Varios países árabes enviarán armas a los rebeldes sirios
Milicianos suníes de Irak se unen a la revuelta contra el régimen de Al-Assad
MIKEL AYESTARAN
Día 15/02/2012
Carros de combate sirios patrullan el barrio de Bab Amro, en la ciudad rebelde de Homs. REUTERS
La revolución siria parece a punto de entrar en una nueva fase. Los problemas para lograr una victoria en el frente diplomático, a causa del apoyo firme de Rusia y China a Damasco, han llevado a algunos miembros de la Liga Árabe a abrir la puerta a la venta de armas a los rebeldes del Ejército Sirio Libre (ESL). Amparándose en el artículo 9 de la resolución aprobada el domingo en El Cairo —«se autoriza todo tipo de apoyo político y material para proteger a los civiles»— embajadores árabes se reunieron en un hotel de la capital egipcia bajo el liderazgo de los países del Golfo y decidieron dar luz verde al envío de armamento y municiones «para hacer frente a las fuerzas leales a Bashar al-Assad que siguen llevando a cabo todo tipo de crímenes ante nuestro silencio», según fuentes diplomáticas presentes en la reunión citadas por Reuters. De esta manera la Liga optaría por seguir el modelo de Libia, donde los rebeldes recibieron armamento de países como Qatar para combatir a Gadafi. El problema es que ahora tienen enfrente a un régimen respaldado por Moscú, que además de aliado político es también el principal suministrador del armamento que desde marzo emplea el Ejército para reprimir las protestas.
Este nuevo paso sale a la luz al mismo tiempo que responsables de seguridad iraquíes alertan del «trasvase de armas y milicianos suníes a Siria para combatir al régimen». Pese a las correctas relaciones entre los Gobiernos de Damasco y Bagdad —ambos aliados estratégicos de Teherán—, la división sectaria en Irak ha empujado a las tribus suníes de provincias como Nínive y Anbar a ayudar a sus tribus hermanas al otro lado de la frontera. Tribus que se sienten maltratadas por el Gobierno chií liderado por Nuri al-Maliki y cuya motivación principal es combatir a un Ejército sirio liderado por generales alauíes, rama del islam chií minoritaria en Siria a la que pertenece la familia Al-Assad. «Creemos que combatientes vinculados con Al Qaida y algunos grupos suníes armados están enviando militantes a Siria para participar en la rebelión», declaró una fuente de los servicios de seguridad iraquíes a Reuters, que alertó de la presencia de «funcionarios corruptos en los pasos fronterizos».
La Asamblea General de la ONU votará el jueves una resolución de condena al régimen sirio, aunque este tipo de votaciones no son vinculantes. La Liga Árabe tiene el respaldo de Occidente, pero su última propuesta de establecer una fuerza de paz despierta muchas dudas. Más aún después de conocerse la luz verde dada a la venta de armas al ESL. Hillary Clinton, secretaria de estado de EE.UU. señaló que «hay mucho que discutir, y la propuesta de una fuerza de paz es un punto que necesitaría acuerdo y consenso», dos requisitos inexistentes en el actual Consejo de Seguridad. Desde la Casa Blanca quieren seguir muy de cerca la evolución de las revoluciones en la región y por eso en los presupuestos de 2013 se ha creado un «Fondo de Incentivos a Oriente Próximo y el Norte de África», dotado con 770 millones de dólares, que pretende «responder estratégicamente a los cambios históricos que tienen lugar en la región», según el informe del Departamento de Estado.
El caso es que la inacción de la ONU permite a Al-Assad acentuar la represión sobre Homs, donde al menos treinta personas murieron ayer a consecuencia de los bombardeos, según denunció la oposición.
Fuente: ABC
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