la escasez de medicamentos se cobran vidas todos los días. Los pacientes psiquiátricos que sufren esquizofrenia tienen que apañarse sin antipsicóticos. Decenas de miles de pacientes seropositivos se las ven y se las desean para encontrar los antirretrovirales. Los enfermos de cáncer no disponen de quimioterapia. Incluso la malaria —que prácticamente había desaparecido de Venezuela hace una generación y se puede tratar con medicamentos baratos— ha regresado con resultados mortíferos.

EL PILOTO DE CARRERAS

Mientras los venezolanos morían por la falta de medicamentos básicos, su Gobierno socialista radical gastaba decenas de millones al año para que su compatriota Pastor Maldonado compitiese en el circuito mundial de Fórmula 1. Maldonado, amigo de las hijas del presidente Chávez, solo logró ganar una sola carrera en cinco años de competición. Así y todo, la petrolera estatal de Venezuela, PDVSA, gastaba más de 45 millones de dólares al año para que Maldonado siguiese corriendo con su logo. Este año, Maldonado, cuya costumbre de estrellarse una carrera sí y otra también acabó valiéndole el apodo de Crashtor, se vio obligado a abandonar el circuito de Fórmula 1, cuando PDVSA no pudo aportar el dinero del patrocinio.

La generosidad de Chávez y Maduro con el petróleo venezolano es legendaria. Han repartido el dinero del crudo por todo el planeta, desde los 18 millones de dólares pagados a Danny Glover en 2007 para producir una película ideológicamente apropiada (que sigue sin verse) hasta los millones gastados para mantener a flote la economía cubana o financiar a movimientos de izquierdas desde El Salvador hasta Argentina, pasando por España y más allá.

EL ROBO DEL ALMUERZO

Entretanto, el Gobierno venezolano ni siquiera puede garantizar el sistema de derecho más elemental, lo que convierte a Caracas, la capital, en una de las ciudades con más asesinatos del mundo. Los traficantes de droga dominan amplias zonas rurales. En las cárceles, los líderes de las bandas disponen de armas militares y los ataques con granadas ya no son una novedad. Hasta los niños sufren robos. En el colegio de Nuestra Señora del Carmen, en El Cortijo, un barrio desfavorecido de Caracas, los suministros del comedor escolar ya han sido robados dos veces este año. El segundo robo supuso que el colegio no pudiese dar de comer a los niños durante una semana.

En otros sitios, el comedor escolar ha dejado de funcionar. En las comunidades más pobres, los padres optan por sacar a sus hijos del colegio: son más útiles haciendo cola a las puertas de un supermercado que sentados a sus pupitres, ya que para optar a las raciones adicionales para sus hijos los padres tienen que llevar a los niños en persona a la tienda. El régimen colocó hace tiempo la educación en el centro de su propaganda, pero la realidad actual es que a una generación de niños desfavorecidos se les está negando la educación a causa del hambre.

Al mismo tiempo, la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, denuncia el robo de unos 200.000 millones de dólares mediante estafas en la importación de alimentos desde 2003.

EL BROTE DE CRIMEN ALIMENTA EL BROTE DE ZIKA

Venezuela se enfrenta a uno de los peores brotes de zika de Sudamérica. El Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela —eje de las respuestas del país a las epidemias tropicales— fue desvalijado hasta 11 veces, que se dice pronto, en los dos primeros meses de 2016. Los últimos dos robos dejaron al laboratorio sin un solo microscopio. Así resulta imposible que los investigadores puedan hacer su trabajo. Además, los intentos por reparar el daño se ven afectados por las mismas disfunciones que afligen al resto de la economía: simplemente no hay dinero para sustituir el costoso equipo importado que los criminales robaron.

Otros aspectos del hundimiento del Estado también agravan la crisis del zika. La infraestructura hidráulica de las ciudades venezolanas se está viniendo abajo tras casi dos décadas de negligencia. Este año, además, el fenómeno El Niño ha provocado una grave sequía. Las empresas de agua públicas han respondido a la rebaja del nivel de las reservas con duras medidas de racionamiento. Algunos barrios pobres pasan días e incluso semanas sin agua corriente. La mayoría de las personas llenan varios cubos cuando se restablece el servicio, preparándose para los periodos secos. Y almacenar agua en cubos es precisamente lo último que hay que hacer cuando uno se enfrenta a una epidemia: los recipientes se convierten en zona de cría para los mosquitos que transmiten el virus del zika, la chikunguña, el dengue e incluso la malaria.

FALTA ELECTRICIDAD Y SOBRA IMPUNIDAD

Vivir sin agua y sin electricidad se ha vuelto una realidad cotidiana. Las empresas públicas tienen problemas para mantener suficiente agua en las reservas para evitar un colapso total de la red eléctrica. No tendría por qué ser así. Desde 2009 se han destinado centenares de millones de dólares a construir nuevas plantas de energía a base de diésel y gas natural, cuyo objetivo era aliviar la presión de una red hidroeléctrica antigua. Sin embargo, buena parte de la capacidad nunca llegó al sistema, y nunca se rindieron cuentas sobre el dinero, que fue desviado.

Es un reflejo de la impunidad que reina en todos los ámbitos del Estado. El 4 de marzo, 28 mineros desaparecieron cerca de la frontera brasileña, y los testigos hablan de una masacre. Hasta ahora solo se ha detenido a cuatro personas: son familiares de las víctimas, que habían osado pedir justicia. A finales del año pasado, dos sobrinos de la poderosa primera dama fueron arrestados en Haití por agentes de la DEA por tráfico de cocaína. La reacción de la primera dama fue acusar a la DEA de secuestrar a sus sobrinos.

¿Y qué pasó con Carlos, nuestro empresario en busca de papel higiénico? Tras ser arrestado con absurdos cargos de “acaparamiento”, cayó en la cuenta de que aquello solo era una extorsión por parte de la policía. “Su oferta inicial fue alta, del orden de los cientos de miles de dólares”, asegura. Al final, los agentes retiraron los cargos a cambio de unas decenas de miles de dólares.

No es posible entender la Revolución Bolivariana y su fracaso sin incorporar en el análisis el enorme impacto que ha tenido el masivo saqueo del erario público por parte de funcionarios, oficiales militares y sus cómplices del “nuevo sector privado”, la burguesía bolivariana enchufada al Gobierno. En Venezuela la cleptocracia disfrazada de ideología socialista y amor a los pobres destruyó al Estado. Es urgente comenzar la reconstrucción de un país devastado.

Imbecilidad infinita (2): Venezuela se aproxima al caos

Estado de Emergencia de Venezuela
El presidente Nicolas Maduro emitió la declaración en medio de crisis económica.
Matt Ford - The Atlantic


Un partidario de la oposición reacciona frente a la Guardia Nacional de Venezuela en una manifestación para exigir un referéndum para eliminar presidente Nicolas Maduro en Caracas el 11 de mayo de Marco Bello / Reuters


El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, impuso el estado de 60 días de emergencia la noche del viernes, advirtiendo a los ciudadanos de "amenazas internacionales y nacionales contra nuestra patria" ya que el país es presa de las crisis económicas y políticas.

Durante una transmisión nacional anunciando la declaración, el heredero asediado de Hugo Chávez advirtió que "Washington está activando medidas a petición de la derecha fascista de Venezuela, que están envalentonados por el golpe de Estado en Brasil", en referencia a la destitución del presidente de Brasil, Dilma Rousseff, la semana pasada los partidos de oposición en la legislatura.

Los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos dijo al Washington Post el viernes que el gobierno de Venezuela podría ser derrocado por un levantamiento popular a finales de año, citando el malestar económico y la profundización de estancamiento político. Y los problemas del país son por lo general sólo a empeorar:

En los dos últimos años Venezuela ha experimentado el tipo de implosión que casi nunca se produce en un país de ingresos medios como fuera de la guerra. Las tasas de mortalidad están por las nubes; uno tras otro servicio público es el colapso; inflación de tres dígitos ha dejado más de 70 por ciento de la población en la pobreza; una ola de crímenes inmanejable mantiene a las personas encerradas en el interior por la noche; los compradores tienen que hacer cola durante horas para comprar alimentos; bebés mueren en gran número por falta de medicamentos simples, de bajo costo y equipos en los hospitales, al igual que los ancianos y aquellos que sufren de enfermedades crónicas.
[...]
Cuando un estado se encuentra en proceso de colapso, las dimensiones de la caries se retroalimentan entre sí en un ciclo intratable. sorteos populistas, por ejemplo, han alimentado el flirteo ruinosa del país con hiperinflación; el Fondo Monetario Internacional proyecta ahora que los precios subirán un 720 por ciento este año y 2,200 por ciento en 2017. El gobierno da prácticamente fuera de la gasolina de forma gratuita, incluso después de haber aumentado el precio a principios de este año. Como resultado de ésta y otras políticas, el Estado es una escasez crónica de fondos, obligados a imprimir cada vez más dinero para financiar su gasto. Los consumidores, bien de dinero y que persigue una fuente de disminución de los bienes, se ven atrapados en una espiral inflacionaria.
Impulsado por los disturbios, los partidos de oposición irrumpieron en el parlamento en las elecciones de diciembre y ahora buscan un referéndum para eliminar Maduro del poder. Se permite la maniobra bajo la constitución de Venezuela, y la comisión electoral de tendencia gobierno autorizó en abril de peticiones.

Desde entonces, la coalición ha acusado a las autoridades electorales de retrasar la verificación de las firmas de la petición. Una marcha de la oposición en Caracas el miércoles para presionar a la Comisión terminó en enfrentamientos entre manifestantes que arrojaban piedras y soldados venezolanos, que lanzó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.

lunes, 10 de agosto de 2015

Protestas y quema de cuadros en Venezuela

Queman cuadros de Chávez y Maduro durante saqueo de Alcaldía de Sinamaica



¡SE CANSARON DE TANTA PATRIA! Queman cuadros de Chávez y Maduro durante saqueo de Alcaldía de Sinamaica
DolarToday

Una tensa situación de violencia se vive desde la noche de este martes en Sinamaica, Estado Zulia. Pobladores de esa localidad se cansaron de la situación de desabastecimiento en la que están sumidos. Una turba iracunda de habitantes del sector atacó la sede de la Alcaldia de Sinamaica, incendiándola y saqueandola.

Brian Vidal con información de Wayuunaiki / El Impulso

Según relata en su cuenta en Twitter la periodista Milagros Socorro los pobladores de Sinamaica sacaron los retratos del fallecido presidente Hugo Chávez y el presidente Nicolás Maduro y los quemaron por la impotencia de verse desamparados ante la situación de desabastecimiento que viven.

Socorro cuenta en su perfil de Twitter (@MilagrosSocorro), que habitantes de Sinamaica tardan semanas sin que se les abastezcan sus expendios, sin embargo ven como pasan camiones llenos de comida hacia Maicao, en Colombia.

La protesta que se inició ayer martes en horas de la noche se extendió hasta esta mañana.

Todo empezó cuando aproximadamente a las 8 de la noche fueron saqueadas 4 cavas que supuestamente iban repletos de arroz, harina, azúcar y aceite, todos fabricados por Empresas Polar.

Según el relato de la periodista, tras saquear las cavas, los pobladores de Sinamaica marcharon a la Alcaldía a encarar a las autoridades por permitir esa extracción. Sin embargo ni el alcalde, ni los concejales dieron la cara. Fue entonces cuando sacaron los retratos de Chávez y de Maduro y los quemaron.

Versión oficial

Juan Morillo, miembro del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (CPBEZ), afirmó que los causantes del suceso “son migrantes colombianos, desplazados que vienen a Sinamaica indocumentados a causar caos en busca de productos para llevarlos al vecino país”, relata la página web wayuunaiki.com.

Según versiones oficiales la manifestación inició luego que los cuerpos de seguridad se negasen a vender un decomiso de cinco toneladas de azúcar y tres y medio de arroz, realizado un día antes, “los militares decomisaron un cargamento de arroz a unos bachaqueros y prometieron venderlo a la comunidad”, refirió Carmen González, vecina del poblado,

A través de las redes sociales se difundió la noticia, donde se explica que el decomiso sería llevado ante la Fiscalia 18 del Ministerio Público para hacer la experticia necesaria y aprobar su posible venta en la plaza Bolívar de Sinamaica.

Las labores del cabildo municipal se encuentran suspendidas, sin embargo, el hermetismo se mantiene dado que ni Hébert Chacón, alcalde de la localidad, ni Jackson Castillo, presidente del Concejo Municipal, han dado declaraciones.

jueves, 26 de febrero de 2015

El asesino Maduro dice que no hay represión armada en el protectorado cubano

El doble discurso de Maduro: “En Venezuela está prohibida la represión armada”


Foto captura de TV a través de El Nacional

ICN

La policía del régimen chavista puede hacer uso de fuerza letal en las manifestaciones ya que la resolución 8610 publicada el 27 de enero pasado, le otorga facultades a las fuerzas armadas de Venezuela a utilizar las armas de fuego u “otra arma potencialmente mortal” en caso de manifestaciones, con el fin de “evitar desórdenes”.
Aunque la resolución del gobierno de Maduro, contradice el artículo 68 de la Constitución venezolana, que expresa: “Se prohíbe el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de manifestaciones pacíficas”.

La muerte de este adolescente de 14 años, fue por causa del disparo del policía -ya plenamente identificado y detenido-Javier Mora Ortiz.

El régimen totalitario que padece Venezuela, ni siquiera puede esgrimir que el jovencito asesinado este martes- Kluiverth Roa- fuera un revoltoso ya que se comprobó que no participaba de las protestas, sino que llegó al lugar a socorrer a un herido, intentando aplicar sus conocimientos de primeros auxilios que adquirió siendo Boy Scout.

El doble discurso de Maduro

Maduro “condenó” el asesinato del jovencito y envió sus condolencias a la familia, pero lo más insólito fueron sus expresiones: “En Venezuela está prohibida la represión armada y, de manera explícita en la Constitución, están los elementos para contener, como hicimos hace un año; estuvimos conteniendo guarimbas, guarimbas, guarimbas, de manera impecable”, dijo.

Claro que el desmemoriado presidente no recuerda la reciente resolución 8610 de su gobierno que autoriza el uso de armas de fuego en manifestaciones.

Un gobierno en infracción con su pueblo

La ministra para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Carmen Meléndez, recalcó que el Estado venezolano garantizará la total aplicación de la justicia en el caso de Kluibert Roa Núñez, asesinado la mañana de este martes durante una situación irregular que se registró en el sector Barrio Obrero del estado Táchira.

En declaraciones a Venezolana de Televisión, informó que por el caso fue detenido y puesto a la orden del Ministerio Público un oficial de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), presuntamente implicado, quien “declaró haber efectuado un disparo al estudiante con una escopeta de municiones de goma”.

Detalló que Roa Núñez fue herido en la región occipital de la cabeza y fue auxiliado por otros efectivos policiales, por lo que tras el hecho “inmediatamente se procedió a realizar las investigaciones correspondientes”.

“Se van a establecer responsabilidades e imponer las sanciones correspondientes de conformidad. Lamentamos este hecho, se aplicará todo el peso de la ley a los responsables, aquí no hay cabida para la impunidad”, sentenció.

Asimismo manifestó su solidaridad con los familiares y amigos de Roa Núñez. “Nuestras sentidas palabras de condolencia con sus padres, familiares y amigos en este hecho que enluta a todo el país”, dijo.

lunes, 28 de abril de 2014

Intento abortado de volver a la democracia en Venezuela

Venezuela: hay 30 militares detenidos por "intento de golpe"
Son investigados por ser "partícipes en preparativos de una aventura destinada al fracaso".



En Venezuela hay 30 oficiales militares detenidos, acusados de haber participado en un supuesto intento de golpe de estado contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, afirmó hoy el exvicepresidente José Vicente Rangel.

 Esos militares son investigados por haber sido "partícipes en los preparativos de una aventura destinada sin duda al fracaso", dijo Rangel en su programa dominical de televisión.

Agregó que los oficiales formaban parte de un grupo integrado por "varios destacados dirigentes de la oposición" contra quienes "hay graves indicios" sobre su "actuación sediciosa".

"No me corresponde a mí dar nombre y suministrar detalles sobre las investigaciones que adelantan los organismos competentes", subrayó Rangel, según reprodujeron el canal Globovisión y el diario Ultimas Noticias en sus sitios de internet.

El 25 de marzo pasado, Maduro anunció que tres generales de la Aviación Militar (fuerza aérea) habían sido detenidos y puestos a disposición de la Justicia porque "pretendían causar un golpe de estado".

Diversos voceros del gobierno reiteraron esa afirmación durante algunos días posteriores, pero jamás se informó oficialmente la identidad de los acusados y pronto el tema desapareció de la agenda gubernamental.

Rangel, de 84 años, fue canciller (1999-2001), ministro de Defensa (2001-02) y vicepresidente (2002-07) del presidente Hugo Chávez.

En marzo de 2007 inició por el canal privado Televén su programa dominical "José Vicente hoy", cuyo primer invitado fue Chávez.

Desde entonces, paralelamente se desempeña como asesor informal del gobierno y ha estado en primera fila en los acontecimientos más trascendentes, tales como la Conferencia Nacional por la Paz que Maduro instaló a fines de febrero pasado y la primera reunión del diálogo entre el oficialismo y la oposición, el 10 de este mes. (Télam)

La Nueva

viernes, 14 de marzo de 2014

"Maduro está condenado a fracasar como presidente y como dictador"

Cazando pájaros con misiles
El Gobierno venezolano responde a las protestas con un inédito derroche de saña y odio. Atrapado en sus clichés ideológicos y asesorado por los cubanos, Maduro está condenado a fracasar como presidente y como dictador
Cristina Marcano
El País


"Las armas deben reservarse para el último lugar, donde y cuando los otros medios no basten", sostenía Maquiavelo. Después de su strip-tease represivo de febrero, pareciera que Nicolás Maduro ha leído mucho Che Guevara y muy poco al estratega florentino. O tal vez piense que ha llegado ya al último lugar.

El presidente venezolano no se ahorró ningún recurso para atemorizar a los jóvenes manifestantes venezolanos y convencerlos, por la fuerza, de que abandonen la calle. Incapaz de resolver sus demandas concretas, el mandatario optó por el modus operandi de los dictadores para intentar garantizarse una paz a la cubana, en medio de una debacle económica y una incontenible epidemia criminal que auguran cada vez mayor descontento y protestas.

El Gobierno desplegó todas las fuerzas policiales, la Guardia Nacional, la Guardia del Pueblo y el Sebin (inteligencia). Además echó mano de los autodenominados “colectivos”, grupos de choque que han actuado en cooperación con la Guardia, especialmente después de que les ordenara salir a defender la revolución.

Se han usado aviones Sukhoi para intimidar a los combativos muchachos de San Cristóbal y tanques por docenas, como si la Guardia Nacional estuviera combatiendo a terroristas de Al Qaeda y no a veinteañeros armados, como mucho, con piedras y cócteles molotov. Día tras día, la policía y los militares han prodigado una incesante lluvia de gases tóxicos, aunque su uso en el control de disturbios está expresamente prohibido por la Constitución venezolana, igual que el de armas de fuego como las que han segado la vida de varias personas.

Maduro ordenó el arresto del dirigente opositor Leopoldo López —ya sabemos cómo funciona la obediente justicia venezolana—, su primer gran preso político, y una verdadera razia contra los manifestantes, en la que han caído numerosos periodistas y algunos desafortunados curiosos. Más de mil detenidos en un mes. Un récord que supera los de la ola de saqueos de 1989, conocida como “El Caracazo”.

Desde el inicio de las protestas, y seguramente para evitarnos la “zozobra”, el presidente ha ofrecido un nutrido festival de censura que incluyó la salida del canal internacional NTN24, amenazas a la agencia France Presse, un día de bloqueo a Twitter, la expulsión y vejación de la principal presentadora de CNN en español y ataques a más de 70 periodistas venezolanos y extranjeros (cuatro al día, en promedio). Además de desvaríos y mentiras olímpicas de miembros de su Gobierno que consumirían esta página completa. Baste una anunciada por la televisión oficial: la captura de ocho terroristas internacionales buscados por Interpol que acabaron siendo una fotorreportera italiana y un transeúnte portugués.

Hemos visto —no por televisión, obviamente, sino por YouTube o Twitter— brutalidad policial y abusos sin fin. Cabezas pateadas por pesadas botas negras, mujeres golpeadas con cascos en la cara por negarse a entregar sus móviles, huesos triturados por tacones militares, ojos reventados por bombas lacrimógenas, cráneos fracturados por fusiles y hermosos rostros desfigurados por descargas de perdigones a quemarropa, como el de Geraldine Moreno, que no sobrevivió al encuentro con la “gloriosa” Guardia Nacional, como la llamó Maduro poco después de su muerte.

Un voluminoso catálogo de atropellos e irregularidades, seguido de excesos judiciales, documentados por diversas ONG de derechos humanos, que han inflamado aún más a los manifestantes. Solamente el Foro Penal Venezolano ha denunciado 40 escalofriantes casos de torturas y tratos crueles e inhumanos. Un derroche de saña y odio desconocido para dos generaciones.

¿Por qué Maduro decidió cazar pájaros con misiles? ¿Por qué no intentó sofocar las protestas a la manera de su aliada, Dilma Rousseff, presidenta de Brasil? En principio, los universitarios, acosados por la delincuencia en sus centros de estudio, donde han robado salones de clase completos, solo demandaban seguridad y la liberación de dos jóvenes detenidos en una manifestación en San Cristóbal.

¿Por qué no atendió el legítimo reclamo? ¿Acaso le convenía escalar las protestas que han arrojado 23 muertos, de distinto signo político, y más de 300 heridos? ¿Por qué muestra esas garras ahora, cuando aún no cumple un año en la presidencia? ¿Hubo sectores en eso que llama Dirección Político-Militar de la revolución interesados en que cruzara esa línea? ¿Quizá su poderoso socio militar, el capitán Diosdado Cabello, exgolpista y jefe de la Asamblea Nacional, tan empeñado en hacerle sombra?

¿Es realmente el presidente un títere de Cuba dispuesto a asumir el coste político —y tal vez legal— de la violación de derechos humanos? ¿A quién va dirigida su demostración de fuerza, solo a la oposición?

Un hecho determinante en el trágico final de la protesta pacífica del 12 de febrero no ha sido suficientemente aclarado. De no haber sido por los disparos de agentes del Servicio de Inteligencia Nacional (Sebin) —que mataron a dos personas cuando la marcha convocada por López había concluido—, no hubiera habido otro muerto más esa noche, 23 heridos y 30 detenidos. Cinco días después, Maduro señaló que los funcionarios incumplieron sus órdenes de acuartelarse ese día. Si es cierto, ¿a quién obedecían entonces? ¿O es que tan solo tenían sed de matar? Todos estos días han transcurrido en esa misma oscuridad.

El cinismo, las mentiras, la criminalización de las protestas y de los manifestantes, la vileza de negar o minimizar las violaciones a los derechos humanos antes de investigar y, por último, la brutalidad judicial con que se castiga a los detenidos han provocado una honda arrechera: esa indignación extrema tan venezolana que durante un mes el Gobierno se ha dedicado a alimentar con gran esmero.

Sin duda, se ha producido una profunda falla telúrica en Venezuela. Con febrero se ha ido lo poco que quedaba de democracia, más allá del puro ejercicio electoral.

Tras un mes de incesantes protestas y dura represión, la dirigencia opositora —afectada con la persecución política contra López y su partido— tiene por delante el reto de encauzar esa indignación, que por momentos parece haberles desbordado; retomar una sola línea de acción y ofrecer esperanzas a esos jóvenes escépticos, que se sienten exiliados en su propio país y por eso luchan con tanto coraje.

Han hecho bien en condicionar el diálogo con el Gobierno conscientes de que las revoluciones no dialogan, se imponen.

La poca legitimidad que tenía el presidente para la mitad de la población que votó por la oposición se ha desvanecido completamente. Para esos millones de venezolanos, Maduro es hoy un esbozo bastante acabado de dictador. No un hombre fuerte. Nunca lo será. Más bien un hombre débil, necesitado de la fuerza para infundir miedo en un contexto que augura calles más calientes. Uno de mirada insegura, por más que se empeñe en rugir.

Probablemente por eso se ha valido de los temibles “colectivos”, tan parecidos a los Tonton Macoute haitianos, a los Batallones de la Dignidad panameños, a las Brigadas de Respuesta Rápida castristas. Pero sabe que la represión no resolverá los graves problemas de Venezuela.

El país podrá estar divido políticamente, pero no en la pérdida de calidad de vida. Todos padecen por igual la inseguridad, la escasez, la inflación, la devaluación y la crisis hospitalaria. No por diversión suenan las cacerolas en los barrios, donde los muchos descontentos todavía no se atreven a protestar por las amenazas de los paramilitares.

Atrapado en sus clichés ideológicos y asesorado por los cubanos, Maduro está condenado a fracasar como presidente. No solo arrastra una economía disfuncional y un pesado legado de corrupción, sino que se ha atado al mismo Gabinete hipertrófico que condujo a la nación con las mayores reservas de petróleo a la catástrofe económica.

Quizá por eso se ha precipitado a usar la represión antes que otros medios. Tal vez, en el fondo, piensa que es la única manera de gobernar a los insumisos venezolanos en medio de tanta ineficacia. Sin embargo, Nicolás Maduro corre el riesgo de fracasar también como dictador. Paradójicamente, se ha metido en una olla a presión en la que se cocina mientras hay gente en su entorno que parece interesada en avivar el fuego.

Cristina Marcano es periodista y escritora. Ha publicado, junto a Alberto Barrera Tyszca, Hugo Chávez sin uniforme. Una historia personal (Debate), una biografía del expresidente de Venezuela.