Japón aprueba la exportación de tecnología de fragatas para el proyecto de modernización naval australiano.
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Según la información publicada por el gobierno japonés el 28 de noviembre de 2024, el Consejo de Seguridad Nacional ha aprobado la posible exportación de tecnología de fragatas japonesas a Australia. Esta decisión se produce después de que Australia seleccionara la propuesta de Japón como finalista en su plan para modernizar su flota naval.
La propuesta avanzada de fragata clase Reiwa 6 de Japón ocupa un lugar central como finalista en el futuro proyecto de la flota naval de Australia. (Fuente de la imagen: Ministerio de Defensa japonés)
El gobierno australiano, que busca reemplazar sus envejecidas fragatas clase Anzac, se ha embarcado en un ambicioso proyecto para mejorar las capacidades de la Marina Real Australiana. La propuesta de Japón, basada en el avanzado "Buque de escolta clase Reiwa 6", ha sido reconocida por su diseño de vanguardia, que presenta mejoras significativas en defensa aérea, modularidad y flexibilidad operativa. Esta fragata se basa en la base de los buques de clase Mogami actualmente desplegados por la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón, integrando radares mejorados, sistemas de misiles y capacidades de guerra electrónica para satisfacer las demandas de la guerra naval moderna.
El proyecto está estructurado para incluir la construcción en el extranjero de las primeras tres fragatas, y los buques posteriores se construirán bajo licencia en Australia. Este enfoque se alinea con la estrategia de Australia de mejorar sus capacidades de construcción naval nacional y, al mismo tiempo, abordar rápidamente las necesidades operativas. La inclusión de Japón en la selección final refleja su creciente prominencia como exportador de defensa y socio confiable en la región del Indo-Pacífico.
La oferta de Japón, una variante mejorada de la fragata clase Mogami, combina sigilo avanzado, capacidades multimisión y automatización de vanguardia. El diseño se basa en el éxito operativo de la clase Mogami dentro de la Fuerza de Autodefensa Marítima de Japón, integrando sistemas de defensa aérea mejorados, como un sistema de lanzamiento vertical (VLS) capaz de desplegar misiles tierra-aire.
Además, la fragata enfatiza la modularidad, lo que permite futuras actualizaciones e integrar tecnologías emergentes, como sistemas no tripulados. La automatización del barco reduce los requisitos de tripulación, una característica alineada con los desafíos de Australia en la gestión del personal naval.
El competidor de Alemania, el MEKO A-200, representa un diseño probado y flexible. Reconocida por su construcción modular, la familia MEKO ha sido una piedra angular de las exportaciones navales alemanas durante décadas. La variante A-200 ofrece fuertes capacidades de guerra antisubmarina, robustos sistemas de defensa aérea y la capacidad de incorporar tecnologías australianas como el radar CEA y los sistemas de gestión de combate de Saab. Su tamaño compacto y eficiencia operativa lo convierten en un contendiente para diversos perfiles de misión, desde operaciones costeras hasta enfrentamientos en alta mar.
La elección final reflejará no solo consideraciones técnicas y operativas, sino también factores estratégicos. La propuesta de Japón indica una profundización de la asociación en materia de defensa con Australia, marcada por intereses de seguridad compartidos en el Indopacífico. Por otro lado, Alemania aporta una reputación de larga data en materia de exportaciones navales confiables, lo que garantiza una vía de bajo riesgo para el programa de adquisiciones crucial de Australia.
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