lunes, 6 de agosto de 2018

Suboficial del EA (RE) ayuda a encarcelar a CFK

Por qué Cristina debería estar presa


Joaquín Morales Solá |  LA NACION






El remisero Oscar Centeno aceptó que escribió los cuadernos. Un empresario, Juan Carlos de Goycoechea, confirmó el procedimiento que contó Centeno, aunque no la cantidad de dinero. El círculo se cierra sobre Cristina Kirchner. El resto de los empresarios callan. El silencio es también una forma de asentir. Sus abogados les dicen que se trata solo de una serie de fotocopias sin valor probatorio. Es un mal consejo y un grave error: hay en esa causa un monumental trabajo del periodismo y de la Justicia para cotejar los datos que Centeno escribió en los cuadernos.

Tanto LA NACION como el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli temieron ser desmentidos por el remisero. ¿Y si hubiera dicho que él no había escrito nada? La Justicia solo actuó cuando ya había confirmado gran parte del relato de Centeno.

El escritor es un suboficial mayor del Ejército. Está acostumbrado a escribir todos los días un informe de novedades, que es la rutina de los militares. Sus cuadernos están escritos con buena ortografía y sin errores de puntuación. Salvo en dos o tres frases durante diez años, no hay opiniones (solo en una entrada habla de que le da "asco" lo que ve); es, sobre todo, la descripción de una trama corrupta por parte de un cronista meticuloso y excepcional. ¿Por qué los escribió? ¿Por qué hizo esos relatos cuidadosos y exactos de entregas y recibos de coimas? La opinión predominante entre funcionarios judiciales es que preparaba una extorsión. Algo hubo ya: su casa, sus autos y el departamento de su expareja fueron pagados por Baratta. Centeno entregó en custodia esos cuadernos a un amigo, suboficial de la Policía Federal, que es quien los leyó y los sacó a la luz pública. Centeno temió, hace algún tiempo, que su casa fuera allanada. En declaraciones a Bonadio, ese policía federal amigo de Centeno, Jorge Bacigalupo, dejó entrever que era profundamente antikirchnerista, con especial antipatía hacia la exministra de Seguridad Nilda Garré.

Bonadio y Stornelli se juramentaron el secreto, en primer lugar. Solo seis personas en total estuvieron al tanto de las investigaciones. Tres funcionarios del juez y uno del fiscal, además de ellos dos. Se convirtieron en una especie de logia cuyos integrantes se entendían por señas. Empezaron por chequear los datos más intrascendentes de los cuadernos. Centeno escribió que había llevado a Baratta al sanatorio Mater Dei, a la hora precisa de un día determinado, a hacerse una infiltración. Fueron a la clínica a preguntar si ese dato era cierto. Era cierto. El remisero dejó constancia de que había llevado a la madre de Baratta, también en un día preciso, a la Fundación Fleni. La Justicia preguntó si era verdad. Era verdad. Centeno contó varias veces que lo mandaron a comprar helados a una heladería de San Martín, muy conocida en la zona por la calidad de sus productos; debía llevarlos luego a casas que están a varios kilómetros de ahí. Bonadio nació en San Martín y hasta trabajó en esa heladería en un par de veranos de su juventud. Conoce el prestigio de la heladería. No le pareció raro que el chofer hiciera trayectos largos con esos helados. El juez le pidió también a la División Drogas Peligrosas de la Policía Federal, en la que confía, que le confirmara que son reales los edificios y las direcciones consignadas por Centeno en sus cuadernos. Todos coinciden. La descripción de los edificios que hizo la Policía Federal es muy parecida a la de los cuadernos. Desde ya, también se cotejaron las obras públicas que estaban a cargo de cada empresario con las fechas de la entrega de los sobornos.

Todos (o muchos) empresarios deberían hablar para empezar a escribir otra historia en este país. Al ser Centeno chofer de Baratta (encargado de la energía en tiempos de Julio De Vido), la investigación se ciñe a las obras públicas referidas exclusivamente a la energía. Queda todavía el resto de la obra pública (que estaba a cargo de José López, preso por revolear bolsos con dólares); el transporte, responsabilidad de Ricardo Jaime, también preso, y la importación de combustible. Todo estaba bajo la jurisdicción de Julio De Vido. La corrupción era un sistema, no un método. En algunas conversaciones telefónicas grabadas por la Justicia, De Vido se queja de que tanto López como Jaime tenían relación directa con Néstor Kirchner, que no dependían políticamente de él. Se queja porque él está pagando con la cárcel por cosas que, según dice, ordenaron los Kirchner.

Cristina Kirchner debería estar presa si están presos tantos funcionarios y empresarios por una causa que describe, como ninguna otra, los procedimientos de la corrupción. Si los otros están presos por integrar una asociación ilícita, ¿por qué no está quien es considerada por la Justicia la jefa de esa asociación? Según esos cuadernos, ella cobró sobornos hasta un mes antes de irse del Gobierno, cuando ya Mauricio Macri era presidente electo. Fue una sorpresa hasta para importantes dirigentes de la oposición al kirchnerismo. La mayoría de ellos creían que Cristina se había dedicado a cuidar la recaudación de su esposo después de la muerte de este, pero que no había seguido con las coimas. Los cuadernos de Centeno indican que, ya viuda, recibía bolsos con dólares en su domicilio particular de Recoleta, donde vive ahora, y en la quinta presidencial de Olivos. La protegen los fueros de senadora, pero el peronismo, que tiene la llave para desaforarla, debería reflexionar si le conviene seguir blindándola. La mayoría del peronismo (gobernadores, senadores y diputados actuales) no participó de la juerga corrupta de aquellos tiempos. Necesita regenerarse y para eso debe alejarse de la corrupción de entonces. Protegerla sería volver a hacer del peronismo un mismo bloque contagiado por el robo al Estado, por el triste resultado de un país pobre con políticos ricos.

No existe la "doctrina Menem", porque sencillamente ninguna instancia de la Justicia le pidió nunca al Senado el desafuero de Menem. La situación del expresidente está pendiente de una resolución de la Cámara de Casación. El precedente de Menem más cercano a Cristina es que aquel fue preso por un juez federal, Jorge Urso, poco después de dejar el poder. No era senador y no tenía fueros. También a Cristina le pidió la prisión preventiva un juez federal, Bonadio, no una vez, sino dos. La institución senatorial no puede convertirse, además, en un simple aguantadero de prófugos de la Justicia.

El caso está en manos de dos magistrados especiales. Bonadio no tenía relación con Cristina y no la tiene con Macri. De hecho, acaba de meter preso al principal ejecutivo de una empresa que era de un primo del Presidente. Caerá el primo, si es que tiene que caer. El juez allanó los hoteles de Cristina en El Calafate cuando ella era presidenta y fue el primero en llamarla a declaración indagatoria, en procesarla y en dictarle prisión. Stornelli metió preso a Menem y a De Vido; llevó la investigación del primer caso de corrupción de la era kirchnerista (el caso Skanska por sobreprecios en la construcción del Gasoducto del Norte) cuando Néstor Kirchner era presidente, y fue el primer fiscal que requirió la comparecencia de Cristina Kirchner en los tribunales. A Cristina, a sus funcionarios y a los empresarios los aguarda un camino arduo y largo en la Justicia.

Este es un caso novedoso por varias razones. La más importante es que un periodista riguroso, Diego Cabot, prefirió guardarse la primicia hasta que la Justicia hiciera su trabajo. Cuando se publicó la información, el juez y el fiscal ya habían avanzado muchísimo en la investigación. En los casos anteriores de denuncias periodísticas de corrupción, los jueces debieron correr detrás de la noticia. Aunque por una denuncia de Cabot, esta vez el juez y el fiscal están delante de la información. Eso es lo que no saben los que callan. Los que admiten con su silencio que Centeno contó realmente cómo fue todo aquello.


Los cuadernos de las coimas: las cuatro particularidades del caso


Carlos Pagni
LA NACION



A continuación, los principales conceptos:


  • Este caso tiene cuatro peculiaridades. Es difícil pensar en un caso de corrupción más importante en la historia argentina.
  • La primera particularidad: es el primer caso de corrupción que se da en el marco de la Ley del arrepentido, donde se premia al primero. La información no solo hace bajar la pena, sino conservar parte del patrimonio. Es una carrera de infidencias que cambia la lógica conocida del proceso.
  • En segundo lugar, toca por primera vez en gran dimensión al sector privado. El líder de una empresa poderosa no tenía en mente ir preso. Roberto Lavagna había hablado de corrupción, entre 2003 y 2004, en la Cámara Argentina de la Construcción y al poco tiempo lo echaron.
  • Nunca vimos que la Justicia tenga la posibilidad de avanzar sobre el universo privado.
  • En tercer término, la explosión no surge de la nada, es un caso paralelo a Brasil y al Lava jato. Es como un espejo con la causa brasileña donde Marcelo Odebrecht estuvo preso y donde Lula da Silva no puede ser candidato por estar procesado.
  • Esto tiene que ver con la corrupción como tema central de América latina.
  • En cuarto lugar, el caso se da en un momento en que estamos mirando a Comodoro Py como una ciénaga. Claudio Bonadio y Carlos Stornelli tienen una responsabilidad histórica, no solo por la dimensión de la corrupción, sino por la dimensión de impunidad que ha aportado la justicia federal a esa corrupción.
  • Alguna vez, alguien mencionó que Comodoro Py es un dispositivo diseñado para zafar. Es difícil encontrar una causa más importante en la historia de un país.
  • Centeno era un chofer que, además, era un militar retirado. ¿Para quién escribía Centeno esos escritos tan minuciosos? ¿O estaba informando a alguien con esos cuadernos? ¿Estamos en frente de una operación de inteligencia hecha por alguien que escribía para alguien?
  • Falta un cuaderno. ¿Quién decidió que ese cuaderno no aparezca? ¿Habrá nombres que se deben cuidar? ¿Quién cuida la información de ese cuaderno?
  • ¿Para quién escribía? ¿Quién era su lector? ¿Por qué estalló ahora? ¿Es alguien de acá o de afuera del país?
  • Hay un halo de que Cristina no estaba en la misma línea que Néstor Kirchner . ¿Cuál es el rol de Cristina Kirchner en todo esto? Centeno entraba a Olivos, ¿alguna vez se vio con Néstor o Cristina?
  • Está China en todo esto. Cuando Gerardo Ferreyra, de Electroingeniería, se quedó con la licitación de las represas, lo hace en medio de irregularidades.
  • ¿No habrá alguien a quien le interesa que se identifique a China como socio de gobiernos corruptos? China se expande en África y tiene ya comprada a media América latina.
  • Tengo derecho a preguntarme si EE.UU. está interesado en esta historia y si pueden decirle a Macri: '¿Usted qué va a hacer con todo esto?'
  • Hablamos de un presidente cuyo padre es representante de China en la Argentina.
  • Estamos ante un tema de extraordinaria complejidad.
  • El dueño de Cristina es Miguel Pichetto . Ha establecido públicamente que no habrá desafueros. Probablemente no esté presa gracias a Carlos Menem . Hay una protección corporativa de los legisladores.
  • Pichetto probablemente sea uno de los beneficiarios como candidato a presidente. Él no hizo contratos ni licitaciones. Si está en el interés del peronismo federal liquidar a Cristina, a lo mejor revisan la teoría de los fueros.
  • Un ministro actual dijo: 'Si no hay pan, que haya circo'. El oficialismo piensa que si no mejora la economía, al menos se justifica con un proceso de transparencia.

2 comentarios:

  1. Esta causa es un caso histórico, ya que no solo van en cana los funcionarios coimeros, sino que también van los que los coimeraon. Lamentablemente, los que van al frente son ejecutivos menores y presuntos testaferros de los verdaderos beneficiarios de los frutos de estas coimas. Esta empresa, IECSA, presuntamente propiedad de Calcaterra, según algunos en realidad seguiría siendo propiedad de Macri, cosa que no ha podido ser demostrada en la justicia, hasta ahora.
    Los grandes corruptores, las cabezas de las grandes empresas, o ni se los cita a declarar, o en su caso, se adscriben a la figura de imputado colaborador, en otras palabras, arrepentido o delator. Esperemos que la justicia hunda el cuchillo hasta el hueso y no se quede en lo superficial, para la gilada.

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  2. Suboficial Mayor? (del Servicio de Arsenales ?) o un Sargento?, inicialmente preso y luego dado de baja por la JM por cometer "Via de hecho contra el Superior" (dicen...dicen... que le arrojo una FMK con la chaveta puesta a un Cnl). Alguno que me lo aclare por favor!!!

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