El presidente Nicolas Maduro emitió la declaración en medio de crisis económica.
Matt Ford - The Atlantic
Un partidario de la oposición reacciona frente a la Guardia Nacional de Venezuela en una manifestación para exigir un referéndum para eliminar presidente Nicolas Maduro en Caracas el 11 de mayo de Marco Bello / Reuters
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, impuso el estado de 60 días de emergencia la noche del viernes, advirtiendo a los ciudadanos de "amenazas internacionales y nacionales contra nuestra patria" ya que el país es presa de las crisis económicas y políticas.
Durante una transmisión nacional anunciando la declaración, el heredero asediado de Hugo Chávez advirtió que "Washington está activando medidas a petición de la derecha fascista de Venezuela, que están envalentonados por el golpe de Estado en Brasil", en referencia a la destitución del presidente de Brasil, Dilma Rousseff, la semana pasada los partidos de oposición en la legislatura.
Los funcionarios de inteligencia de Estados Unidos dijo al Washington Post el viernes que el gobierno de Venezuela podría ser derrocado por un levantamiento popular a finales de año, citando el malestar económico y la profundización de estancamiento político. Y los problemas del país son por lo general sólo a empeorar:
En los dos últimos años Venezuela ha experimentado el tipo de implosión que casi nunca se produce en un país de ingresos medios como fuera de la guerra. Las tasas de mortalidad están por las nubes; uno tras otro servicio público es el colapso; inflación de tres dígitos ha dejado más de 70 por ciento de la población en la pobreza; una ola de crímenes inmanejable mantiene a las personas encerradas en el interior por la noche; los compradores tienen que hacer cola durante horas para comprar alimentos; bebés mueren en gran número por falta de medicamentos simples, de bajo costo y equipos en los hospitales, al igual que los ancianos y aquellos que sufren de enfermedades crónicas.Impulsado por los disturbios, los partidos de oposición irrumpieron en el parlamento en las elecciones de diciembre y ahora buscan un referéndum para eliminar Maduro del poder. Se permite la maniobra bajo la constitución de Venezuela, y la comisión electoral de tendencia gobierno autorizó en abril de peticiones.
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Cuando un estado se encuentra en proceso de colapso, las dimensiones de la caries se retroalimentan entre sí en un ciclo intratable. sorteos populistas, por ejemplo, han alimentado el flirteo ruinosa del país con hiperinflación; el Fondo Monetario Internacional proyecta ahora que los precios subirán un 720 por ciento este año y 2,200 por ciento en 2017. El gobierno da prácticamente fuera de la gasolina de forma gratuita, incluso después de haber aumentado el precio a principios de este año. Como resultado de ésta y otras políticas, el Estado es una escasez crónica de fondos, obligados a imprimir cada vez más dinero para financiar su gasto. Los consumidores, bien de dinero y que persigue una fuente de disminución de los bienes, se ven atrapados en una espiral inflacionaria.
Desde entonces, la coalición ha acusado a las autoridades electorales de retrasar la verificación de las firmas de la petición. Una marcha de la oposición en Caracas el miércoles para presionar a la Comisión terminó en enfrentamientos entre manifestantes que arrojaban piedras y soldados venezolanos, que lanzó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
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