Actuar para vivir
El simulacro de accidente aéreo llevado a cabo ayer en el aeropuerto local resultó un éxito. (Facundo Morales-LNP)
"Hay que estar listos", afirmó ayer el jefe del aeropuerto local, Carlos Millán, mientras se simulaba un accidente aéreo en la Base Aeronaval Comandante Espora (BACE), que tenía como saldo ficticio cinco muertos y 25 heridos.
"Un accidente es un momento de desorganización donde hay que trabajar de la manera más tranquila posible. Se arma un lío bárbaro, gritos, tensiones y hay gente que va a ver cosas que nunca vio ni pensó ver", agregó Millán, quien explicó que en principio "el jefe a cargo se debe reunir con el personal más antiguo de Bomberos para evaluar cuántas personas de cada servicio van a necesitar".
En el lugar trabajaron miembros de Bomberos, Defensa Civil, el servicio de emergencias del 911 y personal de la Armada.
Se simuló una nave siniestrada con 30 pasajeros a bordo, el movimiento de ambulancias y vehículos de distintas organizaciones, y el rescate de sobrevivientes.
"Tenemos que estar preparados para una experiencia real. Hay que ejercitarse para que en el momento de un eventual accidente los que trabajen lo hagan teniendo la seguridad y tranquilidad de que están haciendo las cosas bien", afirmó Millán, para añadir que durante el año se hacen "trabajos de escritorio" en los que se "ejercitan las cabezas" de los que van a dirigir un eventual rescate.
"Además --señaló-- la gente tiene que saber que el aeropuerto local está preparado para esto y que ejercitamos el accidente cada dos años por disposiciones internacionales".
Millán añadió que regularmente se chequean todos los equipos de comunicaciones para que "no nos demos cuenta de que no andan justo en el momento de un siniestro".
El jefe del aeropuerto destacó que se realizan también ejercicios para el tratamiento de cargas especiales que, por ejemplo, podrían ser materiales contaminantes.
"Hay que estar listos", afirmó ayer el jefe del aeropuerto local, Carlos Millán, mientras se simulaba un accidente aéreo en la Base Aeronaval Comandante Espora (BACE), que tenía como saldo ficticio cinco muertos y 25 heridos.
"Un accidente es un momento de desorganización donde hay que trabajar de la manera más tranquila posible. Se arma un lío bárbaro, gritos, tensiones y hay gente que va a ver cosas que nunca vio ni pensó ver", agregó Millán, quien explicó que en principio "el jefe a cargo se debe reunir con el personal más antiguo de Bomberos para evaluar cuántas personas de cada servicio van a necesitar".
En el lugar trabajaron miembros de Bomberos, Defensa Civil, el servicio de emergencias del 911 y personal de la Armada.
Se simuló una nave siniestrada con 30 pasajeros a bordo, el movimiento de ambulancias y vehículos de distintas organizaciones, y el rescate de sobrevivientes.
"Tenemos que estar preparados para una experiencia real. Hay que ejercitarse para que en el momento de un eventual accidente los que trabajen lo hagan teniendo la seguridad y tranquilidad de que están haciendo las cosas bien", afirmó Millán, para añadir que durante el año se hacen "trabajos de escritorio" en los que se "ejercitan las cabezas" de los que van a dirigir un eventual rescate.
"Además --señaló-- la gente tiene que saber que el aeropuerto local está preparado para esto y que ejercitamos el accidente cada dos años por disposiciones internacionales".
Millán añadió que regularmente se chequean todos los equipos de comunicaciones para que "no nos demos cuenta de que no andan justo en el momento de un siniestro".
El jefe del aeropuerto destacó que se realizan también ejercicios para el tratamiento de cargas especiales que, por ejemplo, podrían ser materiales contaminantes.
"Que nunca pase". Las sirenas sonaban fuerte cuando promediaban las 11.30, momento del "accidente". Intensas ráfagas de viento avivaban el fuego.
En pocos minutos se hicieron presentes las primeras ambulancias. Paramédicos y rescatistas trabajaban en el lugar contrarreloj, mientras los bomberos voluntarios llegaban para intentar apagar el fuego y los periodistas se agrupaban sobre el techo de un edificio ubicado a unos 500 metros del escenario del simulado desastre.
Minutos después, un helicóptero aterrizaba sobre la pista para llevarse a algunos heridos y trasladarlos al centro asistencial más cercano.
Transcurridos 15 minutos, el jefe del operativo autorizó el ingreso de la prensa al lugar de los hechos.
Tres camiones de bomberos trabajaron para extinguir las llamas y colaboraron en el rescate mientras las ambulancias iban y venían.
Pudo verse en el lugar a al menos cinco víctimas fatales. De todas maneras, lo primordial pasó por atender a los heridos.
Luego de 40 minutos, todos fueron trasladados y quedó la peor parte: contabilizar y movilizar los cuerpos de quienes "no tuvieron suerte" en el siniestro. Cinco personas "fallecían" y sus cuerpos yacían sobre los pastos.
"Dios quiera que nunca pase", pidió Millán.
LNP
En pocos minutos se hicieron presentes las primeras ambulancias. Paramédicos y rescatistas trabajaban en el lugar contrarreloj, mientras los bomberos voluntarios llegaban para intentar apagar el fuego y los periodistas se agrupaban sobre el techo de un edificio ubicado a unos 500 metros del escenario del simulado desastre.
Minutos después, un helicóptero aterrizaba sobre la pista para llevarse a algunos heridos y trasladarlos al centro asistencial más cercano.
Transcurridos 15 minutos, el jefe del operativo autorizó el ingreso de la prensa al lugar de los hechos.
Tres camiones de bomberos trabajaron para extinguir las llamas y colaboraron en el rescate mientras las ambulancias iban y venían.
Pudo verse en el lugar a al menos cinco víctimas fatales. De todas maneras, lo primordial pasó por atender a los heridos.
Luego de 40 minutos, todos fueron trasladados y quedó la peor parte: contabilizar y movilizar los cuerpos de quienes "no tuvieron suerte" en el siniestro. Cinco personas "fallecían" y sus cuerpos yacían sobre los pastos.
"Dios quiera que nunca pase", pidió Millán.
LNP
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