Maduro arma a las Milicias Bolivarianas
Hasta ahora la FANB no controlaba el armamento, pero el presidente bolivariana impulsa una preocupante militarización.
Por Andrei Serbin Pont* - Perfil
La Milicia Bolivariana, un cuerpo de reservistas civiles altamente ideologizados y leales al proyecto chavista. | Foto: Correo del Orinoco.
El 5 de febrero de 2016, el Ministerio Popular para la Defensa de Venezuela publicó un documento donde señala que los síntomas de la crisis en el 2015 (desabastecimiento, inseguridad, mercado negro de divisas, etc . . .) son parte de las acciones que ejecuta EE.UU. contra la estabilidad política de Venezuela en el marco de una “estrategia de Estado fallido”. El documento propone una serie de medidas que apuntan a la profundización de la militarización de Venezuela, incluyendo un ítem preocupante: la directiva de entregar armamento a la Milicia Bolivariana, un cuerpo de reservistas civiles altamente ideologizados y leales al proyecto chavista.
Al asumir Hugo Chávez la presidencia de Venezuela le dio prioridad a una profunda transformación de la FANB (Fuerza Armada Nacional Bolivariana) para asegurarse que la misma le sirviese como herramienta de sustento en el poder. Dicha trasformación se destacó por tres elementos clave. El primero de ellos fue el cambio de las hipótesis de conflicto a una basada en que EE.UU. buscaría imponer su voluntad en Venezuela por medio de acciones militares. El segundo elemento fue la politización de la institución, incluyendo su participación en la administración pública y en actividades proselitistas, el alineamiento y adoctrinamiento de sectores dentro de las FANB con la visión bolivariana del presidente y del PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), y la designación de personal militar en puestos políticos y burocráticos tradicionalmente ocupados por civiles. Y el tercer elemento fue la reestructuración de la FANB y la creación de la Milicia Bolivariana como fuerza autónoma. La creación de esta milicia apuntaba a desarrollar una estructura paramilitar que haga de contrapeso a sectores opositores dentro de la FANB, justificada por la creación de cuadros de reservistas para realizar operaciones de guerra asimétrica ante una eventual ocupación de EE.UU.
Hasta ahora, las 1,500 agrupaciones de la Milicia Bolivariana distribuidas a nivel nacional no controlaban su propio armamento, sino que este estaba en manos del Ejercito Bolivariano u otras fuerzas de la FANB y era entregado de forma temporal en el contexto de despliegues puntuales. La decisión de armar a la Milicia Bolivariana puede tener raíz en tres lecturas desde el gobierno venezolano. La primera, y menos probable, es que interpretan que la agresión de EE.UU. se está realizando como se establece en las hipótesis de conflicto venezolanas por lo cual se deben tomar medidas en lo militar para prepararse ante una posible invasión.
La segunda lectura, es que ante la crisis económica/social/política, las divisiones dentro de la FANB han crecido. Ante la posibilidad de un alzamiento militar, o un golpe de estado, se utiliza a la Milicia Bolivariana como un contrapeso, lo que permitiría tener personal leal al gobierno ya desplegado y armado que pueda reaccionar ante alguna acción militar de sectores disidentes de la FANB.
La tercera es que se busque amedrentar a la oposición, dado que las Milicias Bolivarianas son unidades formadas por civiles sin antecedentes militares que la mayoría del año llevan adelante una vida de civil como cualquier otro ciudadano venezolano. Esto le ha permitido al gobierno bolivariano crear redes de espionaje social y político, y al armarlos serviría para infundir miedo entre los sectores populares históricamente chavistas, que ahora expresan dudas y cuestionamientos al mandato de Maduro. Es relevante señalar que la Milicia Bolivariana cumple funciones subsidiarias y complementarias a la FANB, lo que implica que ante inestabilidad interna puede ser parte del aparato represivo estatal. Es así que debemos recordar que sigue en vigencia el Decreto 008610 que permite a la FANB el uso de armas de fuego y la fuerza mortal contra manifestantes. En este caso, el mensaje del gobierno de Maduro es claro: en una manifestación las fuerzas represivas no son solo aquellas en uniforme que están del otro lado de la calle, sino que puede ser tu amigo, tu vecino o un familiar.
La distribución de armas a la Milicia Bolivariana es un indicador preocupante dada la ola de violencia que sufre el país. Tan solo en 2015 Venezuela tuvo más de 27.000 homicidios, y la entrega de armas a sectores civiles poco entrenados y altamente ideologizados no solo puede contribuir a la desestabilización y violencia política, sino al incremento de la violencia criminal al aumentar la disponibilidad de armamento pesado dentro de la sociedad venezolana. De una forma u otra, esta decisión contribuye a una profundización de la militarización de la sociedad venezolana y al escalamiento de la conflictividad política en el contexto de una profunda crisis social y económica acentuada por una elevada corrosión institucional y corrupción estatal.
*Analista internacional especializado en política externa, defensa, seguridad y derechos humanos. | Twitter: @SerbinPont
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