sábado, 3 de mayo de 2014

Otra raya más... al más corrupto de la historia

Cuando Néstor Kirchner defendía a Isabelita y apoyaba la guerra de Malvinas
Qué pensaba el expresidente años atrás. Las críticas a su pasado.

Por Ceferino Reato

Kirchner en tiempos pasados. | Foto: CEDOC

Treinta y dos años atrás, luego del desembarco en las Islas Malvinas, el abogado Néstor Kirchner respaldaba, como tantos otros políticos, esa decisión de la dictadura y cuestionaba a la conducción del peronismo porque, a su entender, no defendía como debía a la ex presidenta Isabel Martínez de Perón.

Kirchner vivía en Río Gallegos; allí se encontró con el vicepresidente del Partido Justicialista, el escribano Felipe Deolindo Bittel, que estaba de gira en el sur del país en apoyo a la guerra.

La delegación peronista estaba formada por otros dirigentes: Antonio Cafiero, Carlos Corach, Alberto Iribarne y Oraldo Britos.

“En la puerta del Hotel Santa Cruz, Bittel se cruzó con un hombre de unos 30 años, alto y de cabello largo, que lo increpó con un lenguaje duro, a centímetros del rostro, gritando consignas a favor de Isabel Perón”, escribió el periodista Walter Curia en su biografía El último peronista, ¿quién fue realmente Néstor Kirchner?

Kircher era un desconocido para todos los dirigentes nacionales y fue Eduardo Murguía, referente del PJ en Santa Cruz, quien tuvo que explicar de quién se trataba a los sorprendidos visitantes.

“No cuestionó la guerra; tampoco nos manifestó preocupación alguna por la violación de los derechos humanos”, me dijo, con ironía, uno de los participantes de aquella gira.

Kirchner era un abogado exitoso, es decir ya había hecho el dinero que, en su opinión, necesitaba para dedicarse a la política; su carrera política es conocida: fue intendente de Río Gallegos, gobernador de Santa Cruz y presidente de la Nación.

Una de las biógrafas oficiales de Cristina Kirchner, la periodista Sandra Russo relata en La Presidenta, historia de una vida, que ella le contó que su marido ya le había dicho: “Necesito ser abogado para hacer plata porque quiero ser gobernador de Santa Cruz”.

En realidad, casi todos los políticos respaldaron la guerra de Malvinas, a tono con la mayoría popular. Solo el radical Raúl Alfonsín y el liberal Álvaro Alsogaray se manifestaron en contra.

La decisión de la dictadura también contó con el respaldo de los empresarios, los gremios, varias organizaciones de Derechos Humanos y hasta de Montoneros, la guerrilla de origen peronista, que incluso se ofrecieron a combatir junto a las tropas de las Fuerzas Armadas.

(*) Editor ejecutivo de la revista Fortuna; su último libro es ¡Viva la sangre!

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